¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónSin dudas “el tiempo es veloz”, como decía David Lebón y de eso puede dar fe Soledad Pastorutti, quien el último fin de semana celebró un poquito más de cuatro décadas de vida y 25 años al servicio de la buena música, producidos festejos que ocurrieron durante sus tres presentaciones en el estadio Movistar Arena, lugar que después de ser utilizado como guardia para pacientes con covid o centro de vacunación, finalmente recuperó por suerte su destino de ámbito de espectáculos con gran asistencia masiva. Por suerte a esta altura de los acontecimientos, los shows vuelven a contar con un aforo mayor donde los espectadores ya no se sienten conejos de laboratorios reunidos en determinada cantidad frente a un estímulo general, tres shows donde el primer estadio moderno de Argentina exhibió una impactante cifra de asistentes.
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Los tiempos han cambiado. Aquella joven convertida en la revelación de Cosquín que sacudió la modorra hace varias décadas con varios temas de Horacio Guaraní, hoy es una mujer hecha y derecha con una familia formada, una trayectoria internacional intachable y la misma humildad y simpatía que caracterizó cada uno de sus actos. Obviamente todo el contexto de sus espectáculos ha cambiado desde que actuaba en escenarios “pelados” con respecto a las tres presentaciones en el nuevo estadio de Villa Crespo. Este show que en sus créditos menciona como productoras a Noelia Albanese y la propia Soledad, presenta una gama de situaciones tecnológicas realmente muy especiales. Hay sistemas lumínicos de alta definición, una cinta mecánica para recrear movimiento, lásers sofisticados, una dársena para estar más cerca del público en la platea de campo y también otro escenario para un set relativamente acústico, evento que además adiciona un DJ en vivo y pantallas enormes de última generación.
El trío de destacados conciertos desarrollados este fin de semana en ese estadio moderno, demandó muchos meses de preparación y ensayos, con la enorme incertidumbre de saber qué pasaría con la mejorada presencialidad en estos shows, un evento vivo con el público presente. No hay que olvidar que en el 2020 la cantautora más destacada de Argentina se presentó vía streaming, y después de un año de espera ahora logró presentárselo a sus fans y seguidores que volaron a Buenos Aires desde diferentes puntos del país. Los conciertos comenzaron con un video rememorando en un acertado “flashback” diferentes momentos realmente memorables de la carrera de Soledad, dando así testimonio del intenso y amplio recorrido de sus más de 25 años de carrera profesional. El nuevo disco de la cantante lleva como título la frase “Parte de mi”, con un single que dio título a su último CD, trabajo que se encuentra tanto en las plataformas digitales como en las tiendas en su formato físico.
Desde aquellos tiempos que conmocionaba a la principal plaza cordobesa de conciertos a la actual y exitosa cantautora desdoblada en múltiples ocupaciones, los recitales que esta exitosa artista desarrolló presentan nuevas características estéticas, entre ellas la inclusión de una cinta mecánica. En la canción “Ya no más” Soledad canta deslizándose en ese muy significativo implemento, lo que la muestra acercándose mediante una gran plataforma al público, concurridas presentaciones donde también hay fuerte lugar para las viejas raíces folklóricas, con un recorrido de chacareras con 14 bailarines que acompañan a la reina del folklore argentino, sin que tampoco se excluya esa esperada imagen de bombos y boleadoras que se roba la atención de todos los presentes por un prolongado tiempo. La tecnología en estas tres presentaciones también ha metido sus garfios, dado que Soledad interactúa con el público, quienes mediante un código QR expuesto en las pantallas puede ir votando por las diferentes canciones del evento, temas que la cantautora interpreta desde el escenario B en otra parte del estadio. En esa otra plataforma la artista comparte hermosas zambas en duetos con invitados especiales, tramo donde hasta el conductor de tv Jey Mammon aporrea el piano en una parte de ese set junto a la estrella de Arequito.
Dos décadas y media de carrera le permiten a Soledad Pastorutti recorrer canciones pop, folklóricas y las infaltables baladas, acompañada en algunos momentos por su hermana Natalia, sobresaliendo “El tren del cielo” y “Zamba de amor en vuelo” dentro de un largo repertorio de obras encaradas esa moderna edificación de Villa Crespo. Buscando darle un tono muy festivo a su reencuentro, cerca del final esa gran fiesta de la artista suma en ajustada compilación una gama de cumbias al ritmo del “chingui chingui”, tramo donde la estrella bonaerense interpreta temas con la compañía del DJ Tommy Muñoz, quien en una plataforma ubicada sobre la tribuna que da a la calle Humboldt dispara cumbias de los 90’ elegidas por la mismísima Soledad, buscando así darle cierre a esta gama de conciertos en los que festeja sus 41 años de vida y más de 25 en los escenarios nacionales. El show es una conjunción de situaciones novedosas muy cuidadas, espectáculos que muestran con especial detalle todas las etapas que transitó la artista a lo largo de más de dos décadas en la industria musical, conciertos que ratifican la calidad artística de la protagonista en sus distintas vertientes y variantes estilísticas.
Sin dudas también hay modificaciones desde lo estético que no pasan desapercibidas para aquellos que conocen a la cantante provincial desde sus comienzos. De aquella simpática y adrenalínica adolescente que enloquecía a sus fans con el “ponchocóptero” revoleando el tradicional implemento al final de sus concurridos recitales a esta mujer casada y con dos hijos, pasó un tiempo cargado en valiosas experiencias personales y profesionales, etapa en la que se alternaron discos de neto impacto folklórico con aquellos donde empezó con lentitud a sumar otros estilos. En lo estilístico, Soledad venía amagando fuertes cambios y algunos se corporizaron cuando cantó “En la ciudad de la furia” en un tono muy rockero al interpretarla en un “Festival Ciudad Emergente”, dejando traslucir que su repertorio desde ese momento sumaría otras cosas a la lista de canciones habituales. El show que ofrece en la actualidad suma otra instrumentación, sin olvidar algunos detalles tecnológicos o como en este caso la aparición de un DJ disparando bases desde una moderna consola de audio.
En lo estético también hay cambios inocultables. De aquella tímida vocalista que creció junto a su hermana vestidas como dos tímidas gauchitas al principio a esta experimentada anfitriona, sin dudas ha pasado mucha agua bajo el puente. En la última década Soledad se dedicó a mejorar su disposición física, preparación que devino en una transformación estética muy destacada, cambios que la muestran con un contexto mucho más sensual y sexy al haber cumplido recientemente cuatro décadas de vida. Ataviada con diferentes y jugados vestuarios, Soledad dejó los pantalones negros de paisana para lucir sus piernas y el resto de su cuerpo con vestidos más audaces y jugados, donde su exposición corporal la exhibe muy seductora y audaz con atrevidos escotes, faldas bien cortas y mucha dermis a consideración pública, componente visual que le agrega un valioso bonus a una fantástica artista consciente de su crecimiento profesional y personal. Lejos de cualquier potencial y esperable “crisis de los 40”, este tiempo parece sentarle de maravillas a la cantautora que creció apadrina por el ya desaparecido Cesar Isella, una mujer muy plena que domina el escenario con una naturalidad que muchos tal vez jamás hubiesen imaginado.
Disfrutando de su consolidada carrera musical, a la cual le ha sumado además su tarea en la televisión conduciendo programas propios, varias participaciones en los de terceros o su reciente rol como jurado en “La Voz Argentina”, la maduración profesional de la gran estrella de Arequito es inocultable y se refleja en la oficialización de su álbum “Parte de mí” lanzado por la filial argentina de Sony Music en los últimos meses. Demostrando que el tiempo no solo es veloz sino que el mismo ha sido bien aprovechado, Soledad Pastorutti ofreció durante tres veladas en el Movistar Arena una acertada compilación de su valioso presente artístico, una carrera que después de varias búsquedas sin encontrar el correcto foco estilístico, ahora la encuentra con su enorme talento a flor de piel encarando temas de variado estilo sin temores al que dirán, dejando trascender sin titubeos que lo que viene todavía será mejor, si es que no vuelve a cruzarse en su camino con Emilio Estefan, muy fallido realizador de uno de sus trabajos más despedazados por la prensa y el público.
Fotos Soledad Pastorutti Temporada 2021 - Agencia Vicky Roa / Página Oficial Soledad.
Fecha de Publicación: 14/10/2021
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