Ser Argentino. Todo sobre Argentina

Un homenaje al Rey

¡Gracias B.B. KING!

Si hubo figuras del rock, pero del “verdadero” rock, no del rock, sin ánimo de ofender a nadie, de Kiss, Poison o The Cure, que me llevaron a transformarme en un mini fanático y me dolió en los huesos su muerte, fueron Alvin Lee (Ten Years After), Joe Cocker y sobre todo B.B. King. No quiere decir que Lennon o Harrison no me hayan dolido, lo que sucede es que al quedar Ringo y Paul es como que todavía están.

Pero volvamos al tema que nos compete, al único, al abuelo de todos los bluseros: al señor B.B. King. Lo vi por primera vez en los ‘80 en obras y lo trajo un empresario que hipotecó la casa. Fue un terrible fracaso y casi la pierde. El Rey, enterado de esto, puso como condición para próximas visitas que la compañía sea la vinculada con él, a pesar de que con las otras ganaba más. Un genio.

Muchos nombres conocidos le hicieron de teloneros: Memphis, Durazno de Gala (Botafogo), Mississippi y Pappo, que en los ‘80 le llevó al camarín una horma de queso de regalo y B.B. King lo bautizo “Mr. Cheeseman”. Años después lo invitaría a tocar al Madison Square Garden.

Fue la puerta de ingreso de otros genios como A. King, A. Collins, B. Guy, R. Cray, Taj Majal, J, Cotton o J. Hammond. Cuando vino en 1991, lo invité a mi primo al Luna (el invitaba a cenar). Platea, fila 3, prácticamente nos tocaba con la panza. Nuestros asientos estaban ocupados por los de Memphis. Yo conocía a Anetta y al ruso Baiserman y les dije gritando “se van ya mismo de mi asiento”. Otero, al cual no conocía puso cara de orto y los otros dos se cagaban de risa, nos abrazamos y terminamos tomando champagne, ellos en esa época estaban en la cresta de la ola.

Todavía tengo un pin de Lucille, que el Rey regalaba al final, también recuerdo que había una embarazada y, como no tenía más, se sacó el de la solapa (creo que era de plata) y se lo dio en la mano.

Como me voy a olvidar de este señor si me salvó de Arjona. ¡Gracias B.B. KING!

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