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Buenos Aires - - Lunes 25 De Septiembre

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Mate en las trincheras de la Gran Guerra

Quién fue F. H. Mathews y a dónde fueron los kilos de yerba es un misterio que intriga en recomponer la contienda mundial donde más argentinos participaron: la Primera Guerra Mundial

Historia
Mate en las trincheras

Las cañonazos de la Gran Guerra que dinamitaron la Belle Époque, e iniciaron el siglo XX, ni se escuchaban o sentían en las lejanas pampas sudamericanas. Buenos Aires en 1914 continuaba viviendo aquella edad fabulosa, que terminaría en 1916 con el ascenso de Yrigoyen al Ejecutivo, nuestro verdadero inicio de la centuria anterior. Sin embargo más de 40 mil italianos, franceses, británicos y alemanes, la mayoría nacidos en estas lugares distantes de las grandes capitales en pugna, partieron a enterrarse en trincheras, y conocer los horrores del conflicto armado a gran escala, como nunca había conocido la Humanidad. 40 millones de personas, la gran mayoría civiles, morirían en el Viejo Continente o más allá de las estepas rusas. En medio del fragor de la lucha, en un descanso en Flandes o Gallipolli, o tal vez en la sangrienta segunda batalla de Marne que selló la derrota germana, algún británico o francés habrá esperado vivir otro día más a la luz del alba. Mate en mano.

Esta postal gaucha era una posibilidad cierta para los 4852 británicos y angloargentinos, los 5800 franceses y francoargentinos, y 32.430 italianos e italoargentinos, según el historiador Hernán Otero. A primera vista impresiona el número de italianos pero si tenemos en cuenta que bordeaban el millón en el Centenario, no representa un cifra significativa. Otro cantar, diría Guillermo Hudson, eran los británicos. Con apenas 30 mil residentes, la mayoría que se repartía en trabajadores de ferrocarriles y frigoríficos, las más jerárquicos agrupados en la zona norte del conurbano, y los técnicos en las chalets del oeste y sur, enclaves ferrocarrileros; no es menos cierto que también acudieron al llamado de Su Majestad desde lugares recónditos como las colonias patagónicas y entrerrianas para arrimar a los casi 5 mil. En este entramado surge F. H. Mathews, un inglés residente en Tigre, provincia de Buenos Aires, que sigue devanando los sesos de los especialistas sobre quién era o qué fue de él. En el polvo de la Historia quedó su gran obra: enviar yerba mate a los muchachos angloargentinos en las trincheras de la Guerra del 14.

La Guerra Total

A partir del 5 de agosto de 1914, declaración de guerra del Imperio Británico al Alemán, los súbditos británicos desfilaron en consulados y viceconsulados del país. “Allí se codeaban reservistas, ex militares, ex voluntarios, muchos de los cuales habían tenido servicio activo en la guerra de Sudáfrica (1896-97), y otros en dar una prueba tangible de su patriotismo”, señala Andrew Graham-Yooll. Recordemos que la Gran Guerra fue la última que se iniciaba en los cantos de sirenas de hazañas y caballerosidad de tiempos idos. El gas mostaza arrojado criminalmente, de uno y otro bando, o los flamantes tanques arrollando, rostizando cuerpos, darían el baño de realidad a quienes soñaban perimidas cuestiones de honor y hombría.

Volviendo a estas escenas, Graham-Yooll apunta que estas muestras fervorosas entre los británicos eran “silenciosas” debido a la neutralidad argentina militante. Eso no impedía cinematográficas despedidas en trenes, familias enteras en estaciones de provincia, y similares escenas en el puerto porteño en la zarpada del Aragon, que también transportaba a los anglofranceses.

A nivel interno hubo Gran Guerra económica. La novísima Cámara de Comercio Británico ejerció un efectivo bloqueo a las inversiones alemanas e austríacas, algunas vitales para Argentina como el ramo eléctrico. Y, sin protestas nacionales, pese a que en 1917 los ingleses decidieron trasladar todo el carbón posible al frente de batalla, dejando a la ciudad casi sin gas, fundamental en el alumbrado público, y fueron los alemanes que se hicieron cargo del servicio.

La Colonia Olvidada

Durante este periodo, que se inundaban de banderitas inglesas en la colonia olvidada - Graham-Yooll- desde la calle Florida a San Isidro y Temperley, hubo un hombre que pensó que, además de carbón o dinero, había que mandar más. Yerba Mate. Esta curiosidad, conocida de la mano de Félix Luna, tuvo su gestor en Mathews. Y desde el delta bonaerense, a fines de 1915, lapso que el conflicto se estanca en algún hueco de la frontera francesa-alemana, y sería casi por dos años terribles, propone a la colonia británica una colecta para sus hombres necesitados de un amargo campero entre el frío, el barro y la desolación. Tremendo éxito consigue este inmigrante que el Buenos Aires Herald, órgano oficial de la comunidad, propaga su iniciativa con el “Herald Mate Fund” (sic) En unos pocos meses cargan al  buque Araguaya, que esquivaría los torpedos alemanes que hundieron a nuestra mercante goleta Monte Protegido en 1917, y fletan trescientos bultos, cada uno de los cuales contenía tres paquetes de yerba compactada, un porongo y una bombilla. Luna destaca que Mathews hizo él mismo los arreglos del ambicioso embarque y la Royal Mail Steam Packet Co. solventó el transporte.

La noticia fue sensación en Londres por los avisos en la prensa que informaban dónde los soldados angloargentinos podían retirar el paquetito. Gratis. Dos años más tarde, al borde del último disparo, La Industrial Paraguaya, una compañía británica que explotaba yerba mate en el Alto Paraná, repitió el gesto de Mathews, que se perdió en los pies de páginas. De todos modos el ejemplo cundió en otras colectas, que agruparon a los cuarentiún clubes sociales británicos desperdigados desde Río Gallegos a Córdoba entre 1914 y 1919. Así nacieron el Fondo de Huevos Frescos (Fresh Egg Fund), Medias para las trincheras (Socks for the Trenches) y Sociedad de Costura Reina Mary (Queen Mary´s Needlwork Guild). Varias de estas acciones estuvieron coordinadas por el Comité Patriótico Británico.  

Argentinian save british

Ojalá el gesto solidario Mathews haya servido a estos hombres de raíces británicas y presente argentino, de los cuales solamente un cuarto volvió.  Muchos fueron a los -inútiles con la armas de fuego modernas- regimientos de caballerías, los generales ingleses impresionados por las destrezas adquiridas en nuestros campos y los juegos de Polo -tan asombrados como de los temerarios pilotos “Argentinian” de la RAF de la Segunda Guerra, las famosas escuadrillas Pampa a bordo de los Spitefire; otra historia-. El grueso terminó en la infantería, 1062 empleados de menor rango en ferrocarriles, de los cuales murieron alrededor de 200. De los que combatieron, en total, se sabe que recibieron 503 medallas,  entre ellas 102 Cruz de Victoria, otorgadas por el heroísmo. Luego contarían los regresados a Buenos Aires sus venturas en los centros de veteranos ingleses de Beccar o Lomas de Zamora.

“Fuera quien fuera – Mathews, cierra Luna el aporte a la segunda fila que hace primera-, los cierto es que algunos ingleses que habían residido en el país habrán degustado algunos amargos en esas inmundas trincheras en las que se desarrolló la guerra. Al sorber la bombilla, habrán sentido el olorcito del campo mojado por el rocío del amanecer, el mugido del ganado cuando se lo arreaba de un potrero a otro, el fogón compartido y el asado de los peones. Antes de matar o morir, se habrán transportado a aquellos días de vastos horizontes y de caballos sudorosos que habían vivido en nuestras pampas. Por un momento, antes de matar y morir”. En algún arcón de un bisabuelo angloargentino, en alguna estancia perdida, la foto de un nervioso soldado, porongo en mano,  en Somme, Francia, se revela. Atrás, una dedicatoria amorosa se imprime. Fecha: 1 de julio de 1916.  20 mil ingleses no verán el siguiente día.

 

Fuentes: Luna, F. Segunda fila. Buenos Aires: Planeta. 2009; Graham-Yooll; A. La colonia olvidada. Tres siglos de presencia británica en la Argentina.Buenos Aires: emecé. 2000; Kiernan, S. “La desconocida historia de los que fueron desde Argentina a pelear la guerra en Europa” en pagina12.com.ar

Imagen: Pixabay

Fecha de Publicación: 05/06/2023

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