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Ir a la secciónBuenos Aires - - Jueves 23 De Marzo
En sus ansias de progreso, la humanidad arrasó con todo. La industrialización fue derribando ecosistemas en pos de producir cada vez más, a cualquier costo. Hasta aquello que nace de la propia tierra fue intervenido y, en el camino, se fue destruyendo la biodiversidad propia de cada región. Afortunadamente, no todo está perdido aún y existen quienes luchan por proteger estos territorios vitales para el planeta y para las especies. Hay otra forma de hacer las cosas: el modelo Yerba Mate CAÁ (Cultivo Amigo de las Aves) es un claro ejemplo de esto.
Se trata de un proyecto impulsado por la organización Aves Argentinas, que apuesta a conservar la selva junto al sector yerbatero. Convertida en el principal producto agrícola generado a partir de la biodiversidad argentina, la yerba mate es un árbol nativo de la Selva Misionera, de relevancia comercial y social en Misiones y Corrientes. Desde su Proyecto Bosque Atlántico, Aves Argentinas presenta este modelo para sumar al sector yerbatero al desafío de la conservación de las selvas y campos.
Con un equipo de trabajo en territorio, en alianza con instituciones públicas y privadas, la organización se encuentra creando, fortaleciendo y restaurando áreas protegidas; activando proyectos con especies de aves amenazadas; produciendo información de calidad; capacitando recursos humanos; y promoviendo el desarrollo de las comunidades donde trabaja. Todo ello, con el fin de conservar la biodiversidad con áreas protegidas, aportar a la educación ambiental y al ordenamiento territorial, pero también desde las góndolas, a través de un consumo responsable. Allí apunta el proyecto Yerba CAÁ.
La yerba mate o ka’a, en idioma guaraní, es una especie arbórea nativa que forma parte del dosel intermedio del Bosque Atlántico en la Argentina, Paraguay y Brasil. Crece en estado silvestre y, originalmente, se cosechaba de sus manchones naturales.
Andrés Bosso, el titular del proyecto NEA de Aves Argentinas, señala que “en su cultivo industrial, igualmente debería mantener remanentes en fajas ecológicas y bosques protectores. Pero mayormente no ocurre y ‘hacemos que se comporte’ como cualquier otro cultivo, con un poder de transformación total, aunque sea una especie nativa, lo que conlleva a la disminución de la cobertura vegetal natural. Perdemos selva, para siempre”. Asimismo, aclara que, al tratarse de una especie nativa, brinda un escenario de posibilidades reales de convivencia con el ambiente de selva: “Un aliado para la conservación a nivel predial, con potencial para incidir a escala de paisaje. Y eso es lo que estamos explorando”.
Con su proyecto Yerba Mate CAÁ, Aves Argentinas promueve que este producto tan identitario de Misiones y norte de Corrientes se convierta en una herramienta de cambio y sume a la protección de uno de los ambientes más amenazados del planeta: el Bosque Atlántico.
Para lograrlo, desarrolló un protocolo de producción y conservación, respaldado por un Sello de Verificación, que identifica el producto comercial. Esto está dirigido a productores primarios y empresas yerbateras de la provincia de Misiones y Corrientes que producen y comercializan yerba mate orgánica ya certificada o en proceso de serlo.
El protocolo, en la práctica, es sencillo: los productores y elaboradores que quieran contar con el Sello de Verificación CAÁ en sus paquetes, y la activa promoción asociada, deben garantizar la conservación de una superficie de selva en relación a sus hectáreas de cultivo orgánico. Esto es en una proporción de un mínimo de 2 hectáreas de selva x 1 hectárea de cultivo, en el caso de cultivos a cielo abierto, o de un mínimo de 1 hectárea de selva x 1 hectárea, en cultivos de yerba bajo monte. Esas hectáreas de selva son identificadas, mapeadas, relevadas y monitoreadas. Sobre ellas, algunos productores crean reservas naturales privadas.
“CAÁ es sinónimo de selva en pie. Por eso es una alternativa real para mitigar el impacto de la pérdida de hábitat por la expansión de la frontera agrícola. Nuestros objetivos son claros: incrementar la superficie de conservación y restauración de la biodiversidad del Bosque Atlántico, aplicar mejores prácticas agronómicas en la producción de yerba mate orgánica, mejorar el precio de la hoja verde de yerba mate orgánica para el productor primario, adicionar valor de conservación para la marca del producto y promover el consumo consciente de productos más amigables con el ambiente”, enumera Andrés Bosso.
“Hace ya varios años que estamos recorriendo la provincia con esta propuesta y motivando esa imprescindible reconexión yerba-selva”, afirman desde Aves Argentinas. El Ingeniero Forestal Juan Pablo Cinto, coordinador de iniciativas de Desarrollo Sostenible y Restauración de la organización, viene generando presentaciones de promoción e intercambio. “Por el momento se organizaron 4 reuniones con 17 productores inducidos sobre el modelo y el sello CAÁ, y encuentros con autoridades de dos Cooperativas de Productores de Yerba Mate Orgánica, en el Área de Influencia de la Reserva Curindy, tremendo sitio inspirador en Puerto Rico, Misiones, donde hay un sitio piloto CAÁ”, relata el experto.
Por otra parte, Aves Argentinas cuenta con una reserva propia, El Puente Verde, cerca de Comandante Andresito, que conecta los parques nacionales Iguazú, tanto de Brasil como de la Argentina. Allí también se está montando un sitio piloto de Yerba CAÁ y se organizan jornadas de capacitación. “En un primer encuentro, recibimos a unos 12 productores de yerba mate con quienes compartimos saberes sobre alternativas para integrar la producción y la conservación del bosque”, explica Juan Pablo Cinto.
La organización también viene impulsando, en sus 12 hectáreas de yerba mate en proceso de certificación orgánica, la plantación de especies nativas para integrar “sombra forestal” para el cultivo. Gracias a esto, ya existen vínculos formales con 8 productores que suman unas 140 hectáreas de producción orgánica y 880 hectáreas de selva en pie.
El Sello CAÁ cuenta con un protocolo armado y un plan de negocios presentado a productores orgánicos, cooperativas y empresas yerbateras, y ya hay varios convenios firmados.
Gustavo Barutta, de la consultora BSA para Aves Argentinas, comenta que la intención es apoyar a los productores, pero al mismo tiempo, contagiar a los consumidores de yerba orgánica para ir un poco más allá y apuntar a que ese producto, además de desarrollarse en un marco de buenas prácticas agrícolas, ayude a conservar la selva misionera. “Estamos convencidos de que lo apreciarán y demandarán esa diferencia”, afirma.
De alguna manera, Yerba CAÁ levanta la bandera de los “Bird Friendly” (Amigable con las Aves), que está en boga en varios países. El Lic. Sergio Tarnoski, también de BSA y para Aves Argentinas, afirma: “Según nuestra investigación de mercado, que incluye la exploración de certificaciones orgánicas y otras como las de productos bird friendly como el café bajo sombra, ya instalados en países de consumo potencial de yerba mate CAÁ como Estados Unidos, Reino Unido o Alemania, el Premium Price de estos se ubica entre un 338% respecto a los cafés tradicionales y 162% respecto al café simplemente orgánico”.
Aves Argentinas se encarga de verificar y acreditar, con la entrega de documentación para el productor primario y empresas, las condiciones de incorporación del sello CAÁ en los envases de los productos. El proyecto abre las puertas a que puedan suscribirse tanto empresas elaboradoras de yerba mate orgánica como productores de la hoja verde y otros actores posteriores en la cadena de valor.
Existe en la actualidad un mercado potencial de 37 productores orgánicos, sobre un universo de 12 mil productores de yerba mate en la región. La adopción del Sello CAÁ por parte de marcas de yerba mate orgánica, apunta a aprovechar la tendencia global de una creciente demanda de alimentos saludables, que además sean producidos con el menor impacto (certificado) en los ecosistemas de origen.
“Nuestra intención es que se sume la mayor cantidad de productores a nuestro sistema de acreditación de servicios ambientales, porque será una forma de aumentar la cantidad de hectáreas de conservación y que, entre todos, podamos escalar este modelo que, además de ofrecer una yerba más saludable, promueve de manera directa la protección de la biodiversidad. Ese es nuestro principal negocio”, afirma Andrés Bosso.
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Fuente: Aves Argentinas
Fecha de Publicación: 25/09/2022
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