Comodoro Rivadavia, la ciudad que pelea el podio de capitales, porque nunca se sabe si es del petróleo o del viento, también da grandes artistas que despegaron no solo a nivel provincial o nacional, sino que lo hacen hasta llegar a un película de Hollywood; el camino largo de la profesionalidad de lo autogestivo se ve claro en ellos: Los Cheremeques, cumbia patagónica.
No solo son un grupo inmenso de cumbia (son 10 músicos y otra persona en la parte técnica), nacieron desde la articulación del descubrimiento y jugueteo de la cumbia, de la salsa, del pop, de lo orquestal y otros ritmos latinoamericanos. Un estilo parecido a la banda La Delio Valdez, pero con sonidos de los vientos sureños que “las delinea y las hace realmente auténticas”, afirman.
La familia de Los Chere está compuesta por Cristian Puschel en voz y guitarra, Lucas “Tuka” Falcón en timbales, “Topo” Ruíz en conga, Andrés Tolosa en güiro y coros, Franco Cameletti y Santiago Kalim en trombón, “El Vasco” Uribarri en saxo, Lucas Cunningham en teclados, “Gallego” Villar en bajo y Francisco Martínez en trompeta y coros; además de Leonardo Campastro que realiza la parte técnica de sonido.
Diez años después de su nacimiento y con dos álbum publicados en todas las plataformas digitales, la banda ve cómo el crecimiento de ellos como individuos va a la par de lo colectivo y de cómo realizan el trabajo de la cultura: del primer trabajo discográfico, Ruido en familia, recuerdan que fue uno grabado en una casa de Villa Progreso (Buenos Aires) y con colchones para acustizar. Nadie se esperaba que llegara a la película Focus protagonizada por Will Smith porque no fue el fin: “Uno no busca eso, no apunta a eso y (nos) parece también osado de parte de la productora meter una banda under”, repiten los integrantes aunque también agregan que “es esperanzador que tu música pueda ser humilde y volar alto”.
Espíritu Guerrero ya demuestra la madurez de un grupo cada vez más profesionalizante desde su lado cooperativo y autogestivo, un sector que muchas veces se ve desprestigiado. Ya no es solo un grupo de amigos sino son compañeros de responsabilidades musicales, pero también operativas y de producción: organizar shows, colaboraciones y alianzas con otras bandas, fiestas, plantearse objetivos, dinamizar el grupo y la música en sí, esa ida y vuelta con la ciudad del viento, con la de las diagonales, La Plata y la de la furia, Buenos Aires. Su recorrido abarca Rosario y Córdoba, entre otros destinos donde se alza la voz y los instrumentos de estos comodorenses.
Si alguna vez escucharon o siguen el proyecto de Los Cheremeques, verán que su música no es para nada estática: el dinamismo progresivo en sus letras y también de sus videoclip, avanza a la par de un empoderamiento de sus conocimientos de otras influencias de las artes: la mezcla que se da “sin querer queriendo”, la raíz del proyecto, el contenido y los paisajes que se intenta demostrar es también, la razón por la que se grita y se agita en cada fiesta de la banda: cumbia patagónica, cumbia patagónica.
La Plata cobija a Los Cheremeques durante casi todo el año: es la ciudad que los ve y escucha, son los seguidores, fans que en cada show están y los nuevos que se van transpirados de tanto bailar junto a los músicos, en constante cercanía. La familia Chere es también otros grupos y artistas patagónicos, como Falsa Cubana o PAZ, con lo que muchas veces hacen colaboraciones en videoclip o comparten una fecha, nutriéndose así de una explosión musical de elementos, ritmos y mezclas impredecible pero a la vez familiar que ofrece cada minuto de las cumbias de estos patagónicos alrededor del mundo.
Licenciado en Comunicación Social. Nacido y criado en Chubut, actualmente alejado del pago. Siempre que puedo, hablo de la Patagonia. Tengo buena memoria –para cosas bastante intrascendentes, pero buena memoria en fin–. Le meto ganas a lo que hago, porque sin pasión no vale la pena.