La vez que fuimos colonia británica

Hubo una vez en la que, durante 46 días, fuimos colonia británica. Cerca del mediodía del 27 de junio de 1806, el general Beresford asumió el gobierno en nombre del rey Jorge de Inglaterra. La bandera británica flameó en Buenos Aires durante ese tiempo, hasta que las milicias populares porteñas llevaron adelante lo que, con los años, fue conocido como la Reconquista.Si no hubiese sucedido tal cosa –quién dice– tal vez hubiésemos sido parte del territorio británico por algunas décadas. Tal vez no hubiese existido la guerra de Malvinas. Quizás Diego nunca hubiese tomado prestada la mano de Dios. Pero no pasó. Es más: el fracaso de esa primera invasión inglesa –y de la que vino un año después–, de alguna forma, plantó en la sociedad de aquella época el germen de la Independencia.Por primera vez, los criollos sintieron que podían solos. Que el enemigo era Inglaterra y, tal vez, también España y quien fuera que quisiera someter voluntades por estas tierras. Cada uno por sus propias razones (no tenían las mismas motivaciones los miembros de la elite o de la burguesía que las clases populares), consideraron oportuno expulsar al intruso en esa ocasión, lo que contribuyó a instalar un contexto de deliberación política. Además, fue la oportunidad para constituir milicias armadas, en las que estuvieron incluidos también los sectores populares.Hubo una vez –entonces– en la que fuimos colonia británica. Y es probable que esa conquista fallida nos haya dado el empujoncito que necesitábamos para comenzar, paso a paso, el camino hacia nuestra libertad.