¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Jueves 23 De Marzo
Una epidemia de escarlatina sacudió a la ciudad capital de Neuquén, hace exactamente 113 años. La gravedad con que el virus atacó a la comuna fue de tal magnitud, que Abel Chanetón (a cargo del consejo municipal y político de renombre en la historia neuquina) debió solicitar apoyo al ministerio de Salud de la Nación (en esa época, Departamento Nacional de Higiene)
La escarlatina se manifiesta en algunas personas que tienen faringitis estreptocócica. Es también conocida como fiebre escarlata y se caracteriza por un sarpullido rojo brillante que afecta la mayor parte del cuerpo. Si bien en la actualidad esta enfermedad se puede curar rápidamente con antibióticos tales como la amoxicilina, a principios del siglo XX era complicado el tratamiento y la prevención no era tampoco fácil de lograr. Los niños y niñas son quienes peor pueden sufrir la enfermedad.
La principal razón por la que la escarlatina se propagó en los neuquinos aquel febrero, fue por condiciones negligentes en las viviendas. Si bien Neuquén en 1908 era un municipio joven, la poca prosperidad de aquellos años se reflejaba en un pobre mercado laboral. Muchas personas vivían hacinadas y en condiciones insalubres.
El Doctor Pelagatti, médico de la gobernación en aquellos años, fue quien advirtió a Chaneton de la gravedad del asunto. Una vez enterado, el intendente acudió inmediatamente a redactar un telegrama en el que solicitaba una estufa o pulverizador de desinfección y 12 frascos de suero antidiftérico de 1500 a 2000 unidades. El destinatario fue Carlos Malbrán, destacado bacteriólogo de nuestro país y figura pública de renombre, quien a su vez era el encargado del Departamento Nacional de Higiene. Mientras esperaba una respuesta de Buenos Aires, Chanetón optó por dictar la cuarentena en aquellos lugares con casos de escarlatina; instó a la población entera a higienizar todo rincón de sus hogares y a salir a la calle lo mínimo e indispensable.
Pasados los cuatro días, Malbrán informaba a la Comuna que al día siguiente saldría para Neuquén el guarda sanitario Espíndola, para colaborar en establecer la desinfección necesaria, llevando los elementos para ese fin a la capital del Territorio Neuquino.
Sin embargo, antes de la llegada del guardia sanitario, Malbrán le hizo un pedido a Chaneton. Este constaba de que acuse recibo del primer envío, a efectos de desvirtuar al diario “La Prensa”. El siempre polémico periódico, había publicado alguna información de su corresponsal en Neuquén en la que—según se desprende de los textos telegráficos— sembraba la duda de la inacción del citado Departamento. Tal inacción era inexistente, ya que estaba en camino el cargamento solicitado.
Por suerte para los neuquinos, la pandemia fue controlada en cuestión de semanas. Las acciones tomadas fueron diversas y rápidas, así también los gastos extraordinarios efectuados por la comuna en medicamentos y desinfecciones. Además, se tuvo que alquilar una propiedad que fue convertida en lazareto hasta terminar con la epidemia, tarea que estuvo a cargo del Dr. Julio Pelagatti.
Además, te dejamos de yapa la carta que el Doctor Pelagatti (médico de la gobernación en esa época) redactó para advertir de la gravedad de la pandemia.
Escribía con fecha 10 de febrero de 1908 de esta manera:
Desde hace dos días han vuelto reaparecer varios casos de escarlatina, que ya se han sentido en esta población, con carácter endémico. Estos son en las casas de… y de… en cuyas propiedades hay aglomeraciones exagerada de inquilinos. He tenido oportunidad de averiguar que en algunas de aquellas piezas viven seis personas, sin que haya el espacio necesario para hospedarlos. También es muy notable el estado de desarrollo de aquella y de otras muchas viviendas donde una afección infecto-contagiosa, cuando ha penetrado, sienta sus reales bien arraigados. Es mi opinión deben tomarse las medidas más rigurosas de la profilaxis en estos casos muy peligrosos que acechan a la población entera. Es necesario también poder impedir la difusión del morbo, que, aunque son casos aislados, amenaza extenderse cada día más, y esto se puede conseguir destinando una de las casas más apartadas de la población, como para aislar y asilar a los que estén enfermos y a los que llegaran a caer presa de la enfermedad. Además, es necesario hacer una prolija desinfección de las casas de donde se saquen los enfermos que deberán ser aislados. Todas estas mejoras en la salud pública se podrán corregir además con la higienización de los fondos de las casas donde existen acumulados residuos de la alimentación humana y de cuadrúpedos.
Sería también necesario que se adquiriese una estufa de desinfección y hasta se debería llegar a la desinfección completa por el fuego de aquellos ranchos que constituya el foco permanente de la infección, sin cuyas medidas extremas tal vez no se pueda alcanzar a desalojar el temible enemigo.
Fecha de Publicación: 10/02/2021
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