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Andrés Calamaro cumplió 60 años y lo celebramos con una nueva entrevista exclusiva

El domingo 22 de agosto el talentoso músico argentino conmemoró seis décadas de vida, oportunidad en la que aceptó reflexionar sobre sus recientes experiencias artísticas y dar su particular punto de vista sobre otros temas de importancia a nivel general.

Música

El domingo pasado, mientras el invierno todavía daba elocuentes muestras de no sentirse protagonista de fines de semana donde el calor suele coparle feroz la parada, los registros dieron destacada cuenta que el brillante músico argentino Andrés Calamaro se encontraba festejando 60 años, un talentoso creativo nacido en 1961 que recientemente publicó por el sello Universal Music Argentina su nuevo trabajo “Dios Los Cría”, un materia con duetos que el artista concretó en los años previos a la pandemia. Aceptando de manera telefónica hacer una prolongada revisión de sus trabajos, Andrés Calamaro se refirió al último álbum lanzado, pero sin olvidar tampoco otras publicaciones de su autoría o esos temas de interés general en los que suele tener un destacado punto de vista. Estas fueron sus apreciaciones en su nuevo encuentro con Ser Argentino:

 

 

Tu álbum “Dios Los Cría” recibió un premio en la última entrega de los Gardel y después de esa situación una agencia de noticias te preguntó su el mismo era un trabajo de boleros, algo que te hizo poner orden en medio de la confusión que provocaba la pregunta. 

Andrés Calamaro: me parecía oportuno evitar las posibles confusiones, a ese disco no lo pensamos como álbum de boleros, yo entiendo al bolero como un tempo, la velocidad de la clave, pero no honestamente no soy estudioso del bolero. Escucho sí, cosas del rubro y suelo ponerle la oreja a los tríos mexicanos, Armando Manzanero y otros artistas, pero me parecía oportuno aclarar que “Dios Los Cría” definitivamente no es un “álbum de boleros”, es un proyecto muy ligado al jazz & pop.

 

¿Sentís que las canciones pueden mejorar al intérprete y generar también un efecto en viceversa al respecto?

Andrés Calamaro: Totalmente, las dos cosas. Tiene que ocurrir así. Entendemos que una canción sin intérpretes no existe, es una partitura, una letra garabateada, o un pentagrama, nosotros los intérpretes recreamos las canciones, llámense canciones, standard, blues o el nombre que les corresponda a esas obras musicales ya dispuestas. Lo puntual es que para la logística de este disco, pensábamos en decenas de cantantes para decenas de canciones que habíamos grabado comandados por el productor Carlos Narea, me da la impresión que es un disco de cantantes muy buenos, curtidos en muchas grabaciones, todos artistas y especialistas en cantar con sentido y sensibilidad.

 

¿Cómo recordás tus anteriores proyectos musicales en compañía de otros músicos?

Andrés Calamaro: No hay una respuesta breve para eso y conviene aclarar que no soy un neto suscriptor de la nostalgia. Aún así y como vos conocés bastante de cine, te cuento en torno a esto que mirar para atrás me remite a la escena final de Blade Runner, la de la lluvia entre Harrison Ford y Rutger Hauer, cuando el androide le dice “he visto cosas que ustedes nunca hubieran podido imaginar”, sinceramente es lo primero que me animaría a decir al respecto.

 

Andres Calamaro

 

¿Cómo sigue tu agenda después de publicar “Dios Los Cría”?

Andrés Calamaro: Estoy preparando distintas ediciones del proyecto “Honestidad Brutal”, enfocando la primera edición en long play. Es decir, primera reedición después del famoso CD del año 1999, grabación que produjo Joe Blaney en un estudio de Nashville con mucho cariño y talento. La idea fue lanzar un doble LP para el Record Store Day y a eso sumarle una caja que reúne estas dos cosas además de contenidos de los llamados “inéditos y alternativos”. Paralelamente a esto, aún sin estar allá ahora para acompañarla de manera presencial, hay una reciente exposición inaugurada en España con mis fotos, que lleva por título “Devenir toro”, cuna muestra que fue curada por Rodrigo Cañete, en la galería Azur, de Madrid. La idea es que esa muestra tenga un recorrido itinerante, por más que puedas verla ahora en modo virtual desde tu computadora. 

 

 

En tu anterior álbum “Bohemio” aludías a Luis Alberto Spinetta en “Belgrano”. ¿Cómo fue recordar la relación que tuviste con “el Flaco” y el excelente concepto que Luis tuvo hacia tu persona y labor?

Andrés Calamaro: Es importante que recuerdes Gabriel el gran respaldo que siempre me dio el “Flaco” y esa amistad que me brindó, tanto a mí como a todos los compañeros que le acompañaron y frecuentaron. Nunca perdí la capacidad de admirar y mantendré viva la fascinación por el arte de Luis, además hoy recuerdo absolutamente todo, desde la primera palabra hasta el último abrazo. El día que le conocí en un ensayo de “Nito Mestre y los Desconocidos de Siempre”, me pidió que le sostenga la Gibson y le arrimé un Parliament. El último abrazo me lo dio en el Aeropuerto de Santiago de Chile. Me emociona recordarlo. “Belgrano” es el dialogo que no tuvimos… nos faltó tiempo. Está planteado en la 3era persona singular como una conversación imposible en esta tierra.

 

 

 “Bohemio” tiene tango, suave y suave melancolía por la gente que ya no está. ¿Cómo llevás los últimos años donde todos un poco vamos deglutiendo esa situación de gente que ya no nos acompaña físicamente?

Andrés Calamaro: Lo llevo como puedo. La muerte del “Flaco” fue un duro detonador de sensaciones catastróficas. Hubiera preferido que nada de esto ocurra pero el tiempo trae sus coplas de esperanza y desdicha… La vida es así. Cada generación sufre pérdidas y bajas honorables, toda la historia está salpicada de guerras, enfermedades, jeringas y episodios que merman la existencia. Ya nacimos una vez, ahora nos toca vivir. Y disfrutar. Asimismo, considero al tiempo una cuestión cultural y metafísica, una forma demasiado occidental de plantearse la existencia. Vivamos ajenos a los cumpleaños, olvidemos que existe la navidad; respetar el paso de las estaciones como un asunto que importa a las cosechas. Hay que vivir cada día cantando, escuchando música… o hablando de música.

 

¿Cómo llevás la incomprensión que puede generarte tu profesión cuando hay malos tiempos y poca paciencia o escasa compañía junto a uno al no estar bien?

Andrés Calamaro: Alguna vez me sentí acorralado, marginal y "outsider" en un mundo que no perdona los derrapes. Con esa sensación oxidada escribí “Inexplicable”, fue la última de este álbum. Sentí ese impacto y escribí mis reacciones, algunas están en la web y otras no llegaron al disco.

 

 

Le escribiste durante mucho tiempo de numerosas formas al amor. ¿Cambió en este momento de tu vida tu mirada del amor por una persona puntual y cómo te llega la devolución del mismo al no ser un ciudadano común y sí una persona pública?

Andrés Calamaro: Ahora realmente aprendí a amar. Sé amar y ser amado. El teorema de Bob Marley. No sé si alguien está preparado para recibir el amor de miles de personas, pero en mi caso basta responder con compromiso, sé que la tierra nos elige para nuestro sacrificio, no para nuestra vanidad. Así lo dice Atahualpa Yupanqui. Nunca le damos suficiente pelota a la verdad en los textos y el canto, de Atahualpa Yupanqui o José Larralde. Enseñarlos en las escuelas es algo en verdad urgente.

 

El mundo de twitter te tiene como un persistente usuario. ¿Cómo manejás todas las repercusiones de tus comentarios? ¿Es un mecanismo para dar a conocer algo de una manera veloz y sin intermediarios?

Andrés Calamaro: Eso no es verdad Gaby, Internet es realmente un nano clima que no representa nada. Soy un ciudadano del mundo castellano, hispano y latino. A nadie le importa el micro-blog. Es un espacio de humor y espontaneidad sin ninguna influencia. Nadie recuerda los tweetys, y muchísima gente canta mis canciones. Escribo en taxis, viendo televisión y lo hago para un numero acotado de "followers", veo que hay sectores del periodismo irresponsables que manipulan datos informales como si fueran cables de una agencia noticiosa; ahora en la tv están mostrando mensajes celulares y caracteres espontáneos de micro blog. Un asco. Con "el mecanismo" compartí 2.233 grabaciones, rápido y sin intermediarios. Así lo veo y así hay que verlo, no me molesta tampoco contestar esas preguntas del público virtual por las canciones, Luca y Miguel Abuelo.

 

A bastantes artistas noveles hoy los medios los describen clonando un “Calamaro Music Style”. ¿Es por la impronta musical que tenés o ellos solo se buscan clonar a un artista realmente muy popular?

Andrés Calamaro: Yo creo en la honestidad de los artistas nuevos, próximos, medianos y veteranos. No me creo dueño absoluto de un estilo y presumo de versatilidad. Espero que mi "Style" se expanda y se entienda como lo hacen mis perfiles menos populares y celebrados. El respeto de mis pares es una importante recompensa, no siempre se manifiesta en forma de influencia musical directa. Si un colega escucha una grabación mía y le parece digna de análisis practico, me parece genial; pero dudo que me estén clonando porque algunas de mis fórmulas inquietas sea exitosa; el éxito es para los fuertes, es más sencillo inventar algo propio; no es buen negocio copiarme a mi. Yo aconsejaría hacer algo más extremo o minimalista.

 

Andres Calamaro

 

Tuviste la suerte de ganar en su momento un Grammy en la categoría “mejor canción rock” por el tema “Cuando no estás”, ¿cómo recordás aquella hermosa situación?

Andrés Calamaro: Gracias, querido Impa por recordar aquel momento feliz…hoy te confieso que, la noche anterior a esa premiación, escribí mi gratitud con mucha emoción; evocar el trabajo compartido y a los compañeros que ya no están me resultaba totalmente emocionante aún en la tranquilidad del cuarto del hotel. Al día siguiente fueron los Grammy, pero no pensaba en ganarme nada, pero me tocó subir a recibir el mérito a la “mejor canción en un álbum de rock”; entonces fue importante agradecer por un año de cosas buenas y honrar el recuerdo de grandes artistas que dejaron su vida haciendo mucha música para los demás.

 

¿Qué significó en su momento ese reconocimiento de la industria para una canción de “Bohemio”, un disco al que le pusiste mucha garra?

Andrés Calamaro: Estos honores tienen posibles lecturas y todas pueden entenderse como positivas. En Las Vegas había pocos representantes de una generación de artistas de rock según lo entendemos y lo aprendimos a querer… Enrique Bunbury, Los Babasónicos y yo, o sea, estábamos ahí en medio de una galaxia distante. Los Latin Grammy tampoco representan el espíritu de América Latina, en donde el rock importa y mucho; es una visión global que premia buenas grabaciones de muchos géneros, incluyendo tango, música clásica, varias regionales del norte de México, música brasilera y figuras que la academia reconoce por la labor de una vida. Por televisión se ve un show organizado por una cadena mexicana que se ve en Estados Unidos, pero la realidad es otra, quizás empieza cuando el show se acaba.

 

En su momento al disco lo acompañaste con una película hecha por un cineasta de Mar del Plata, fue toda una declaración de principios, ¿no? 

Andrés Calamaro: Principalmente porque vivimos una época que dedica mucho tiempo al ocio visual enfocado en Internet, los teléfonos sofisticados y las series de televisión. Es muy fascinante desconocer la llegada o el destino de una película. Con el paso del tiempo “Bohemia” podrá ser mas importante que el disco, quien lo sabe. Allí en México la presentamos en la Cineteca de Coyoacán, la estudiaron y la seleccionaron especialistas en cine, pasó filtros para poder mostrarla en un ámbito especializado y ajeno al del rock. Estuvo muy bueno.

 

 

“Bohemio” apareció en su momento también en vinilo. Hace poco leí en una nota que manifestaste tu aprecio por ese formato, los cds y los mp3. Imagino que para vos todavía esto debe significar mucho, es decir el disco como un objeto cultural. Antes uno abría aquellos vinilos importados, los olía, era toda una ceremonia. ¿La tecnología le restó toda esa magia a la música al poner música en estuches grises metalizados todos juntos a la buena de Dios?

Andrés Calamaro: La música es como el chocolate … si te gusta el chocolate, te gusta el helado de chocolate, el volcán de chocolate, la mousse de chocolate y el chocolate en rama. Entonces es difícil elegir para un adicto al dulce y lo mismo me pasa con la música, me gusta en todos los formatos, algunos discos los prefiero en CD porque los vinilos me gustan en su formato natural de cuarenta minutos en dos caras. También me gusta encontrar música en los sitios digitales, al fin de cuentas es música, son esos discos que quiero escuchar y los encuentro en un minuto. Comprarse discos es una hermosa sensación, yo sigo buscando disquerías y comprando discos físicos, creo que el culto al vinilo hay que sostenerlo con un equipo de música bueno, seguramente caro, para notar una verdadera diferencia en el sonido. Ahora dudamos en que formato comprar la música, pero el verdadero interrogante es si la vamos a escuchar o no. No tanto para nosotros, que ya sabemos que queremos escuchar música, como para la humanidad indiferente.

 

Andres Calamaro

 

La génesis de tu penúltimo disco de estudio “Cargar la suerte” asomó en medio del otro proyecto que tenías funcionando a baño maría en las grabaciones

Andrés Calamaro: No hubo tiempo para contratiempos, realmente yo me encontraba grabando “Dios Los Cría”, una producción de duetos que llevó mucho tiempo, pero de repente en cierto momento me encontré con unas letras. Probé varias cosas, dejarlas reposar, hacer música con otros amigos, mostrarlas durante el 2017, entonces en aquel momento empecé a escribir y mandarle las letras a German Wiedemer, a veces él me mandaba tres letras juntas y empezamos a hacer demos de estas canciones, bien, demos de ida y vuelta, yo las escuchaba, nos juntábamos en casa a grabar, nos ayudó mucho Martín Pomares el guitarrista para tocar ese instrumento y mezclar en estas maquetas. Cuando teníamos doce o quince canciones que nos gustaban realmente se las mostramos a Gustavo Borner y el me paró el equipo de músicos en la cancha y empezó a sonar este álbum. Tal cual, no esperamos mucho para estar grabando, terminamos el sonido y las mezclas del disco, perfeccionamos el asunto de los vientos, algo en lo que trabajó muy bien Germán, es importante llevar arreglos bien escritos para grabar con músicos de esta categoría, ¿no?

 

 

Antes eras el mejor cocinero de los capuchinos pop y ahora un buen habilidoso que lleva la canción hasta el arco gambeteando las dificultades, algo que expone con gran seducción el hit “Diego Armando Canciones”.

Andrés Calamaro: Muchas gracias Gabriel, por supuesto que no intento compararme con Maradona porque Diego fue una persona y un “artista-deportista”, único en el mundo, verdad?... Yo soy uno más de todos los músicos intentando hacer las cosas bien, pero sí, son mis señales de humo para que Diego en el cielo que siempre estamos cantando para él. No sabía que esta canción iba a gustar tanto, porque este tema repite los primeros versos, ¿no? En mi cabeza sonaba como una milonga sureña…”Ando como un perejil, condimentando potajes, harto de pegar peaje”, verdad?...y sin embargo Germán me mostró como una canción con un tono country pero más sofisticado, me hubiera encantado que estuviese Willy Nelson para darnos una mano.

 

 

De alguna manera Kubrick nos permitió con esa piedra que vuela en su film “Odisea 2001” reconstruir el principio y final de nuestra historia, mientras que esa piedra basal en nuestra vida con la música parece ser “Alta Suciedad”, un álbum con al menos ocho canciones instaladas a fuego en toda la gente. ¿Sentís cuando publicás un álbum que ese trabajo tan famoso es el “Roger Federer” a vencer por todo lo que logró hasta ahora?

Andrés Calamaro: Sí, indudablemente sí y también el infame “Honestidad Brutal”, que en España se convirtió en mi “Roger Federer” a batir. Incluso resulta que en España fuera del ambiente de público musical y critica musical, me tienen a mí totalmente aceptado como personaje cultural, como argentino en distintos escenarios de España. Sin embargo, mi público, el público de música y la crítica de música, con cada disco que publico me reclama un “Honestidad Brutal”, en España ese álbum es la nave Enterprise que los lleva en ese muy querido vuelo musical tan disfrutable. Es “Honestidad Brutal” y me parece que finalmente con “Cargar la suerte” podría estar en la órbita de ese anhelo, acomodado a esta tendencia y me parece que lo están aceptando con entusiasmo. Lógicamente no hay dos discos iguales, “Honestidad Brutal” fue muy peculiar porque fue casi una noche interminable de nueve meses, una mujer diría que eso es un embarazo y yo soy padre prolífico con una sola hija, ¿no?

 

Andres Calamaro

 

En tu carrera tuviste la suerte de acompañar a grandes formaciones musicales en distintos tiempos. Sos una persona realmente muy afortunada.

Andrés Calamaro: Tuve suerte de estar con los Abuelos de la Nada, participar en el año 1986 de Las Ligas, es a banda de dark pop que armó García, tuve mucha suerte de tener la confianza y la amistad de Beto Satragni, de Miguel Abuelo, de Charly, me gustó muchísimo el ser un actor secundario importante con Miguel Abuelo y con Charly, disfruté mucho esa gran aventura, después…de todos mis colegas, y nuestros queridos héroes de Pappo, de los Vox Dei, de Lito Nebbia, de Luis Alberto (Spinetta),de Indio (Solari), ahora con los Babasónicos. La verdad que con la amistad y el respeto de mis pares, para mí es un tesoro indudablemente, tuve suerte en verdad.

 

Este año se conmemoran siete años de la partida física de Gustavo Cerati. Vos fuiste de aquellas personas bendecidas por el destino que pudo tomar bastante contacto con él, especialmente cuando trabajaron juntos en ese show benéfico de “Argentina Abraza A Chile”. ¿Cómo recordás los ensayos en el Estudio Unísono y lo que pasó en aquella jornada de concierto en Pampa y Alcorta?

Andrés Calamaro: Fue un reencuentro hermoso, hermoso, no sé si fue Vicentino o León que me dijeron “bueno Andrés, se va a hacer esto por Chile, tenés que venir a cantar”. Escribí primero a los Fabulosos y me dijeron “no, no vamos a ensayar”, a León lo vi que estaba hasta arriba con su proyecto “Alas”, cosas divinas que hace León y entonces le escribí a Gustavo, le pregunté si tenía pensado hacer ensayos, me dijo que sí y nos juntamos en su estudio, en su sala de ensayo, fue entrañable con Gustavo. Nos conocimos…nos conocemos antes incluso que con los Abuelos, los ensayos fueron muy buenos, fui a probar sonido con muy buenas sensaciones, nos encantó tocar juntos, yo creo que hubiéramos seguido, me hubiera gustado compartir giras, con Gustavo hacer conciertos importantes los dos, la verdad que se extraña mucho a Gustavo Cerati.

 

Vos en su momento lo habías convocado para participar en tu cuarto disco solista “Nadie sale vivo de aquí” y él no titubeó en acompañarte con gran entusiasmo.

Andrés Calamaro: Sí, hicimos una grabación de menos de un minuto con Fito y con Gustavo, que se llama “Nuestro Vietnam”, en el disco aparece dos veces, Fito toca el piano, Gustavo toca la guitarra y la cantamos entre los tres.

 

Podía ocurrir dentro de las estimaciones, pero siempre hay espacio para la ilusión. ¿Te hizo mucho ruido el momento de la noticia? ahora se cumplen en pocos días justo siete años de aquella triste madrugada en la Clínica ALCLA.

Andrés Calamaro: Gustavo tenía un temperamento peculiar, yo diría que él era cálidamente frío en sus relaciones, tenía su propia manera de demostrar las cosas, pero respetando esa distancia, lo amamos, los que lo conocimos y los que solamente lo escucharon, nosotros compartimos muchos momentos, la sala de ensayo en la casa de Zeta, antes de Soda Stereo, nos fuimos juntos los dos solos a un carrito de la costanera después de aquella 9 de Julio que hicieron los Soda a lo bestia, no sé para cuánta gente, incalculable y este fue nuestro reencuentro y la verdad que..el episodio de Gustavo no fue fácil de digerir, no?, ocurre que Gustavo estuvo años en ese limbo desconocido, ¿no?, o sea, no sabemos si fue una agonía o un largo sueño, fue como una situación casi bíblica, o sea Gustavo todavía vivo sin que se lo lleva la parca, pero sin poder volver al mundo entre nosotros. Fue algo muy especial, muy extraño, las partidas, las ausencias de Gustavo y Luis Alberto, lo de Luis Alberto para mí fue un impacto muy fuerte, desencadenó en mi conducta una serie de episodios bastante extremos, me cuesta mucho escuchar esos discos, porque ya no es disfrutar de la música sentir a las personas ausentes, ¿no? Lamentablemente hubo un momento en que estábamos todos vivos y ahora pensar en Luis Alberto como pensar en Gustavo…Luca, Pappo, realmente es increíble que nos encontremos ahora en esta situación, es como si quedáramos nosotros dos.

 

 

Imágenes: Prensa Universal Music Argentina - Olga Castreno

Fecha de Publicación: 28/08/2021

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