Ricardo “Chiqui” Pereyra nació en la Patagonia, en General Roca, provincia de Río Negro. Si bien hoy se lo conoce como un tanguero, los inicios del “Chiqui” en la música fueron en el folklore. Solía integrar grupos folklóricos antes de participar del show televisivo que lo lanzó a la fama como cantante de tango. De hecho, si escuchás la historia en boca de Ricardo, te das cuenta de que, en realidad, es tanguero por casualidad.
En 1978, cuando tenía 26 años, Pereyra estaba a punto de irse a laburar a Comodoro porque no encontraba laburo allá por sus pagos. Fue entonces cuando Silvio Soldán, el conductor de Grandes valores del tango viajó a Río Negro para buscar jóvenes que quisieran inscribirse en el concurso de cantantes. Ricardo ganó un lugar para ir a Buenos Aires y fue presentado en el Canal 9 para su participación el 14 de junio de ese año. El tema que preparó fue “Siga el corso” y tuvo tanto, pero tanto éxito que los directivos del canal lo retiraron de la competencia ¡y lo contrataron! Ricardo excedía la instancia de la competencia.
Parte de lo que lo hizo un éxito televisivo inmediato no fue solo su voz. Ricardo también era elegante, simpático y canchero: un cóctel explosivo que lo aseguró como figura del tango.
Hace poco Ricardo habló con Radio Nacional sobre ese momento: “Fue sorprendente desde el primer momento en que me llamaron para que venga –dijo, refiriéndose a Buenos Aires–, porque yo no era cantor de tangos. Integraba grupos folklóricos, vocales principalmente, donde la voz mía no lucía mucho obviamente porque había otras cuatro voces, que con su volumen cubrían más, con aquel sonido que se usaba antes y acaparaban toda la atención de la gente”.
Un tipo que nació al revés
Incluso tantos años después, Ricardo parece sorprendido de su propio recorrido: “Yo soy un tipo que nació al revés en la música. Porque llegué ya con una edad de 26 años y cuando llegué allá me encontré con todos los monstruos de la década del 40, del 50 y mis contemporáneos, y para mí fue muy extraño porque a los once días estaba grabando un... los viejos long play, y de lo que canté la verdad que yo no entendía ninguno de los tangos ni tampoco pude tomarle lo que se dice la mano. Porque ignoraba toda la historia del tango y también muchos de los motivos de los que se expresaban los tangos”. Y aún recuerda, y en su voz se siente cierta gratitud, quiénes lo “armaron” como cantor del tango, y habla de cómo lo ayudaron Armando Pontier y Roberto Grela a ver cuál era la tesitura y coloratura de su voz, porque en ese momento no sabía ni en qué tono tenía que cantar.
Un provinciano en Buenos Aires
Ricardo pasó muchos años en Buenos Aires, pero se sigue definiendo como “provinciano”: “Mi música era la música folklórica, las reuniones eran todas así. Y, de pronto, me traen a un mundo desconocido y me empiezan a presentar poetas como Homero Expósito, músicos como Atilio Stampone, Raúl Garello, como a tantos otros… (…) y empiezo a descubrir una Buenos Aires a través de su música. Siempre me impactó mucho la gran ciudad, más como provinciano. A mí me llenó mucho más la poesía de todo lo que veía en los tangos”. Conoció “poetas”, como él los define, como Homero Manzi y Homero Expósito que hicieron que se enamorara de esta música.
Pereyra pasó casi quince años en Canal 9. Se presentó en los escenarios más importantes de Capital Federal. Hizo giras en el interior y en el extranjero. En 1995 ganó el Premio Konex como cantante masculino de tango. Proliferó en discos y en programas y –al día de hoy– dice que le da lástima que no haya un buen programa de tango en la tele, para difundir lo que los músicos están haciendo.
¡Feliz cumple, Chiqui Pereyra!
Ricardo sigue cumpliendo años y continúa con mucho para dar. Se encuentra preparando su último disco desde noviembre del año pasado. No logré encontrar el video original de la presentación del Chiqui en Grandes valores del tango, pero encontré esta joya en Youtube de varios años después, donde canta la canción que lo lanzó a la fama.
Patagónica ante todo. Licenciada en Ciencias de la Comunicación y, próximamente, Doctora en Historia. Profesora. Mamá. Estudiante por vocación. De sangre húngara pero de cepa argentina. La Patagonia me fascina. Estoy enamorada de sus colores surreales. Del ripio estridente de sus caminos. De sus paisajes infinitos. De la inmensidad del mar. Estoy enganchada de su historia como si fuese una novela adictiva. Y te lo quiero contar todo.