¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónTrataré de no enojarme como lo hizo el actor y humorista Alfredo Casero, pero por favor lean y transmitan como corresponde su legítima ira, que nace desde la burla del periodista en un momento poco feliz, pero que en la profundidad de sus palabras quiso decir:
“Despierten argentinos y dejen de someterse a perpetradores del mal, a fabuleros, corruptos y embusteros”
“Basta de mentiras, de privilegios y relatos, de candidaturas, fueros y reelecciones”
“Dejen de ser funcionales al poder de turno y háganse oír, eleven sus voces, salgan a las calles y SAQUEN (porque la ley los avala) a todos aquellos que no comulguen o no cumplan con la ley y la constitución nacional”
Lamento mucho que se trivialice el grito desesperado de un ciudadano que encarna el llanto de tanta gente. Y que los show televisivos hablen del golpe en la mesa, del periodista, del estado senil del humorista, de si es libertario o socialista, de la interpelación al periodismo y de tantas pelotudeces, cuando en verdad deberíamos hablar de nuestro presente y del problema más grave que padecemos:
Guste o no guste debemos aceptar que en el mundo existen dos tipo de personas, las buenas y las malas. Las buenas personas son aquellas que poseen sensibilidad, empatía y que siempre pregonan en positivo, en favor de la vida y el amor.
Por el contrario, las malas personas son aquellas que mienten, que no tienen remordimiento, que anhelan el poder sin importar nada, que manipulan y socializan con discursos encantadores, que nunca son en pos de un bien y que a su paso sacarán provecho destruyendo todo lo que se interponga para cumplir con su objetivo.
Los argentinos hemos sufrido mucho en las últimas décadas, hemos pasado por crisis económicas de diversa índole, también sufrimos otros flagelos sociales como la inseguridad, la lucha contra las drogas y los narcos, la degradación de la educación, el deplorable sistema de jubilación, en la salud o en el precario sistema laboral y que básicamente se centra en la mala administración pública, en la carencia de políticas públicas a largo plazo y obviamente en la mentira y la corrupción en mano de malas personas.
Todo esto forma parte de la crisis de valores a la que hago referencia, ya que hemos perdido la credibilidad, con esto la confianza y lo peor es que nos han quitado la esperanza.
Los gritos o el golpe a la mesa de Alfredo Casero, no ha sido un simple enojo o la ira de un loco. Debería interpelarnos como sociedad para despertar y todos juntos exigir que nos devuelvan la justicia, la economía, la salud, la educación que se han robado.
Necesitamos volver a creer, necesitamos recuperar el valor y el orgullo de Ser Argentino.
Imágen: La Nación+
Fecha de Publicación: 26/05/2022
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