Al momento de recibir Abel Pintos en su camarín a este medio para distenderse del ritmo frenético de sus shows, festeja las seis nominaciones de su último trabajo discográfico para los Premios Gardel y se muestra sorprendido. “Es increíble y más allá de todo los que gané, lo de ahora no deja de sorprenderme, me emocioné cuando me dijeron que estoy nominado otra vez para el premio principal de la temporada”, dice con orgullo pero sin perder su control de la situación. Con su equipo de mate bien a la vista y su celular de carcasa verde absolutamente apagado para que nadie interrumpa la nota exclusiva con Serargentino.com, el músico hace las veces de anfitrión con la misma simpatía, humildad y respeto por todo el camino que la vida le permite estar viviendo. En el inicio y sobre su último disco lanzado por Sony Music Argentina en plena pandemia bajo el título de “El amor de mi vida”, Abel no duda en definirlo como “un gran ejercicio emocional que me debía, lo disfruté segundo a segundo en su concepción, hay un viaje espiritual intenso y de alguna manera al llevarlo a cabo, también pude sanar ciertos dolores del pasado”. Reflexionando sobre la maratónica cifra de fechas con tickets agotados, agradece respetuoso, y señala que “sentí la necesidad de desarrollarme como empresario de espectáculo, era algo pendiente en mí y lo disfruto”, traje que estrena en los shows 2022.
P: Llenaste un Estadio Único de La Plata, dos veces la cancha de River y una docena de veces de Movistar Arena, sin olvidar varios Luna Park y otros shows. Tenías en tus hombros las 25 funciones que hiciste en el Ópera y ahora vas a concretar aquí 31 shows. ¿Cómo se vive el sold out repetido y no ceder a la tentación de abrumarse?
Abel Pintos: Entendemos el respeto que merecen esos lugares y que uno debe llegar a ellos cuando es el momento indicado, con una buena excusa o una buena razón, más que excusa. Entonces hicimos todos estos espectáculos en el momento en que sentíamos la chance de concretarlos, festejar y celebrar con todo el público el punto de la relación a donde hemos llegado, después de tantos años. Por eso de un tiempo a esta parte pensamos en ceder de repente espacio en una cancha, para hacerlo en un teatro para que todas las personas puedan estar lo más cerca posible. Todos esos detalles puntuales que te comento estuvieron bastante estudiados en la previa, justamente para eso, para que todos podamos disfrutarlos, porque entendíamos toda esta gama de presentaciones masivas como una especie de consagración, en parte artística y sobre todo una consagración en la relación con el público, fue un poco simbólicamente como “colgarnos una medalla” tras todo lo ocurrido en 26 años de profesión.
31 noches mágicas @AbelPintos en el Teatro Opera pic.twitter.com/tWuRCD83gc
— Sony Music Argentina (@SonyMusicArg) July 9, 2022
P: En los últimos diez años tu convocatoria incluso opaca a varias figuras extranjeras, que llegan para realizar grandes espectáculos. ¿Existe alguna sensación especial?
Abel Pintos: Es curioso porque durante mucha parte de mi carrera hice conciertos y giras sin que estos números tuvieran protagonismo, hacía shows sin fijarme cuanta gente venía a vernos. Sin embargo yo disfrutaba mucho de giras y conciertos, porque ellos eran muy grandes y significativos. Cuando llegaron todos estos números, llegaron y casi no me dí cuenta, entonces pasó un tiempo bastante importante hasta que muchas personas me lo empezaron a mencionar. Recién ahí empecé a tomar cuenta de lo que ocurría, entonces hoy disfruto mucho todo lo que sucede, pero la verdad es que no pongo mucho foco en ello, frente a cada proyecto nuevo que vamos encarando.
Ahí Vamos
P: La primera señal de los cambios de rumbos se percibieron cuando le hiciste escuchar al presidente de Sony Music Sur las canciones que iban a estar en el álbum “11”. Tenías un estilo y ahí decidiste dinamitar todo y dar todo de nuevo.
Abel Pintos: Tal cual, cuando llevé las maquetas terminadas del disco “11” un poco la reacción de Damián Amato al escucharlo fue una sorpresa más fuerte de la esperada. Buscaba descomponer un poco el ADN de las cosas que hago y plantearlas de otras maneras. Tengo pensado seguir en ese especial curso, no es porque eso funciona sino porque es así, como me gusta hacer las cosas, no tenía miedo de romper con algo ya establecido, no es que entro a un estudio de grabación y digo “¿para dónde fuí? , ¿a la derecha?, ¡ahora voy para la izquierda!”, como una postura súper rebelde. Lo que a esta altura me sucede es que entro al estudio y hago lo que me pide el cuerpo y el alma en ese momento. A esa idea los colaboradores ocasionales se asocian, todas esas personas me ayudan a alcanzar esos objetivos. Está claro que cada tanto surgen otros discos que no tienen que ver con nada, porque así estaré en una etapa distinta de mi vida.
P: ¿Cómo vivís este momento de bloquear un teatro céntrico e iniciar una secuencia de tres meses tocando varios días a la semana? Es un ritual muy fuerte y emocionante.
Abel Pintos: Bueno, es algo que me divierte mucho, y en estos tiempos post pandemia me siento muy privilegiado de tener esta gran oportunidad de encarar un ciclo así. Esto me genera algo muy divertido y muy curioso, que es que esta segunda tanda de shows en el Opera siento que en cada recital las canciones pasan por otro lado, ¿viste? Porque el público de cada recital viene con una energía diferente, vas viendo como vivir cada uno de los conciertos , cuál es mi caracter en el escenario, cómo es el ánimo del público, las libertades que se pueden tomar, todo. Es buenísimo ir cada noche al Opera para presentar un show con un carácter diferente, más que ordenar un puñado de canciones y hacerlas, me encanta que pase eso cada noche en el teatro.
P: Después de consagrarte en Argentina paulatinamente has ido desembarcando en distintas ciudades de Europa con tus canciones. ¿Recordás como comenzó tu primer desembarco europeo?
Abel Pintos: Absolutamente, eso es muy fuerte, y me lo mencionan mucho cuando vuelvo a esos lugares a cantar. El primer concierto que hice en Madrid fue en una sala mítica que se llama “Libertad 8”, un sitio para ochenta personas que está ubicada atrás de un bar, esa sala es muy recordada porque allí empezaron a hacer sus primeras presentaciones todos los grandes cantautores de España, todos los que se te ocurran, los que para nosotros son ídolos arrancaron ahí, -Joan Manuel- Serrat, Ismael Serrano, -Joaquín- Sabina, todos. En ese momento un periodista de allá me preguntó “¿cómo venís?”. En esa época venía de hacer siete fechas en el Luna Park seguidos, y le sorprendía que pudiese pasar de actuar frente a casi diez mil personas por noche a estar actuando en un pequeño local ante apenas unas cien personas como mucho. Yo le dije “pero estoy viniendo a donde arrancó Sabina, que es lo más vertiginoso que puede sucederte en un lugar como España, que el hecho de haber concretado siete fechas en el Luna Park”.
P: El disco “Sueño dorado” que grabaste en el desierto norteño, de alguna manera fue romper con lo esperable, también
Abel Pintos: Es muy probable. Sí, sin dudas, primero porque fue exactamente ese aquél planteo que nos propusimos. Queríamos hacer un disco con reversiones de esos temas al cumplirse quince años de mi carrera discográfica, inicialmente lo queríamos hacer en vivo, pero en vez de hacer un espectáculo previsible y obvio como hubiese sido un evento “Primera Fila” con varios invitados, ahí reculamos y tomamos la decisión de ir a un lugar despejado de raíz. Asumimos la idea de hacer un concierto que sea cercano a la gente que está en su casa, pero todo esto estaba basado en que soy un artista hecho en el escenario, no soy una artista hecho en el estudio y luego en la tele. Está claro que me hice en el escenario. Antes de sonar por primera vez en una radio conocida en todo el país, había hecho al menos unos 500 shows, recitales en cajas de camiones, en escenarios espectaculares, de todo. Fue la idea de hacer un concierto en un lugar donde no se propone la tradicional estética de un recital, pero que sin embargo hacer un show allí fuera exactamente lo mismo.
Fuerza Natural
P: Durante este último verano hiciste decenas de fechas en el interior, muchas de ellas exigiendo al límite tu voz, e incluso cantando bajo lluvias torrenciales en ciertos festivales en el interior ante audiencias multitudinarias. ¿Cómo es mantener toda esa alegría que se percibe en vos cuando cada noche te subís a un escenario?
Abel Pintos: Eso sucede porque en cada noche de recital estoy en mi “estado natural”, ese es mi estado realmente. El trabajo de estudio me parece espectacular, pero me resulta muy experimental. El estudio como experiencia es un experimento, no es algo natural para mí. No tengo un estudio en mi casa y si lo tuviera no sabría como manejarlo. No sé sentarme frente a una computadora y ponerme a editar, no sé hacerlo, voy y disfruto porque aprendo de los demás porque estoy experimentando algo nuevo, no es mi escenario natural, porque en realidad mi escenario natural es el concierto en vivo.