Corría el año 1918 y, en el jardín de una casa de Villa Grande, se gestaba un proyecto que traería la seguridad económica de por vida a una familia entera. Raúl Zimmermann fue quien se encargó de darle espacio a sus ideas, a sus pruebas y errores, en el taller que armó de manera casi espontánea en su casa. Ese lugar sería el punto bisagra en la vida de todos los Zimmerman.
Para el momento, él era empleado en Talleres Metalúrgicos San Martín. En sus tiempos libres, además de compartir en familia, se dedicaba a sus desarrollos. Su taller lo entretenía, pero nunca pensó que también lo mantendría (a él y a toda su familia). Su tiempo libre siempre era ocupado con experimentos y pruebas que realizaba en este laboratorio personal.
Luego de varios bocetos y fracasos llegó el día de la prueba final: Raúl había logrado desarrollar un termotanque eléctrico con termostato que permitía regular la temperatura del agua de forma manual. El modelo en un principio fue bautizado como Caloragua.
Este prototipo de termotanque fue el que sirvió como base e inspiración de Longvie. La empresa que hoy lleva más de 100 años en el mercado y que, en 2022, generó ventas por $11.116 millones.
Este termotanque eléctrico con encendido automático fue creación exclusiva de este hombre con imaginación de artista, conocimiento de ingeniero y disciplina de emprendedor. Al momento de las pruebas, Raúl no se imaginó que su invento le daría de comer a sus nietos y bisnietos. Hoy, cuatro generaciones son parte y testigos del crecimiento de Longvie.
El nombre de la novedad
Longvie ya es una marca consolidada en el mercado y popular para todos. Muchos usan su agua caliente, sin embargo, pocos saben la historia detrás del bautismo. Por lo general, se cree que “Longvie” quería transmitir el concepto de “Larga Vida”, ya que “long” en inglés es largo, y “vie”, en francés, vida.
La historia del nombre nada tiene que ver con un concepto de marca. Solo fue una abreviación de “Longeville”, que significa Villa Grande, y era el cartel con el que habían bautizado a su casa, ya que en esos tiempos se usaba ponerle nombres a las propiedades.
La empresa cotiza en Bolsa desde 1962. Hoy, cuenta con 780 empleados y fabrica 300.000 unidades por año (en 2015 tuvieron récord de 390.000 unidades) distribuidas entre todas sus líneas. Sus producciones se diversificaron y hoy no solo comercializan calefones, y termotanques, sino también calefactores, lavarropas y lavasecarropas. Longvie no solo pisa fuerte en Latinoamérica, sino también en EEUU, Europa y Asia.
Historias de resurgimientos
En 1918 comienza todo a base del prototipo revolucionario de termotanque. En 1968 se instala la primera planta, ubicada en Villa Martelli, y funciona como la materialización de un proyecto enorme y transgeneracional. Solo una década después, en 1978, se inaugura la segunda unidad productiva, en Paraná, Entre Ríos. Para completar el ciclo, diez años más adelante, fundaron la tercera fábrica, especializada en lavadoras y lavarropas, ubicada en Catamarca. Así, para 1988 Longvie era una empresa más que consolidada, con más de tres sedes y cientos de desarrollos propios.
Sin embargo, como todo negocio, tuvo sus caídas. Luego de la crisis económica conocida como el «Efecto Tequila», en la década de 1990, lanzó su segunda marca, Kenia. Además de su propia producción, sumó alianzas con otras empresas. Todos los problemas se sortearon con gestiones y estrategias que permiten que hoy, Longvie sea una de las pocas empresas argentinas con más de 100 años de historia.
Imágenes: Longvie
Argentina, nacida en Córdoba. Investigadora en el área de lingüística. En formación constante sobre las Letras y sobre la vida, gracias a la Universidad Nacional de Córdoba. Mis experiencias en viajes me llevaron a aprender cada vez más idiomas y querer conocer diversas culturas desde adentro. Pienso en la escritura como una herramienta para transformar el mundo y volverlo un espacio justo y equilibrado.