¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónJosé Luis Álvarez presenta su último trabajo, hecho en tiempos de cuarentena y pandemia: “La Canción Salvaje” es su cuarto trabajo discográfico y rememora vivencias, paisajes y sentimientos; una invitación a lo más profundo del artista.
El músico nació en General Roca, Río Negro (o Fiske Menuco, en mapuzungun), y ya en su adolescencia comenzó a interesarse por el arte, a través de la radio y juntadas con amigos, tocando la guitarra y cantando musicos latinoamericanos y argentinos, desde el rock hasta el folklore y, también, trovadores.
Es así que comienza a componer sus propias canciones y a tocar en pequeños lugares, como bares, peñas y fiestas populares roquenses y de localidades aledañas. De a poco se va abriendo paso en la escena regional.
Acaba de lanzar un disco de 13 temas, diferentes entre ellas pero que se entrelazan constantemente y se resume en el título: “La Canción Salvaje”; metafórico, disparador de ideas y de sentimientos del cual se inspiró y que lo hace constantemente. Algunas canciones son recientes, otras las tenía escritas desde hace cinco o seis años: todas son a partir de experiencias “como el exceso de soledad, un viaje a la cordillera con un amigo, la mirada de mi hijo, una noche con la música o las veces que llevo mi canto a escenarios de reclamos populares”, comenta el roquense.
Su hilo conductor es la región patagónica porque todos esos momentos (y personas) se sitúan en esos paisajes, tan variados y diversos como la música misma: valles, cordillera, mar, meseta; aunque también agrega que hay sentimientos más universales, como las que se pueden apreciar en las canciones “Idiotizados” o “Miradas de amor”. No solo en este disco, sino en todos los anteriores hace “canciones patagónicas”: “Vivir para Cantarlo” (2002), “Todo empezó con mi primer guitarra” y “Hombre viajero”, mostrando así la diversidad cultural social, histórica y paisajística que existe a lo largo y ancho del sur argentino.
José Luis está acompañado de Nicolás Colicheo en bajo, guitarras, teclados, percusiones, batería y arreglos; María Teresa “Teté” Vial en voces; Martín Jara en violín, ñorquín, quena, quenacho, cascahuillas, trompe, coros y recitado; Carlos “Gurri” Pichiñán en batería; Demián Álvarez en coros; José “Pampa” Santamarina en vibráfono y; Mauricio Contreras en acordeón. Además de sus temas propios, reversionó cinco canciones de otros autores patagónicos: Martín Jara de Balsa Las Perlas (Río Negro), Horacio Contreras, del conjunto La Chuza de Trelew (Chubut), Eduardo Guajardo, el "Guaja" de Río Turbio (Santa Cruz), Ignacio Boreal de Ushuaia (Tierra del Fuego) y Raúl Namunkurá de San Martín de los Andes (Neuquén). Rock, trova, folklore, como forma de musicar el día a día y su recorrido profesional.
En su página web, define a este último trabajo discográfico que le llevó más de año y medio (entre grabación y masterización, todo hecho en General Roca) como “Canciones para seguir creyendo en las pequeñas y grandes revoluciones que alguna vez cambiarán este mundo insensible y frenético, canciones para viajar hacia nuestro interior a rescatar la luz perdida, canciones encontradas por las solitarias y polvorientas rutas patagónicas”.
Con respecto a sus presentaciones y encuentros, que se vieron frenados por la pandemia y las restricciones sociosanitarias, entiende que los pequeños y medianos festivales son donde se los comprende y se los trata mejor que en los grande; las lógicas son distintas, ya que en los primeros, muchas veces, es donde se es más relajado, “hay alguna causa o evento de la que uno forma parte cantando y los anfitriones valoran y conocen lo que uno hace, entonces te cubren los gastos y se esfuerzan por pagarte un cachet que no te salva el mes, pero te ayuda y significa una valoración para tu oficio”, comenta el músico. A diferencia de los festivales grandes donde “el músico regional está muy desprotegido, el trato que recibe es muy diferente al que se le da a los que vienen de Buenos Aires o del exterior”, como si fueran relleno o, como ocurre casi siempre, la previa a la gran presentación en el escenario principal del artista famoso. Sin embargo, aclara que aprendió que “hay que aprovechar esas oportunidades de mostrarse, aunque el contexto sea adverso, hay que blindarse, tocar y seguir peleándola”.
La relación con otros músicos a través de encuentros le ha servido de aprendizajes: desde cómo tocar solo o grupalmente, cómo cantar, cómo componer y cómo planificar el trabajo en un estudio de grabación hasta ensayos y presentaciones en diversos lugares con otros artistas.
A Jose Luis se lo puede encontrar en las plataformas digitales, como Youtube y su propia web pero aclara que “nada reemplaza un abrazo, una mirada, un beso, un mate o una cerveza compartidos, un artista cantando en el escenario frente a vos y vibrando con vos, a eso quiero volver, cuando pase todo esto”.
Fecha de Publicación: 07/03/2021
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