Las Tranki Punki son un ícono de la juventud cordobesa. Se trata de una banda compuesta por 7 cordobesas que revolucionan el mundo de la música. Si tuvieran que inscribirse en un género musical, sería el gypsy punk feminista. Este es un género híbrido que cruza la música tradicional gitana con el punk rock. Sin embargo, esta banda va en contra de toda normativización. Por eso, diremos que se inscribe en su propio género.
Las artistas que se suben al escenario para hacer mover los cuerpos son Pola Kita en el acordeón, Gisela Torcigliani en percusión y Drela Sanz en violín. Además, Sofía Dem en la batería y Cele Pereyra en el bajo. Voz y guitarra las hacen Vicky Barturen y Car Ghirard. Este es el elenco del bien que nos hace mover los pies. Al ser muchas, cada una pone su magia en cada canción. Esto es lo que hace que escucharlas sea una mezcla de sensaciones. Muy diversas.
Música que revoluciona
Se trata de una banda que, además de tener perspectiva de género y consciencia de clase, apunta a una nueva identidad musical cordobesa. Tranki Punki toca “punk cordobés”. La última producción de la banda es el disco Marea Negra, que fue grabado de manera autogestiva y con la ayuda del sello Goza Records. Este sello es dirigido por Barbi Recanatti y apunta convertir el mundo musical: convertirlo en un mundo donde quepan todos los mundos. Convertirlo en un mundo donde haya cupo femenino y para las diversidades.
Este nuevo disco es el resultado de mucho esfuerzo y trabajo musical. Además, su producción musical está disponible en diferentes plataformas musicales. Las Tranki Punki llegaron para no quedarse, pero para volver siempre. Ya recorrieron diferentes países mostrando su música. E igual siguen eligiendo al público cordobés.
Argentina, nacida en Córdoba. Investigadora en el área de lingüística. En formación constante sobre las Letras y sobre la vida, gracias a la Universidad Nacional de Córdoba. Mis experiencias en viajes me llevaron a aprender cada vez más idiomas y querer conocer diversas culturas desde adentro. Pienso en la escritura como una herramienta para transformar el mundo y volverlo un espacio justo y equilibrado.