¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Lunes 05 De Junio
Nombrar a Eduardo Guajardo es nombrar a Santa Cruz, a la cuenca del Río Turbio y también a la Patagonia en su totalidad.
Ya hemos mencionado que es un artista con más de cuarenta años de trayectoria, que va cantando y contando sobre la vida en su tierra natal, los paisajes, los pasares de los obreros, los placeres y los golpes del territorio patagónico que tanto ama.
Referente de la música santacruceña junto al inolvidable Hugo Giménez Agüero y al gran Raúl "Gato" Ossés, quien todavía sigue difundiendo por el país la música de la Patagonia, "El Guaja" nos propone un debate sobre esto mismo: ¿qué es la música de la Patagonia? En ese sentido, el artista asegura que "para el mercado", lo que él hace no es música patagónica, dado que él no se limita a cantar kaanis, loncomeos o chorrilleras, sino que nos hace disfrutar de sus cuecas, candombes o zambas.
Sin embargo, él no tiene dudas de que su repertorio es de música patagónica. ¿Por qué? Porque nació en la Patagonia, se crió allí, vive en ese extenso territorio de nuestro sur argentino, cuenta sobre la Patagonia y le da voz a los habitantes de ese lugar. Si se le permite a quien escribe la opinión, sí, la música del "Guaja" es patagónica.
Si bien Eduardo Guajardo comenzó a cantar sus propias canciones a los 14 años, el primer material discográfico del "Guaja" salió a la luz en 1997, cuando tenía 29 años: Señales de vida. Allí, el santacruceño mostró, además de la geografía patagónica, la vida del obrero. En ese disco aparece una de sus obras más conocidas: "Que va a pasar un obrero", canción que se convirtió en un estandarte de la lucha de los mineros de Río Turbio y que él mismo cantó dentro de una mina a cinco mil metros de profundidad y al pie del cajón de tres mineros muertos en la tragedia de la mina 5.
El disco se completa con "Fruto de un sueño", "La hierba mala", "Vientos", "La muerte del ovejero" –su primera canción, que compuso por la muerte de un amigo de su padre–, "Señales de vida" –que le dio nombre al disco–, "El beso", "Peón de nadie", "Para hallarla" y "Mujer y madre".
En el 2000 llegó Una mirada al sur, que contiene 12 canciones, 9 de ellas de su propia autoría, donde se repiten algunas de su álbum debut. Las tres restantes son obra de Atahualpa Yupanqui y Horacio Valles -"La guitarra", que lleva el mismo nombre de una canción a la que León Gieco le puso música a los versos de Atahualpa, pero no es la misma; de Roberto Calvo y Gustavo Kehoe, "Solo un recuerdo"; y de Armando Tejada Gómez y Julio Lacarra –que participó de la grabación del disco–, "Ronda para barrer el patio".
En esta segunda entrega del santacruceño volvemos a escuchar "Que va a pasar un obrero", "El Beso" y "Peón de nadie". El álbum también tiene las obras "Nostalgiando", "Tan solo un hombre", "La redomona", "Señales", "La bienvenida", y concluye con la canción que le da el nombre al disco: "Una mirada al sur".
En 2004 salió a la luz Un grito de ida y vuelta. La canción que le da nombre al disco es un poema de Tejada Gómez que "El Guaja" musicalizó y es el sexto track del disco. Son 115 temas que son obra del santacruceño. Dos de ellas, "La sombra del limonero" y "El presagio", en coautoría con Néstor Basurto.
"Hacer de la vida un sueño", "Postales", "Mi provinciana", "Como el viento", "Soledades", "Chacarera del silencio", "Ademán de pájaros", "Bailecito esperancero", "P'al desagravio", "Gesto de dar", "Ya no hay más" y "La veleta o el viento", el candombe que contó con la participación del "Sabalero", José Carbajal, el recordado trovador uruguayo fallecido en 2010.
Cantares de la lejura fue editado en 2006 y fue caracterizado como "esa mirada al sur sin antojos de turista".
"El desamado", "Regreso a la dicha primera", "Transparentes", "Milonga trasfoguera", "Oración del lapachal", "Cantolina del águila", "Elogio del tiempo", "Canto con sentido", "Sin olvido", "Vuelvo siento y canto", "Carta a un trovador" y "Los amigos", los compañeros dan música a esta obra que continúa cantando y contando sobre la Patagonia, los pueblos abandonados "por la angustia y el dolor", como reza en "Soledades" los personajes de los pueblos patagónicos y las vivencias de nuestro sur.
Una obra que compartió con Claudio Sosa, pero no menos importante y una gran muestra de su esencia fue la Ruta de la dignidad. Un trabajo autogestivo que ambos impulsaron recorriendo todo el país, de sur a norte, visitando fábricas recuperadas. Canciones de ambos y de otros grandes artistas como el "Duende" Garnica le dan vida a esta gran recopilación
"Presentes... ahora y siempre", "El YPeFiano", "El activista", "Que va a pasar un obrero", "Mensaje de invierno", "Chacarera del olvidao", "Te brillé", "Soledades" y "Olor a goma quemada" son las obras incluidas en la Ruta de la dignidad.
Este 2020 todavía nos mantiene a la expectativa de Infinitos, su nuevo trabajo discográfico que él mismo aclaró que está dedicado a sus hijos Pablo, Taiel y Catriel Guajardo.
"El Guaja" lleva 40 años cantando y contando, sin perder vigencia y regalándonos todo su talento.
Fecha de Publicación: 23/11/2020
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