¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Miércoles 07 De Junio
En la Argentina hay más de doce millones de trabajadores, agrupados en más de tres mil sindicatos que a su vez se agrupan en cinco centrales sindicales.
En los Estados Unidos, el imperialismo satánico funciona con unos trescientos sindicatos para ciento sesenta millones de trabajadores. Y están agrupados en cuatro centrales según el tipo de trabajo al que representan; no según el acuerdo político de los jefes del momento...
No vamos a descubrir nada diciendo que el sindicalismo debe ser el negocio más lucrativo del país. Para los jefes sindicales, obviamente.
Comencemos por el principio. El sindicalismo nacional está íntimamente ligado al anarquismo desde su origen mismo. Es como lógico que en un mundo sin representantes y con la era industrial en apogeo las condiciones para los trabajadores mayormente analfabetos no fueran las mejores precisamente. Y que los más rebeldes fueran quienes comenzaran con los cambios. Lo imbécil es que dos siglos después por estos pagos sigan hablando de “lucha”.
El primer sindicato local fue la Unión de Obreros en la Construcción de Buenos Aires, fundada en 1901. Unos años después se creó la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), que se convirtió en la organización sindical más importante del país y sumó la “lucha por la abolición del sistema capitalista”. Lógico también si pensamos que el mundo en ese momento se dejaba engañar por la pavada del comunismo / marxismo / lenilismo / stalinismo.
Y como no podía ser de otra manera la historia la tergiversaría un personaje muy argento.
El 4 de junio de 1943 el General Rawson junto con otros militares derrocó al Presidente Ramón Castillo. Entre esos ‘otros’ estaban el General Edelmiro Farrell y el Coronel Juan Domingo Perón. Recordemos que “El Pocho” ya venía de participar en el primer golpe de estado en el país, aquel de 1930 contra el Presidente Hipólito Yrigoyen llevado a cabo por el General Félix Uriburu, instigado por el General Agustín Justo y varios jóvenes que simpatizaban con “Il Duche” Benito Mussolini (hermosa la fuente de inspiración). En el principio de la que se llamó “La década infame” porque se la pasaban de golpe en golpe o intento de.
Como sea, durante la presidencia del General Pedro Ramírez (a Rawson lo limpiaron a los tres días, paaaabre) Juan Domingo se aviva del poder potencial de los sindicatos, crea al Ministerio de Trabajo (y se pone a cargo, obvio) y forja una alianza con los jefes sindicales. Quienes en el '45 le salvan la ropa con huelgas y levantamientos cuando lo quieren sacar del Gobierno (instigados por la “Abanderada de los pobres” que se vestía en Dior, María Eva Duarte o lisa y llanamente, Evita), hasta que al “Pocho” lo devuelven a su cargo.
Si hay algo que no le podemos negar es que era una luz; “fumaba abajo del agua” diríamos ahora. No creo que inteligente, pero de una viveza superior.
En el ministerio dura hasta 1946, año en que se presenta como candidato a presidente estrenando peronismo y gana las elecciones holgadamente. Porque si hay algo que los argentinos somos es consistentes en nuestra idiotez.
Lo cierto es que desde 1943 en adelante el sindicalismo en Argentina experimentó cambios significativos de la mano de Juan Domingo. Fue una alianza poderosa que duró mientras el militar vivió y aun sigue sólida. Fundamental diría para la llegada de Perón a su segunda presidencia (1955).
Vista en retrospectiva no estoy muy convencido de si fue la más sana para el país que pudo haber hecho el prócer...
Desde el comienzo de esa unión de facto los líderes sindicales recibieron inmunidad para su corrupción y enriquecimiento a cambio del apoyo incondicional al peronismo. Muchos llegaron incluso a ocupar cargos en el gobierno y la industria a través de su relación con Perón. Alguno diría "Daños colaterales"; yo creo que los daños colaterales fueron, más bien, los beneficios reales de esa alianza para los trabajadores.
A fuerza de no ser estúpido debo reconocer que es verdad que Perón se ocupó de hacer entrar en vigencia varias leyes importantes para los trabajadores... que en su gran mayoría habían sido promulgadas e impulsadas por gobiernos constitucionales anteriores, de derecha (bueno... Perón era de derecha, claramente). Y debo reconocer que no importa quién las sancionó, porque si no estaban en vigencia es lo mismo que si no hubieran existido. La autoría quedará solo como anécdota de color entre tantas de este alocado país.
Las leyes fueron justas y equilibraron la balanza laboral y no importa tampoco si Perón las revivió como parte necesaria de la farsa orquestada de la alianza con los sindicatos o si lo hizo en un rapto de bondad. Los argentinos somos tan grosos creando mitos y relatos, que hasta terminamos creyéndolos.
Particularmente creo que el mayor aporte de Juan a la Argentina fue el desarrollo de la industria metalmecánica. Un logro innegable, propio, sustentable, sólido y muy beneficioso para el país. Durante su segunda presidencia, colmado del oro (literal) que nos había dejado ser “El granero del mundo” durante la Segunda Guerra Mundial, puso esfuerzos de todo tipo y se crearon excelentes aviones de guerra (Pulqui I y II), autos populares (El justicialista), locomotoras, tanques de guerra. Claro que después vinieron los militares de la “Revolución Libertadora” y rompieron todo eso, en el que debe haber sido el principio del revanchismo fuerte en la política argentina que tanto mal nos hace hasta hoy en día.
Pero en el subtítulo digo que esta fue la semilla del mal porque en esa primera etapa de la relación de Perón con los sindicatos la cosa estaba controlada. Perón sabía de las cosas turbias y se hacía el gil cuando le convenía. Ya establecí que en mi opinión era un zorro, con las virtudes que eso significa. No solo sabía de su existencia y se hacía el gil, sino que además no se le escapaban de las manos. Tenía el control y por lo tanto el poder y lo ejercía. Que no es poco. El problema vino después de su derrocamiento, cuando confluyeron que él ya no estaba con el principio de la guerrilla y el intento de una Argentina comunista.
Pero eso lo vemos en la Parte II.
Imagen: Argentina.gob
Fecha de Publicación: 30/04/2023
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