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¿De la noche a la mañana?

Sí, de la noche a la mañana. Porque, si no te reinventás, fuiste. ¿Sabés en qué se transformó el boliche nocturno Hangar para sobrevivir?

Producto del COVID-19, de la noche a la mañana, millones de personas se vieron en la necesidad de reinventarse. Cambiar de trabajo, de rubro y de hábitos. Las estructuras del mundo moderno comenzaron a tambalear y lograr el equilibrio se convirtió en una tarea difícil. Sin embargo, en esto de “pegar volantazos”, los argentinos corremos con ventaja. No solo poseemos un impresionante CV basado en crisis económicas, sino que también somos “rebuscadores” por naturaleza.

Ejemplos de reinvenciones a la argentina hay muchos. Están los docentes que, de la noche a la mañana, debieron hacerse expertos en tecnología. El de los desempleados repentinos, que un día se convirtieron en youtubers para sobrevivir. ¡Y les va bien! Fábricas que, sin experiencia, y de un día para otro, comenzaron a producir barbijos a lo loco. Sin embargo, este correntino ha ascendido a la categoría de gran maestre de la reinvención. Un status que lo acerca más a un hechicero que a un joven empresario.

De compras por un boliche

Lo que hace tres meses era un popular boliche nocturno en la costanera correntina hoy es un supermercado. Sí, así como escucharon. Donde hace poco tiempo había música de bailanta y recitales, ahora esta repleto de góndolas, mercadería y changuitos. ¿Cómo pasó esto? Debido a la suspensión de boliches, recitales y fiestas privadas, producto del aislamiento social obligatorio. ¡Y, si la noche no anda, mejor probar con la mañana!

El dueño de Ganar Supermercados, Federico Cheme, explicó que fue una reinvención necesaria para sobrevivir. “A partir del 26 de mayo nos transformamos en un supermercado mayorista hasta que esto pase. Venimos trabajando en silencio, me da un poco de tristeza, pero hoy la fuente laboral es la prioridad”, explicó el joven empresario.

De esta manera, el boliche Hangar se despide de la noche, dándole paso a una nueva reinvención “made in Corrientes”. Un cambio de rubro difícil de pilotear, pero que responde a la necesidad y a los orígenes comerciales de la firma de Federico Cheme. “Fue una determinación necesaria para sobrevivir, volvemos a nuestros orígenes, que tienen que ver con provisión de alimentos", concluyó el empresario correntino. Quien, además del boliche, maneja dos negocios más relacionados con la venta de alimentos.