La última aparición pública de Charly García, si así puede calificarse, fue un llamado telefónico a la producción del programa “Los Mammones”. Balbuceando entrecortado, como si tuviese canicas en la boca, respondiendo con monosílabos en voz baja. Así está Charly García, el hombre que marcó un antes y después en la música nacional con gran cantidad de canciones, instaladas absolutamente a fuego en el inconsciente colectivo de millones de argentinos, quienes hoy desconocen el estado de salud del músico ante una estructura que en los últimos años montó una cúpula de blindaje que muy pocas veces fue abierta para que el artista cobrase exposición pública.
La última salida pública del músico ocurrió en pleno invierno, cuando el fundador de la recordada agrupación “Sui Géneris” visitó a un oftalmólogo privado en un edificio de la calle Charcas al 2700. En esa aparición, acompañado por dos asistentes, el artista llegó a ese lugar portando una pequeña guitarrita y caminando muy lentamente se introdujo a la edificación ubicada sobre la mano derecha de esa arteria a muy pocos metros de la calle Anchorena al 1300. Un par de curiosos que lo identificaron en ese ingreso, tuvieron el curioso privilegio de obtener alguna imagen de la reconocida figura musical, quien en el lugar sonrió cortésmente prestándose a alguna foto tomada con tradicionales celulares.
Recluido en el departamento 7º15 que el músico tiene en el edificio con placa 1905 de la avenida Coronel Díaz a pocos metros de su par de Santa Fe, lugar al que muchas personas bautizaron como la “esquina Charly García”, el prestigioso artista pasa días y días sin gran actividad, acompañado de su legendaria pareja Mercedes Iñigo, denominada “Mecha” por la totalidad del grupo de contacto que esta mujer tiene en las últimas décadas. Conviene recordar que la mujer que se convirtió finalmente en la pareja del cantautor, es la persona que aparecía detrás de un gran tul que cubría el frente del escenario en los recitales que García desarrolló en el local La Trastienda en el año 2007.
La joven que aparecía sentada al medio del escenario vestida con ropas de perfil hindú, permanecía sentada allí durante un largo rato y después de retiraba... Cualquier parecido de esta persona con aquella dama oriental llamada Yoko Ono, es a la altura de los hechos simplemente pura casualidad. Corrían los primeros días de septiembre de 2007 y Charly después de dos shows sin inconvenientes, descarrilaba fruto de la tensión existente en el contexto hogareño, cuando el lunes 10 de septiembre subió al escenario de LTC cuatro horas más tarde de lo anunciado. Los problemas crecieron, los dueños del lugar a raíz de lo ocurrido decidieron cancelar el concierto del día miércoles 12, pero un día antes bajo una crisis perceptible, al artista apareció en ese local, lugar que estaba cerrado, encuentro que terminó con golpes y empujones, noche donde el músico apareció con la cara pintada de tinta roja, azul y blanca, rostro que lucía hinchado por los impactos recibidos. Ese fue el recuerdo emergente de sus shows acompañado por quien luego fue su pareja hasta los días que corren.
En el último año y medio Charly fue noticia pocas semanas después que se anunciaron las restricciones sanitarias. El famoso artista debió ser internado de urgencia durante la tarde del sábado 30 de mayo de 2020, por un cuadro de fiebre alta y graves dolores pélvicos. El numeroso equipo médico que lo atendió en el IATD (Instituto Argentino de Tratamiento y Diagnóstico) en la calle Marcelo Torcuato de Alvear comprobó que el reconocido músico no tenía “covid 19”, estableciendo que el malestar porque el que fue internado respondía a un cuadro infeccioso en su cadera, lo que se tradujo en algunas líneas de fiebre y también dolores en su bajo vientre, sin olvidar algunos malestares respiratorios. Días más tarde recibió el alta provisoria para continuar con la recuperación en su hogar, recibiendo una batería de antibióticos y analgésicos destinados a atenuar el grave malestar que detonó su internación, problema físico que tuvo desenlace positivo varias semanas más tarde.
Estos problemas en su cadera no son nuevos. Varios años antes, el rockero debió ser intervenido de la cadera, operación que obligó a colocarle una prótesis, la cual tuvo a los pocos meses una reacción bacteriológica que obligó a una segunda operación, una estadía en el quirófano de ese sanatorio a pocos metros de la Facultad de Medicina que sirvió para restablecer el orden sanitario en su organismo, purificando el intenso cuadro infeccioso que había tomado parte de la zona operada algunos meses antes. Se torna en verdad necesario recordar que tras estas intervenciones, el músico recibió la indicación de los facultativos de concretar tratamientos kinesiológicos para reestablecerse a la brevedad, pero sorpresivamente el artista desistió incomprensiblemente de los mismos, una situación que generó que el músico hoy no tenga correcta sustentabilidad cuando camina, aislados momentos en los que se moviliza asistido por su acompañante terapéutico Tato.
Este no es el único problema físico que aqueja al conocido artista. Hace más de un lustro que sus apariciones se redujeron a unos pocos conciertos, algunos en el Teatro Coliseo, otros en el Gran Rex y un par en el Luna Park. En todos ellos es acompañado por varios asistentes y personal terapéutico, debido a su imposibilidad de caminar correctamente y sostenerse de pie por la absoluta falta de equilibrio. Muchas de estas presentaciones que ocurrieron imprevistamente, fueron anunciadas con muy pocas horas de antelación por las redes sociales, agotándose los tickets en cuestión de segundos. En estos recitales se pudo ver al tecladista muy débil físicamente, acompañado por la banda que integran su trío de sesión oriundo de Chile, más la vocalista Rosario Ortega y el tecladista Fabián Quintiero, conjunto que lo acompañó en estas presentaciones que no se extendieron por más de 65 minutos de duración, lapso de tiempo que logra permanecer de manera equilibrada para concretar un recital. Muchas veces se ha retirado de los mismos de manera sorpresiva, para regresar 70 minutos después y tocar apenas una canción ante la sorpresa de todos los espectadores presentes en esas ocasionales actuaciones.
Su voz definitivamente es un susurro oxidado, garganta que en pocos pasajes ostenta una supuesta afinación, conciertos donde el público interactúa como un karaoke, mientras la acompañante vocal Rosario Ortega lidera ciertos pasajes líricos ante la ausencia vocal del anfitrión de estas aisladas interpretaciones. Las manos del músico funcionan actualmente a un menor porcentaje del que ostentó hasta mediados de 2006, las cuales sufrieron como era de esperar un estancamiento fruto de las medicinas recibidas desde el 2008 para lograr una corrección corporal a nivel general. Los facultativos en su momento le solicitaron a este paciente que concretara tratamiento kinesiológico en las mismas, pero el músico no hizo caso a esta recomendación de los médicos, lo que devino en cierta inmovilidad de esas extremidades superiores cuando el artista intenta tocar teclados o guitarras. Con el paso de los años este malestar no solo no fue subsanado, sino que se incrementó seriamente en sus ocasionales apariciones en escenarios de nuestra ciudad. En cuanto a su protección contra la enfermedad que percutió masivamente en nuestro territorio, quedó confirmado que el artista ha recibido en los últimos meses las dos dosis de la vacuna soviética “Sputnik 5”, aplicación que no le permitiría visitar a muchos lugares del mundo en caso que intente presentarse en otras partes del globo terráqueo.
Sobre su futuro artístico corren diferentes versiones. Por un lado su manager, el productor José “el Perro” Palazzo, indicó que el añejo rockero está preparando nuevas canciones para darlas a conocer próximamente. Esta reciente información también fue refrendada por el mediático conductor de televisión Carlos “el Bebe” Contepomi, quien sostuvo tener línea directa con el artista, quien le señaló que esta preparando nuevos temas. Esas versiones en torno a un nuevo álbum no parecen guardar mucho sustento con la realidad, pues alguien de su entorno que pidió mantenerse bajo testimonio anónimo, confirmó que estuvo con el artista en una sala de grabación, pero que las cosas escuchadas en ese lugar no pasan de ser simples maquetas a las que les falta muchísimo trabajo y orquestación, amén de duras sesiones para registrar las voces de esas composiciones. Sergio Ponfil, prestigioso label manager local del sello discográfico Sony Music Argentina, en varias ocasiones indicó que no hay novedades artísticas en torno a este muy prestigioso compositor, tiempos en los que la destacada compañía musical permanece totalmente cerrada con las persianas bajas, paredes grafiteadas y signos de descuido higiénico en sus áreas de ingreso. Es muy necesario recordar que el último disco del músico a nivel oficial se llama “Random”, una gama de composiciones notablemente inferiores de calidad que lo hallan cantando con un tono vocal muy cercano a un curioso mix entre el mini-yoda y el emblemático personaje de cine ET, material que debe haber estado el rockero en sus cabales, jamás hubiese que dichas canciones vieran la luz de la olvidable manera en que asomaron al público.
Mientras el músico argentino permanece mayoritariamente encerrado en su amplio hogar del barrio de Palermo, sin brindar señales de actividad, crece la preocupación en muchos colegas que compartieron actividad profesional con él. Durante una extensa entrevista en el canal América TV, la notable cantante pop Fabiana Cantilo denunció que no le permiten tomar ningún tipo de contacto con quien fuera el productor de su primer disco solista, una vocalista que trabajó varias temporadas con el brillante tecladista. Sumándose a todo este contexto que critica la forma en que se manejan alrededor del músico en la actualidad, Juanse, el líder de los “Ratones Paranoicos”, también se sumó a esos cuestionamientos al indicar que no le permiten establecer ninguna comunicación o contacto con el artista, una dupla de declaraciones que no sorprenden en absoluto a quienes siguen la vida artística del intérprete en las últimas temporadas. Tiempo antes, el conocido periodista Sergio Marchi había denunciado cierta censura o restricciones alrededor del artista, siendo este el autor de su biografía autorizada “no digas nada” y también ocasional baterista en algunos pasajes de su carrera, comunicador que confirmó que el rockero alojado en la residencial avenida Coronel Díaz se encuentra aislado de todas sus viejas amistades.