La bajante histórica del río Paraná, que marcó un récord de 55 centímetros de altura en Santa Fe, repercute en la laguna Setúbal. El espejo de agua, símbolo de la ciudad, cambió rotundamente su paisaje.
Si uno recorre distintas zonas de la laguna, se puede observar claramente este nuevo escenario natural. Lo que se denomina el “fondo lagunar” está emergido. Esta superficie, formada principalmente por materiales limosos y arcillas, al secarse por estar expuesto al sol, se va contrayendo y se generan grietas en el terreno. Esto refleja la porosidad de los sedimentos. Cuando estos se depositan en el fondo lagunar, la porosidad es alta y esos espacios son ocupados por agua. Por el contrario, al secarse, parte de ese volumen se resuelve con grietas. Esta superficie, ahora expuesta, suele estar cubierta por dos o tres metros de agua, siendo la década del 60 el último momento de la historia en que se observó una imagen similar a la actual.
Ante este paisaje, más de un santafesino que no se aguantaba el encierro decidió salir a caminar por este mismísimo fondo de la Setúbal. Y no solo a caminar: en medios locales se publicaron fotos de camionetas recorriendo el fondo.
El peligro de la ignorancia y la desobediencia
Ante este ataque de curiosidad que sufrieron muchos santafesinos, los especialistas afirmaron que la práctica es muy riesgosa. El sedimento entre las grietas de la laguna Setúbal se mantiene hidratado en profundidad. Por lo tanto, los terrenos que se están desecando no son seguros para transitar. La capa seca superficial puede resquebrajarse con el peso de un auto y provocar hundimientos.
Además, el fondo plano continuo de la laguna está interrumpido por las fosas de dragado que se hicieron para los alteos del barrio El Pozo, el Parque Tecnológico y la Ciudad Universitaria, así como una zona de la Costanera oeste, para cubrir de arenas las márgenes naturalmente fangosas. Estos pozos, que están actualmente ocupados por agua, son muy profundos y peligrosos para que las personas se acerquen, dado que sus paredes pueden colapsar como una barranca natural de los ríos.
Santafesinos: ¿hace falta que les sigamos recomendando que se queden en casa? La ciudad no tiene contagios de COVID-19 desde hace muchos días. Si seguimos haciendo las cosas bien, todo este confinamiento terminará pronto. Estas prácticas desobedientes y esta imprudente curiosidad por las anomalías de la Setúbal no hacen más que complicar las cosas. La recomendación es seguirnos cuidando, por el bien de todos y el de nuestra naturaleza.
Argentino, nacido en la ciudad de Santa Fe. Licenciado en Comunicación Social, especializado y apasionado por la redacción. Amante de las canciones, los idiomas y la interculturalidad. Me gusta emocionarme con un lindo texto y dejarme sorprender como un niño. Juego a que soy escritor y músico.