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Semino Rossi: un cantante rosarino en Alemania

Semino Rossi es rosarino, pero hace muchos años que triunfa con su voz en Alemania. Conocé cómo lo logró.

Hay un argentino que vende millones de discos y le gustaría sentarse a la mesa de Mirtha. Hasta ahí, podemos estar hablando de varios artistas famosos de nuestro país. Pero hay un detalle: el éxito de este rosarino, desde hace décadas, no fue cosechado en territorio nacional. Es una estrella de la música, nada menos que en Alemania.

Los rankings de canciones y discos más escuchados del país germano están liderados por los rockeros Rammstein. Pero ahí nomás está Semino Rossi.

Cuando canta, lo hace a estadios llenos. Y su música rota constantemente en youtube y la radio y TV alemanas. Con el parate que hubo en 2020, para este 2021 le están armando una maratónica gira de 61 conciertos en siete países. Bien a lo estrella pop.  Pero ¿cómo logró forjar ese éxito?

La historia es larga. Arranca con los recuerdos de la Rosario que lo vio nacer hace poco menos de sesenta años. En sus antepasados inmigrantes había libaneses y piamonteses. Semino Rossi antes fue Omar Ernesto Semino. Parece que a algún que otro productor artístico se le ocurrió un cambio de nombre.

Este rosarino vivió la Guerra de Malvinas. Pasó 15 meses de Servicio Militar y salió como cabo de reserva. Allí ya puso en marcha su sueño de cantante.

Su estilo romántico chocaba con otra movida, que marcó una época en la Argentina. ese no era el tipo de música que quería hace y se fue a buscar su camino a Buenos Aires. Duró muy poco en la capital. Se fue a dedo a Bariloche, y durante esos tres meses de viaje decidió buscar su sueño en España. Fueron dos años y medio de juntar peso por peso para el pasaje. Sólo de ida. Para el de vuelta, no alcanzaba.

 

Perseverancia para el éxito

En 1985 aterrizó en Madrid. Arrancó cantando en la Plaza Mayor. No le iba bien. En Málaga, con otros compañeros de aventura, fue consiguiendo bares donde juntaba algo de dinero cantando. Se metía entre las mesas, cantaba tres canciones y pasaba la gorra. Nada de eso le alcanzaba y su sueño se veía lejos. Pensó en volverse a Argentina, pero no tenía con qué. Igual, recuerda que, en la calle, había momentos hermosos. Vivió de todo y supo observar la vida desde otro punto de vista.

Con sus compañeros de viaje consiguieron un auto y se fueron hasta Italia, a ver si había mejor suerte. Haciendo de todo para sobrevivir, conocieron a unos paraguayos que les recomendaron seguir la aventura en Austria. Hasta allá llegó este rosarino con su música. Se le ocurrió inventarse un traje de gaucho para causar impresión. Esa etapa le abrió las puertas a cantar en hoteles.

Así, ya formando una familia, sobrevivió hasta 2004. En una fiesta privada apareció un señor preguntándole si tenía un demo. Le dio un casete, y al otro día lo llamó el dueño de la compañía. Tenía que ir a probar suerte a Munich. Pasó la prueba, pero le dijeron que tenía que cantar en alemán. Fue un boom.

En meses, se hizo muy popular. Lo llamaban de los programas de televisión, lo saludaban en el supermercado. Empezaron a llegar los conciertos, las giras y las multitudes.

Hoy, todos los años, hace uno de esos viajes especiales en crucero con 600 fans exclusivos. Tiene sobre sus espaldas a 120 empleados.

Pero lo que más destaca son sus dos hijas, que se formaron en un hogar en el que su alemán materno iba a la par del castellano paterno. Y tiene un nieto pequeño, su alegría cotidiana.

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