Un dúo único

El 1º de julio de 1937 comenzó la relación de Aníbal Troilo con Francisco Fiorentino, “Fiore”. Ocurrió cuando Troilo armó su primera orquesta para debutar en el “Marabú”, incorporando a Fiorentino, que venía de actuar en los conjuntos de Francisco Canaro, Juan Carlos Cobián, Roberto Firpo, Pedro Maffia, Juan D’Arienzo, Roberto Zerrillo y Minotto Di Cicco.Pero con Troilo, la actuación de Fiorentino experimentó un cambio total, porque fue como un instrumento más en la orquesta. El ensamble fue óptimo. Constituyó el punto culminante de su carrera. Pero no todos los temas cantados, fueron grabados comercialmente. Con “Pichuco”, superó sus actuaciones anteriores ya que su voz intimista y su fraseo bien porteño, fue una característica de esa etapa en la orquesta.Durante los casi 7 años de actuación de este binomio tanguero, grabaron 60 temas, que al escucharlos 75 años después, conservan la frescura de un fraseo inconfundible, junto a un ritmo excelente de la orquesta más milonguera que dirigió Troilo. Fiorentino no fue el mismo, ni antes ni después de Troilo. La asociación lograda entre ambos músicos, fue perfecta. En una época en la que todos eran buenos, logró destacarse, elaborando un halo de magia interpretativa en un conjunto, que contaba con valores irremplazables, dejando una huella imborrable.