¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Lunes 27 De Marzo
Hay discos de estudio que producen un impacto definitivamente inolvidable en la historia de la música. Sin dudas uno de ellos es “Contrareloj”, segundo álbum en la gran carrera de la banda mendocina “Los Enanitos Verdes”, un conjunto que gracias a ese brillante trabajo llegó a los lugares más destacados del mundo musical nacional. La formación ya tenía por aquél momento, finales de 1984, su ópera-prima llamada con el nombre del conjunto, una placa que sorprendió a los críticos y radios FM con la canción “Aún sigo cantando”, tema que les permitió llegar al “Festival de La Falda” consagrándose como el “grupo revelación” tanto para el público como para los medios especializados de aquél momento. En aquella época, muchos músicos de nombre actuaban en el evento cordobés, jornadas donde solían tocar artistas de mucha trayectoria junto a formaciones incipientes que accedían a la grilla del evento que reunía en tres jornadas lo más selecto y cautivante de la escena argentina.
Por esas cosas del destino, una de las personas que estaba viendo el show de la formación mendocina, fue el ex-tecladista de “Los Abuelos de la Nada”, Andrés Calamaro, quien por esas horas contactó a los intérpretes provinciales en camarines, entablándose una amistad que creció con el paso de las semanas. Los músicos no solo le acercaron el primer vinilo de ese grupo mendocino, sino también las maquetas de varios temas que deseaban grabar en un estudio de calidad en Buenos Aires. Interesado en aquél momento por desarrollar a esa altura de su trayectoria un camino como productor artístico, decidió ofrecerle a aquél ensamble provincial la posibilidad de llevarlos a la Capital Federal para registrar aquellos temas y ver la chance de publicarlos a nivel nacional. Todos estos detalles históricos que conciernen a la legendaria formación oriunda de Mendoza, guardan íntima relación con el hecho que este mes de septiembre se conmemoran 35 años del lanzamiento del exitoso álbum “Contrareloj”, de los “Enanitos Verdes”, vinilo que incluye hits como “La muralla verde”, “Simulacro de tensión”, “Cada vez que digo adiós”, “Solo dame otra oportunidad”, “Luchas de poder” y “Es una máquina”.
Coincidiendo con el 35 aniversario del mejor disco en la historia de la banda mendocina, se produjeron dos novedades muy especiales. La primera es que el álbum además de estar en las plataformas digitales con el bonus de dos temas que estuvieron en un gran vinilo de remixes, ahora tendrá en esa misma estructura tecnológica el segundo disco del fundador del grupo, titulado “Beat Club”, material que después de una limitada edición en CD no se encontraba disponible en ningún formato. Desde el martes 14 ya está disponible en las variadas plataformas ese legendario álbum solista editado por Marciano Cantero, trabajo como solista que se publicó en agosto de 1991 durante una pausa en la exitosa carrera de Los Enanitos Verdes. “Beat Club” fue el segundo trabajo en solitario, tras haber debutado en este formato tecnológico durante 2020 con “Luna nueva”, primer disco solista que en estas horas también conmemora 30 años desde su recordado lanzamiento. Por aquellos años, el bajista y cantante había aprovechado una pausa en la actividad de la formación más recordada de Mendoza, para lanzar su segundo opus sin sus compañeros, un proyecto que tuvo invitados de lujo como César “Banana” Pueyrredón en el tema “O quizás vos” y la dupla Javier Calamaro-Gitano Herrera (Los Guarros) en “Las luces del bar”. Por aquél momento, el líder de la banda mendocina tenía su propio staff, llamado curiosamente “Los Planeadores”, donde sobresalían Alejandro y Marcelo Devries, dos jóvenes intérpretes que adquirirían popularidad al ser convocados por Pedro Aznar para su grupo solista.
Estamos de aniversario!!!!🎉🥳 🎉🥳#contrareloj #Aniversario #EnanitosVerdes#EV pic.twitter.com/aUlRk5SaV1
— Los Enanitos Verdes (@EnanitosVerdes1) September 2, 2021
Convencido que podía sacarles hasta la última gota de talento que tuviesen adentro de la sala de registro, Andrés Calamaro se ofreció a los mendocinos como productor artístico después de escuchar los demos de lo que sería el segundo LP de la banda de Mendoza a nivel nacional. “Contrareloj” fue grabado en los meses de mayo y junio de 1986 en los estudios Panda, una histórica sala porteña con Mario Breuer como ingeniero de grabación de aquél proyecto. En aquella época, el grupo estaba formado por Marciano Cantero en voz y bajo, Felipe Staiti en guitarras, Tito Dávila en teclados, y Daniel Píccolo tocando la batería. Además, en este álbum publicado por el sello CBS participaron invitados como Alfredo Desiata (de Los Abuelos de la Nada) en saxo alto en el tema “Tus viejas cartas”, trabajo en esa sala del oeste porteño donde el propio Calamaro sumó teclados, percusión, efectos, coros y textos del sobre interno.
Hay dos grandes historias detrás de los hits de este disco. Por un lado, “La muralla verde” surgió a bordo de un micro durante una gira del año anterior, época en que recorrieron toda Argentina y Latinoamérica como banda de apoyo del cantante Piero. Por suerte Marciano tenía un grabador portátil y ahí mismo grabó una primera versión, que era un poco más rápida y tenía un estilo cercano al ska. Meses después, revisando aquellas grabaciones, la encontró y le dio forma definitiva. Fue el primer gran éxito masivo de Enanitos Verdes. Por otra parte, “Tus viejas cartas” fue dedicada a la novia que tenía en Mendoza antes de viajar a Buenos Aires para probar suerte con la música, a los 21 años. “Se la escribí a ella, pensando en todas las cartas que ella me habría escrito y en dónde había quedado todo aquello,” contó Marciano a los medios después de su publicación, un track que pegó con mucha contundencia. Era una canción de amor llena de melancolía, nostalgia y emoción, pero tres décadas después la historia tuvo un final feliz: el cantante volvió a ponerse en contacto con ella, retomaron su noviazgo y se casaron.
Tras la edición de este álbum, el grupo creció en popularidad, no sólo en Argentina sino también en todo el continente, donde se convirtió en una de las bandas más famosas del rock argentino en el exterior, junto con Soda Stereo y Miguel Mateos/Zas. El conjunto de Mendoza lanzó después algunos atractivos discos como “Habitaciones Extrañas” (1987), “Carrousel” (1988) y “Había una vez” (1989), entre otros, época en que los artistas de este país publicaban casi con una frecuencia anual sus nuevas canciones. De aquella banda que grabó aquél inolvidable álbum “Contrareloj” quedan el bajista Marciano Cantero y el guitarrista Felipe Staiti. El tecladista Tito Dávila en 1990 se radicó en España y comenzó una carrera como productor de artistas, mientras que el baterista Daniel Pìcolo decidió no continuar con este conjunto a final de 2010, siendo reemplazado por el destacado músico Jota Morelli, quien venía de tocar con Luis Alberto Spinetta y Pedro Aznar. La banda que grabó “Contrareloj” se convirtió en unos de los grupos más destacados del país, pero por una curiosa cuestión jamás develada, jamás hicieron cabecera en Buenos Aires tocando y eso los marginó de la consideración, circunstancia que provocó que los músicos de aquél momento se radicaran en México utilizando ese país como plataforma de operaciones.
“Contrareloj” se publicó en su momento en vinilo y cassette por el sello CBS, ahora parte de la multinacional Sony Music, álbum que incluía los famosos temas “La muralla verde” (Cantero/Piccolo), “Conciencia contrareloj” (Dávila/Giaquinta); “Cada vez que digo adiós) (Cantero), “Tus viejas cartas” (Cantero), “La luz del río” (Dávila/Staiti), “Simulacro de tensión” (Dávila), “Sólo dame otra oportunidad” (Cantero), “Luchas de poder” (Dávila), “Es una máquina” (Cantero) y “Algo terminó mal” (Dávila). De aquél álbum emergió la versión dance de “Simulacro de tensión”, un disco donde sobresalía un muy característico sonido de teclados que simulaba una sección de bronces, un sintetizador que funcionaba además como sampler pudiendo grabar sonidos naturales, reproduciéndolos luego en las dos direcciones del octavado tecladístico como si fuese un registro original. El portador de aquél instrumento sofisticado era obviamente Andrés Calamaro, quien en sus viajes al exterior había regresado de los Estados Unidos con un “Mirage” de la firma “Ensoniq”, un instrumento sofisticado de menor precio que los de la línea Emulator, por aquél tiempo el aparato más sofisticado en esa función, aquél que había usado el rockero Charly García para samplear la voz del músico James Brown y colocarla en la canción “No me dejan salir (Estoy verde)”.
Fecha de Publicación: 17/09/2021
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