¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónPor más que todos los involucrados supiesen desde el principio de la nueva situación que con la llegada del otoño las cosas podrían complicarse, la determinación gubernamental en distintos distritos de nuevas restricciones a la actividad en las últimas horas provocó a la totalidad de la industria musical un incómodo escozor. Si bien había previsiones sobre como podría afectar el cambio de estación climática en la región sudamericana en torno a sus derivaciones sanitarias, las señales emitidas ayer desde las gobernaciones y el Estado nacional encendieron poderosas luces anaranjadas, las cuales podrían ser el triste prólogo de una nueva fase de aislamiento que vuelva a generar la suspensión total de actividades en el mundo musical, en cuanto a conciertos en sitios cubiertos o al aire libre. Convertida en la inesperada y desangelada “vedette” del año pasado, la concreción de espectáculos vía “streaming” podría acaparar protagonismo durante los próximos meses.
Las alertas crecieron en los últimos siete días de manera totalmente estrepitosa: primero con la estricta confirmación de transmisión comunitaria de la “cepa Manaos” de COVID-19 en distintas localidades del territorio, vertiente más contagiosa y dañina que la original en el cuadro pandémico. Si a esto se le suma la relajación existente en un amplio sector de la sociedad nacional comprendido entre los 16 y 38 años, grupo social que ignora todas las recomendaciones sanitarias y sale a la calle ignorando las indicaciones de protectores de tono naso-bucal, como también el distanciamiento social, las cosas obviamente apuntan a un crecimiento exponencial de los contagios y fallecimientos difícil de ignorar. Aunque a muchos les resulte increíble, basta salir a la calle y prestar atención: hoy el 85 por ciento de los adolescentes no se protege en la vía pública y pone cara amenazante a quienes les recuerdan las indicaciones para evitar los contagios en la vía pública.
Tanto en las funciones teatrales como en los escasos complejos cinematográficos que por estas semanas retomaron su actividad, circunscriptos a una previsible limitación de aforo en estos ámbitos, la comprobación de los encargados de seguridad sanitaria de personas jóvenes ignorando sin el menor parpadeo las restricciones impuestas por la pandemia, se erigió en un problema que requiere urgentes determinaciones para evitar que en todos los ámbitos enunciados comience un nuevo foco contagioso sin control alguno. Los recitales que se realizan al aire libre en conocidos sitios de la Capital Federal como el Hipódromo de Palermo, el predio cercano al Aeroparque Jorge Newbery o la Rural, denotaron por las imágenes de algunos medios que cubrieron esas actividades que ciertos asistentes lejos están de respetar las indicaciones impartidas para mantener el control sanitario.
Los más preocupados por estas violaciones a los protocolos impuestos para resguardar al conjunto de personas que asisten a los conciertos, son fundamentalmente los productores, músicos y demás personal involucrado en la realización de los mismos, entendiendo que, de progresar esta conducta antisocial de ciertos espectadores, las consecuencias de estas actitudes lindantes con lo criminal podrían provocar una nueva paralización de los shows a nivel nacional en muy pocos días. Las fotos que ciertos medios exhiben del público que participa de estos espectáculos, dejó al descubierto que ignotos o famosos que asisten de manera frecuente a estas realizaciones, no cumplen con las indicaciones que existen para la concreción de los mismos. Integrantes del “clan Montaner” recientemente llegados a la órbita porteña que asistieron a un evento al aire libre, provocó los cuestionamientos sobre si estos mediáticos participantes cumplieron con la cuarentena existentes para visitantes de otras naciones.
En otros lugares donde se comprobó este cuadro de descontrol operativo, principalmente sobresalió una gama de recitales que artistas tropicales brindaron en Córdoba durante los últimos días, eventos en los cuales se comprobaron violaciones sanitarias por parte de un determinado número de espectadores, sin olvidar el descontrol que provoca en audiencias juveniles el irrestricto consumo de alcohol sin medir las consecuencias del mismo. Dentro del actual panorama donde las delimitadas concentraciones públicas no responden a todas las indicaciones impartidas para evitar problemas sanitarias, las cosas se complicaron más con la realización de múltiples fiestas clandestinas desarrolladas en Capital Federal y Gran Buenos Aires, lugares donde la policía de esos distritos debió intervenir para impedir que las mismas continuaran, superando los limites de aforo autorizados, sin olvidar tampoco que en estos encuentros ocultos de la mirada externa, también se halló importante cantidad de sustancias alucinógenas en las inspecciones efectuadas por las fuerzas de seguridad.
Las delimitaciones en la Provincia de Buenos Aires, suspendiendo toda la actividad entre las 02:00 y las 06:00 AM, todavía a la fecha no hallaron igual replica en Capital Federal, a la espera de nuevas mediciones sobre el crecimiento de los casos en este ámbito, aunque se estima que después de esta secuencia de feriados de origen religioso, las autoridades de la urbe porteña determinarían una medida similar para frenar el crecimiento de contagios que alcanzaron números muy preocupantes en estos últimos días. Para quienes todavía se lleven por las potenciales dudas de estas situaciones descriptas, queda totalmente abierta la invitación para recorrer arterias como las avenidas Santa Fe, Corrientes, Rivadavia, Del Libertador o Cabildo entre las 01:00 y las 07:00 AM. Lo que observarán es simplemente grupos de hasta 20 adolescentes circulando si ningún barbijo, consumiendo incluso casi al borde del amanecer alcohol, cuyos envases rotos desbordan veredas con la salida del sol.
Los realizadores de conciertos frente al cuadro de situación no hacen la vista gorda, pues se intuye que, si las complicaciones sanitarias se mantienen o aumentan todavía más, surja como respuesta institucional la total cancelación de actividades públicas, modalidad que todos recuerdan ocurrió durante el 2020 a mediados de marzo. Por entonces los recitales masivos de Soda Stereo y Maroon 5 previstos en el Campo de Polo de Palermo fueron suspendidos, los cines y teatros cerraron de inmediato sus puertas y el presidente algunas horas más tarde firmó el decreto de necesidad y urgencia instaurando el ASPO. Aquellas imágenes devastadoras con todo clausurado o cerrado azotan los pensamientos de todos los participantes de la industria artística, involucrados en una estructura que recién durante los últimos meses inicio un muy lento y duro camino de recuperación operativa.
Intentando revertir la cantidad de meses que no pudieron presentarse en vivo con público observando estas actuaciones, muchos músicos gestionaron bastantes recitales previstos para el mes de abril, tales los casos de artistas como Massacre, Ciro y Los Persas, Luciano Pereyra, Marcela Morelo, Juanse, Trueno, Divididos, Kevin Johansen, Vilma Palma, Los Tekis, La Beriso, Conociendo Rusia, Axel; The Beats y Miguel Mateos, entre otros. Estas figuras aguardan, como otros tantos artistas no mencionados antes, las definiciones que el problema sanitario detone en las decisiones políticas para evitar un crecimiento del grave problema provocado por la pandemia durante el último año. Indudablemente el fantasma de las suspensiones o impiadosas cancelaciones sobrevuela todo, si finalmente el gobierno asume la decisión de cancelar la totalidad de de estas actividades, excluyendo solo a los restaurantes o casas de comida para retirar comida hasta las 23 horas como tope horario.
La totalidad de los productores de shows, obras teatrales o aquellos dueños de complejos cinematográficos no ocultan su desánimo si esta decisión es asumida por las autoridades, apelando a que el sentido común de la población no agrave aún más el drama existente en relación a esta complicación mundial que afecta duramente a nuestra nación. Si bien en la mayoría de los casos los funcionarios de peso en la órbita gubernamental evitaron emitir la chance de proclamar un veloz regreso a la “Fase 1 del ASPO”, comprendiendo que la determinación en ciertos lugares provocaría una rebelión incontrolable, naturalmente las próximas jornadas y el número de contagios y defunciones signará las determinaciones que deban tomar para combatir esta adversidad sanitaria, asumiendo que el lento proceso de vacunación existente, no blindará todo lo necesario a los grupos de riesgo o aquellos de menor resistencia ante la nueva enfermedad que azota al mundo desde fines del 2019.
Fecha de Publicación: 01/04/2021
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