¿Existe un jazz argentino?

Aún hoy, hay quien niega la existencia de un jazz argentino, porque la ligazón entre ese género musical y la cultura afroamericana es casi indestructible. Sin embargo, sí existe un jazz autóctono y una larga tradición de músicos locales que lo llevan adelante desde hace más de 100 años.

La pregunta es ¿cómo llegó el jazz a la Argentina? La respuesta es simple: en barco, como tantos otros símbolos de nuestra cultura. Como el tango, como el folklore, géneros a los que sí sentimos bien argentinos. No obstante, parece que existe una suerte de negación de la tradición argentina del jazz, cuyo surgimiento –como decíamos– convivió con el del tango y el del folklore como músicas nacionales.

Tal vez, la principal diferencia entre aquellos dos géneros musicales y el jazz radique en que, en el caso de este último, está ligado más fuertemente a la tradición afroamericana. Y decimos “más fuertemente”, porque tanto el tango como el folklore poseen las mismas raíces “negras” o africanas, solo que estas están “invisibilizadas”: de eso no se habla.

El jazz, a su vez, no sufrió grandes transformaciones, como sucedió con el folklore o el tango cuando se incorporaron como nuevos ritmos a nuestro país. Es por esto que se hace más difícil sentirla como una música autóctona, porque –en apariencia– tiene poco de “nuestro”. Y hay, quizás, un último motivo que expuso en su momento el recordado Walter Malosetti: “El jazz, al igual que la música clásica, maneja sus propios tiempos, tiende a la cultura, y eso molesta un poco”.