La gestión de Diego Finkelstein al frente de la productora DF Entertainment luce como uno de sus principales méritos profesionales, el haber convertido a la habitual edición local del festival “Lollapalooza” en un evento comercial que funciona de mil maravillas, sin la estricta necesidad de vivir una peligrosa dependencia con los artistas extranjeros que arriban dentro de la muestra itinerante que recorre algunas ciudades del mundo. Una brillante tarea de logística donde el público adquiere sus tickets, sin saber quienes serán los números principales del grillado foráneo, entendiéndose que la aceitada estructura de marketing ha colocado a la experiencia de estar en ese evento, por encima de los shows que a nivel extranjero puedan ofrecerse. Los adolescentes y aquellos que superaron esa fase biológica, ya se acostumbraron a comprar las entradas para estar allí tres días en ese “pelotero mainstream” donde pueden correr enloquecidos a sus anchas, en miles y miles de metros cuadrados que tiene el Hipódromo de San Isidro, como si fueran el recordado actor Macaulay Culkin en la película “Mi Pobre Angelito”. Sin dudas las ideas que el empresario que antes tenía vinculación con la conocida productora Fénix, funcionan a la perfección, diversos conceptos que mejorados desde su gran óptica profesional le han permitido convertir al evento en un clásico que muchísimo público no quiere perderse cada temporada.
La reciente edición 2022 del “Lollapalooza Argentina” quedará en la memoria de muchas personas por diversos motivos. Primero porque la misma se convirtió en el primer evento masivo reuniendo más de cien mil personas por día en un lugar público, después de todas las restricciones sanitarias que deparó la llegada de la pandemia, generada por un virus de laboratorio expulsado desde una ciudad china. Segundo, porque como consecuencia de la situación mundial que obligó a buena parte de la sociedad mundial a observar un encierro obligatorio, los planes de mantener un tradicional lineamiento de artistas en el regreso del caleidoscopio artístico que propone cada temporada esta muestra sonora, se trastocaron a más no poder, deparando que el tradicional grillado diario del muestrario interpretativo se poblara mayoritariamente de personajes de la escena local, aspecto que también deja una lectura importante en cuanto a futuras convocatorias, entendiendo a esta altura de todos los acontecimientos que la reciente escena urbana argentina funciona mejor unida en estas producciones, que cada figura trabajando de manera separada. El tercer elemento que dejó la exitosa edición finalizada hace pocos días, es la fuerte modificación del target de la realización que ocupa durante un fin de semana el Hipódromo de San Isidro, que exhibió en la oportunidad un perfil consumidor donde ya no tiene tanta importancia aquél público que asistía a estas jornadas para ver a todos sus artistas favoritos, sino que ahora la gran prioridad aparece en el lado contrario, donde estar en ese lugar, luce mucho más valioso y destacado que quienes darán el espectáculo con sus shows sobre esos proscenios.
La problemática del drama sanitario que golpeó al mundo a finales del 2019 y que alteró la agenda local del festival en marzo del 2020, cuando debió suspenderse, también dejó a todas luces exhibido que la muestra artística que llegó en esta oportunidad, está afectada a enorme escala por la precaución que algunos músicos extranjeros mantuvieron a la hora de retomar sus conciertos en otras partes del mundo. Esta determinación de artistas que no tienen todavía el convencimiento de encarar prolongadas giras por el mundo, mientras los rebotes del Covid 19 siguen golpeando el globo, dejó bastante desprovista de intérpretes anglo la grilla que llega a cada uno de los países, donde se celebra muy exitosamente esta fuerte caravana de figuras llevando sus espectáculos a otros continentes. Fruto de esta tan alterada configuración artística, los line-ups de cada fecha expusieron muchísimas bandas horarias destinadas a intérpretes locales, fundamentalmente de la escena urbana, quienes entendiendo que esta era la gran oportunidad, salieron a golpear fuerte comprendiendo sin vacilaciones que ocupar espacios claves del festival, sin dudas les deparará en un futuro a esta altura de los acontecimientos, un mayor protagonismo en la industria del show donde cada día el rock y el pop pierden lugar en la consideración del público festivalero.
Aquellos que aceptaron ser los cabezas de serie extranjeros en cada jornada del festival en esta nueva tournée mundial, son figuras que probablemente antes de la actual pandemia hubiesen estado ubicados como números previos de otro artista mayor en cada jornada de conciertos, pero como el evento apunta a una reunión masiva donde la gente deambula de un lado al otro en ese enorme predio que propone este hipódromo bonaerense, entienden que en tiempos de vacas flacas, resulta más beneficioso sumarse a este fuerte circo sonoro que recorre el mundo con destacado y valioso éxito. A la bella cantante Miley Cyrus, que estuvo hace más de un lustro actuando en el estadio GEBA sede Newbery, tomar parte de una congregación operacional de escala internacional como esta, le permite mostrar todas sus canciones ante cien mil personas, cosa que no le ocurriría jamás si la misma decidiese presentarse sola en el país con un show propio sin otros acompañantes, algo que le cierra perfectamente también a The Strokes y relativamente cerca a los Foo Fighters. Metidos en la fiesta diaria como la codiciada cereza anglo después de decenas de actuaciones locales, sus espectáculos recuerdan que en otros tiempos la proporción estaba invertida en cuanto a figuras extranjeras y sus pares locales. La ausencia de algunas figuras del exterior, como el caso del grupo Jane`s Adicction, el español C. Tangana y otros artistas que se bajaron a pocas horas de comenzar el festival, naturalmente disminuyeron todavía más el octanaje extranjero de una muestra musical donde lo que prevaleció fue la actuación en vivo de los intérpretes argentinos sin dudas.
Entendiendo que el “Lollapalooza Argentina” podía convertirse en la cabecera de playa en plan de un posicionamiento mayor a futuro, muchas de las figuras del trap y la mediática escena urbana se pusieron sus mejores lentejuelas y salieron a mostrar glamour en todos los espectáculos que protagonizaron en esos tres días. Fue así que intérpretes como Duki, Nicki Nicole, Wos, Tiago PZK, pero especialmente Bizarrap, comprendieron que tenían que aprovechar la desventajosa disparidad de figuras foráneas en este evento, para lograr un protagonismo inédito en una muestra que siempre privilegió a los artistas visitantes de cada temporada. Los shows que ejecutaron durante esas 72 horas estos representantes de la nueva movida sonora, buscaron cautivar a un público que al verlos reunidos dentro del mismo evento, entendió que esa era la oportunidad para no tener que ir a cada recital que estas figuras ofrecen por separado, lo cual podría abrir la chance que en un futuro algunos de estos intérpretes decidan mancomunarse en una edición local que simule este evento de tono internacional pero solo con artistas de la rama urbana, lo cual no suena descabellado a juzgar por la reacción del público adolescente, que los sigue sin exigirles demasiado en lo musical a esta camada de figuras que hoy están en el centro mediático del público. Muy triste fue ver que conocidos artistas del rock se presentaron con muy poco público en sus espectáculos, tal los casos de Litto Nebbia, Emmanuel Horvilleur y Babasónicos, quienes a pesar de ofrecer la dosis más importante de música en el lugar, no recibieron el respaldo y los aplausos que ameritaba tributar atractivas canciones en este crisol de conciertos.
La edición 2022 del “Lollapalooza Argentina” exhibió como se esperaba una excelente y prolija organización, una cuidada realización que sufrió las consecuencias del mal tiempo con una lluvia que afectó un importante tramo de la primera fecha, quedando así muchas zonas embarradas para el resto del viernes y todo el fin de semana, a pesar del sol que por esas zonas secó hasta donde pudo los sectores más transitados por la gente. La difusión de los medios acreditados en este lugar, insólitamente no reflejó las alternativas artísticas de lo que estaba sucediendo, sino que puso en foco más en notas de color como si se tratara de una jornada de picnic musicalizado en un predio bonaerense, ignorando que los shows de cierre en cada fecha merecían otro tratamiento y no la insólita imagen de dos movileras de tevé en la medianoche del viernes, mostrando en vivo el predio vacío o saltando con un grupo de espectadoras que aguardaba la comunicación desde el noticiero. No se registró a esta altura de lo acaecido un concreto informe musical de lo ocurrido, tal vez porque dicha sustancia artística no tuvo tanto protagonismo como la fenomenología urbana que acaparó protagonismo en un clásico evento social, realización que seguirá su senda muy exitosa a tono con un evento que magistralmente coordinado, provoca una muy fiel congregación de asistentes más interesados en reunirse allí durante 72 horas, que aquello que acontezca sobre los cuatro destacados escenarios que ofrece la muestra en la zona de San Isidro.