¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónEn la provincia de Córdoba estamos perdiendo bosque nativo, especies autóctonas y paisajes de los más queridos. La vida se encuentra en peligro, y quienes no dan el brazo a torcer son los bomberos y bomberas. Quienes batallan desde el principio, y pelearán hasta el final. Desde la ciudad y diferentes partes de la provincia, se están realizando colectas para aportar al estado de emergencia general que se sufre en las sierras. Además, son muchas las organizaciones y los independientes que están ocupándose de hacer llegar todo lo recolectado. Alimentos no perecederos, agua mineral, yerba, azúcar, leche y alfalfa para los animales, entre otras cosas. Porque todo un ecosistema debe ser salvado, y es hora de hacernos responsables de tanto daño causado.
Hace dos semanas que Córdoba se encuentra bajo llamas. Dos semanas en las que familias enteras perdieron sus viviendas, en las que profesionales no descansan y miles de animales huyen desesperados y lastimados. Dos semanas eternas, que se llevaron aproximadamente 40 mil hectáreas hasta el momento. Según Sergio Busso, ministro de Agricultura y Ganadería de Córdoba, “el 90% de los afectados son pequeños productores con menos de 100 animales, y necesitan una mano muy grande”. Defensa Civil lo denominó como “el incendio más grande de los últimos doce años”.
Algunos de los focos que siguen activos son los de Copacabana, en el departamento Ischilín, Capilla del Monte y Cruz del Eje en el Valle de Punilla. Un sector del Pan de Azúcar, que pone en riesgo Villa Allende y Cosquín. Diego Concha, que es el jefe de Defensa Civil, dijo que el avance del fuego y el humo obligó a que más de 150 personas tengan que ser evacuadas. Otras, decidieron autoevacuarse por la cercanía de los incendios. Mientras los incendios de Córdoba son noticia en todo el país, pero no noticia internacional como los de Australia, los cordobeses nos encontramos accionando, pero también reflexionando.
El gobernador de la provincia y otras autoridades establecen que los incendios son porque “el clima nos castiga”, sin embargo, existe una resistencia. Que se viene gestando desde hace mucho tiempo, desde que no se respetan los bosques ni las reservas. Esta resistencia es la que lucha, y exige que las tierras arrasadas se declaren reserva (si es que no lo eran). Este sector sospecha que no es solo el clima. Miles de organizaciones que luchan contra la deforestación y, cuidando al medio ambiente, afirman que estos siniestros no son naturales, son intencionales. “La inacción del Estado y los vacíos legales en cuanto a la remediación de daños pone en evidencia que esto es parte de una política, la política del ecocidio“, sostienen desde la Asamblea en Defensa del Ambiente Córdoba Capital.
Varios hechos, no aislados, se convierten en evidencia a favor de esta hipótesis. Los incendios no perjudican nunca a los grandes productores agropecuarios. Y se convierten en una forma de defensa de la propiedad privada y el agronegocio. Mientras familias enteras invocan a la lluvia, y todo un país le reza a los dioses para que el agua llegue a esta parte del mundo, las disputas se dan puertas adentro. Por parte de minorías que tienen el poder sobre todas las tierras.
“Acá todos y todas sabemos que los fuegos son intencionales, no se prenden casualmente ni por arte de magia. El negocio inmobiliario es muy grande en la zona. Casualmente los fuegos se vienen prendiendo también por las rutas donde pretenden pasar los proyectos de autovías. Los que vivimos algunos incendios acá ya sabemos cómo es esto”, cuenta Tania, de 36 años a La Tinta. Ella forma parte de la asociación Amigos de la Reserva Camin Cosquín.
La falta de lluvia favorece los incendios, pero no los provoca, quienes los provocan tienen objetivos claros. En Córdoba el 95% de los incendios son intencionales, casualmente los focos protegen propiedades privadas y ayudan al desarrollo de la producción sojera o ganadera y al negocio inmobiliario o de obras civiles.
“Los medios hegemónicos hablan de la negligencia de ‘algún baqueano’ que estaba quemando pasturas, o del accionar desquiciado de algún pirómano, lo cierto es que se repiten los testimonios de vecinos y vecinas que ven a gente con bidones de nafta, en cuatriciclos o a caballos iniciando focos una y otra vez. Podemos creer en estas versiones o pensar que hay alguna mano siniestra detrás de los incendios en las sierras", cuentan a los medios desde la Asamblea en Defensa del Ambiente Córdoba Capital.
Por lo pronto, lo que sí sabemos es que las zonas quemadas casi siempre coinciden con territorios de bosque nativo en zona amarilla o roja (de máxima protección) pretendidos por el negocio inmobiliario, por el Estado para alguna obra vial, o bien por el negocio de la producción agro extractiva en el norte provincial”, sostiente este grupo formado que lucha contra la matanza masiva producida por estos incendios. Nosotros reflexionamos, y mientras tanto esperamos que el cielo nos dé un regalo.
Fecha de Publicación: 27/08/2020
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