¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónCada 24 de septiembre se conmemora la histórica gesta del pueblo de Tucumán en el combate por la Independencia de las provincias Unidas del Río de La Plata. En esta nota te contamos todo lo que necesitás saber sobre este capítulo central de la historia de nuestro país.
Tras la Revolución de Mayo de 1810, se iniciaron las guerras de la Independencia luego de que las colonias del Río de La Plata quedaron en manos de criollos. Dos años más tarde, un 11 de septiembre, Belgrano llegó a la provincia de Tucumán con 1600 soldados y junto a los jujeños que lo habían seguido luego de que les ordenara quemar sus casas y cosechas para desabastecer al enemigo, lo que se conoció como Éxodo Jujeño. Para Belgrano esta decisión enviaba un claro mensaje a sus enemigos. Por un lado, les decía que no contaba con fuerzas militares; por el otro, que aún disponía de la fuerza política.
El Ejercito y la población no pudieron quedarse en Salta, ya que esta provincia del norte estaba controlada por los realistas. Belgrano debió seguir hacia el sur hasta llegar a Burruyacú, lo que provocó en una gran revuelta en la ciudad. En constante estado de asamblea, Tucumán se encontraba liderado por Bernabé Aráoz, político, militar y caudillo tucumano. Aráoz tenía una clara consigna: entrevistarse con Belgrano, poner a disposición al pueblo de Tucumán e inducirlo a que la batalla se libre en esta provincia.
Mientras esto transcurrió, marchaba desde Cochabamba el Ejército realista con 3600 hombres para gobernar las tierras de Jujuy, Salta y Tucumán. La mayoría de los integrantes de estas tropas fueron americanos del Alto Perú, pero considerados un ejército de elite que tenían como misión eliminar y desarmar la fuerza revolucionaria liderada por Belgrano. Cuando los realistas, bajo el mando de Pío Tristán, llegaron a Jujuy, quedaron impresionados por la acción de “tierra quemada” y empezaron a comprender que el Ejército Patriótico conservaba el poder político.
El 21 de septiembre, Pío Tristán y su ejército arribaron a Los Nogales en Tucumán buscando que Belgrano se refugiara en la ciudad. La estrategia del enemigo consistió en rodear la ciudad y bloquear cualquier posible salida de los patriotas hacia Santiago del Estero para poder aniquilarlos y dar por terminada la Fuerza Armada Revolucionaria del Norte. El 24 del mismo mes comenzó la maniobra de rodeo y el ejército realista se posicionó dispuesto a cumplir con el plan trazado.
Pero Belgrano también tenía un plan de defensa, el cuál sería una gran sorpresa para los realistas. El general argentino dispuso sus defensas en dos planos, uno para defender la ciudad fortificada y otro que perseguió los movimientos de su enemigo.
Fue gracias a su estrategia de colocarse entre la ciudad y la tropa de Tristán que consiguió advertir que sus enemigos estaban ubicados a una favorable distancia de los cañones patrióticos. El artillero Barón Von Holmberg disparó toda la artillería dando inicio a la batalla. El ataque sorpresivo provocó que los realistas no pudieran bajar los cañones y perdieran su formación, lo que resultó una gran ventaja para los patriotas que lograron superarlos a pesar de ser menos. Mención aparte merece la aparición de Balcarce en la batalla del Campo de las Carreras que con su caballería arrolló al enemigo.
Sin embargo, la infantería de Tristán obtuvo buenos resultados y logró llegar a las puertas de la ciudad. Tristán envíó un fuerte mensaje a Eustoquio Antonio Díaz Vélez, patriota argentino, y le exigió que rindiera la ciudad bajo la amenaza de quemarla. Díaz Vélez respondió de forma contundente y amenazó a los realistas con asesinar a 400 prisioneros si cruzaban. Con la ciudad controlada y los prisioneros tomados, Belgrano sabía que la batalla había tomado un nuevo curso.
El 26 de septiembre, Pío Trispán huyó a Salta con su ejército. La mejor tropa del Virreinato del Perú en América cayó ante el Ejército Patriótico dejando escrita una huella inborrable en la historia argentina.
Belgrano invocó la protección de la Virgen de la Merced, a la que los tucumanos le tienen una gran devoción. Todos los años, cada 24 de septiembre, se realiza en la provincia la tradicional procesión, pero como en aquella oportunidad la ciudad estaba en batalla el homenaje a la VIrgen fue postergado para el 28 de octubre. Aquel día la Virgen llegó al Campo de las Carreras, donde Belgrano le entregó su bastón de mando de general, un histórico gesto que quedó grabado en la memoria de todos los tucumanos.
Fecha de Publicación: 24/09/2020
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