¡Que en el 2020 crezcamos!

Muchas veces, la gran mayoría diría que las cosas que nos pasan en la vida, están determinadas por una decisión previa. Tanto las buenas, como las malas. Quiero decir: para que algo trascendental suceda, tenemos que tomar una decisión que lo impulse. Que en el 2020 crezcamos depende, entonces, de una decisión nuestra.

Sí. Parece una verdad de perogrullo. Y quizá lo sea; no digo que no. Pero, en todo caso, sería una de esas que nos encantan. Las que desoímos.

Vamos al grano. Crecer, entonces, es una decisión que se toma. Bueno: parece que los argentinos aun no la tomamos

Estarás pensando que hablo de crecer económicamente. La economía es la mayor preocupación nacional. Otra verdad de perogrullo. Acabamos de derribar a un gobierno que, fuera de los números, hizo todo más que bien. Pero los números no le dieron, y al tacho.

Acabamos de votar por un frente que promete crecimiento en tan solo dos años. Ojalá así resulte.

Lamento informarte que para crecer económicamente, primero deben darse otros factores. No solo en las finanzas.

Lo primero que debe suceder es tener un proyecto de país. Quisiera creer que el proyecto argentino no es empobrecer a la gente y tenerla de rehén del voto. Aunque todo se reperfila hacia ahí. Si ese no fuera el proyecto, desde el Presidente Frondizi que no hay uno. Y esa es una de las causas por las cuales estamos en donde estamos y no entre los mejores países del mundo. Sin un proyecto de país adecuado al siglo 21, vamos a la pobreza, gobierne quien gobierne.

Para tener un proyecto de país sólido, se necesita quien pueda pensarlo. Para tener quien pueda pensarlo, tenemos que elegir gente que tenga la cabeza como para pensarlo.

El problema es que no lo queremos ver

Seguimos como hámsters de laboratorio, girando en una rueda que no nos lleva a ningún lado. Creyendo que el próximo nos salva. Sin pensar en cómo salvarnos.

Lo que sucede es que, para pensar en cómo salvarnos, debemos tomar la decisión de pensar. Afrontar la responsabilidad de equivocarnos. Los golpes posibles. La lucha por salir adelante. Eso es algo que no queremos ver.

Hay un proverbio árabe que dice algo así: "Tiempos difíciles forman hombres fuertes, que transforman esos tiempos en fáciles, que forman hombres débiles, que transforman esos tiempos en difíciles".

Nuestros abuelos pelearon tiempos difíciles. Fueron fuertes. Transformaron esos tiempos en fáciles. Y la Argentina fue el granero del mundo y la cuarta potencia. Pero esos tiempos fáciles hicieron hombres débiles. Que crearon tiempos difíciles. Así estamos hoy. Paralizados. Aterrados. Enceguecidos.

Estos tiempos difíciles necesitan de hombres fuertes. Esos deberíamos ser nosotros.

No existe el ser humano que no tenga miedo a algo. Existen los seres humanos que dominan a sus miedos. Y dominar al miedo no sucede sin antes la decisión de dominarlo. Esa que debemos tomar hoy. Por nosotros; no por nuestros hijos. Porque en veinte años, que no son nada, la Argentina estará insertada en el mundo como protagonista o será como la mayoría de los paises africanos. Y nosotros aun vamos a estar vivos.

La decisión de dominar los miedos se llama "crecer"

Entonces, nuestro deseo es que en el 2020 tomemos esa decisión. Que no la demoremos más. Enfrentemos nuestro pánico de una vez. Después de todo, no nos va de maravillas; no tenemos mucho que perder. Y tenemos millones para ganar.

¡Feliz 2020!