¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Sábado 02 De Julio
La naturaleza, el reciclaje, el arte y la funcionalidad: todo eso se conjuga en Selva Negra, el emprendimiento de Hernán Cibils y Eduardo Blaquier. ¿El resultado? Piezas únicas, irrepetibles, que adornan las casas de quienes quieren incorporar algo diferente a sus espacios, con la energía del fuego y la mano experta de quien sabe ver arte en donde solo había deshechos.
El concepto que desarrollaron es interesante por donde se lo mire: recuperan árboles caídos que han sufrido algún incendio, y los esculpen utilizando fuego para crear obras de arte funcionales: mesas, bancos, tablas, ceniceros. De esta manera, aprovechan los restos de la naturaleza, les dan una nueva forma y un uso. Sus clientes se llevan piezas que no podrían encontrar en ninguna tienda.
La idea original fue de Eduardo Blaquier, quien ya tallaba madera, primero como hobby, y luego lo convirtió en su profesión. En 2006, buscando una nueva forma de trabajar el material, comenzó a quemarlo para poder pulirlo con más facilidad. Luego, fue un paso más allá: empezó a realizar obras con los restos que dejan los incendios. En 2018, junto a su socio Hernán Cibils –creador de marcas y emprendedor por naturaleza–, le dieron forma de negocio a la intención creativa y crearon Selva Negra.
El fuego tiene algo magnético, hipnótico: el color, el calor, el ruido, el olor del humo, todo nos atrapa. Ese poder se traslada a las piezas de Selva Negra. La marca tiene un catálogo en el que los clientes pueden ver las piezas que son producidas en serie, pero el fuego hace que cada una de ellas sea única. A veces, es el escultor quien decide qué será de aquella madera. Pero, otras veces, el proceso es el inverso. Es el fuego el que le da el toque final al mueble.
En ocasiones, es el cliente el que encarga la pieza de acuerdo a una necesidad puntual. En general, se trata de mesas de comedor, mesas ratonas, banquetas, bancos y mesas de apoyo. Ahora, están incorporando también el desarrollo de una línea de objetos más pequeños, con tablas de asado, cucharones y ceniceros. Sin embargo, en alguna oportunidad, no es el cliente, sino la naturaleza, la que dicta las formas: los árboles inspiran lo que resultará de ellos, y entonces comienza el proceso de creación. El dueño final de la pieza aparecerá luego. Cada pieza es realizada a mano, lijada y pulida, para que también pueda disfrutarse a través del tacto.
Para la mayoría de las piezas, utilizan olmo, eucalipto y roble, o cualquier otro árbol de madera dura o semidura. También han utilizado pecán y alcanfor. En todos los casos, son árboles que ya están muertos y que ellos encuentran en sus recorridas por la provincia de Buenos Aires y trasladan hasta su taller de Del Viso. Allí, trabajan la madera, la cortan y luego la queman.
En una sociedad donde abundan las líneas rectas, Selva Negra viene a traer formas más orgánicas, talladas por la mano humana, pero también por la naturaleza y el fuego. El resultado son obras de arte que no se limitan a ser admiradas, sino que tienen una funcionalidad en la vida diaria de quienes las adquieren. Se trata de tomar aquello que ya está muerto y darle una nueva vida, de contar con un elemento único realizado a partir de materias primas nobles y de incorporar la fuerza del fuego, tal vez, en el propio living de nuestra casa.
Imágenes: Redes Selva Negra / Hernán Cibilis
Fecha de Publicación: 29/08/2021
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