En Argentina se tributa a través de 167 impuestos nacionales, provinciales y municipales, que deberían retribuirse en calidad de vida, a partir de bienes y servicios.
Sin embargo, el estado general de los servicios públicos no alcanza a ofrecer las necesidades básicas a sus ciudadanos, hablamos de energía, agua, cloacas, seguridad, salud y educación. Referimos a que en muchos lugares no hay agua potable, cloacas, calles, iluminación, primeros auxilios o lugares dignos para dar clases y ofrecer una educación decente. En resumen, una indignante pobreza que da vergüenza.
Todo esto ha ido en detrimento de la clase media (que obviamente va decreciendo con el correr del tiempo) que soporta una presión impositiva descomunal, impidiendo que algún ahorro pueda volcarse a la inversión genuina. La clase media ha sido históricamente el motor de nuestra economía, ya que son generadores de una genuina fuente de trabajo a partir de comercios, pequeñas industrias y miles de emprendimientos que podrían aplicar muy bien para motorizar el consumo interno.
En relación al tema de la fuente de trabajo, no podemos obviar la carga laboral que se paga en Argentina, hablamos de un 57% sobre el valor del sueldo, más el pago de aguinaldo, vacaciones y el doble costo por indemnización, todo esto sin entrar en juicios laborales, lo cual puede costar la hipoteca del negocio.
Todo esto concluye con “el bienestar” de la clase pudiente, que representa aproximadamente el 5% de la sociedad. Una minoría cada vez más acotada y que paga el doble por seguridad, salud, educación y que lamentablemente no ahorra en nuestro país, no porque no quiera, más bien porque no se le ofrece la seguridad y la confianza para que lo haga aquí.
Además de la presión fiscal y las cargas laborales, como si esto fuera poco, tenemos la enfermedad de la inflación…
Producto de una emisión monetaria desmedida y la generalizada falta de confianza se generan los aumentos de precios, en una carrera donde los sueldos o los ingresos se deterioran frente a los incesantes aumentos de los alimentos, los servicios y la adquisición de bienes.
Aún así, los organismos encargados de tributar equilibran sus cuentas a partir de dichos aumentos, generando un “impuesto oculto” que les permite aumentar la recaudación en detrimento del bolsillo de la gente, generando una constante escalada de la pobreza.
La actualidad Argentina
Sin reservas en el Banco Central
- Desequilibrio fiscal
- Una moneda sin credibilidad, totalmente devaluada, con record de emisión
- Riesgo país de más 1.800 puntos, entre los países más riesgosos para invertir
- Una deuda de 350.000 millones de dólares (entre deuda externa e interna)
- Riesgo de Default por próximos vencimientos con FMI y Club de París
- Cepo cambiario al U$S con una brecha histórica, dólar blue superando 200 pesos
- Inflación interanual del 60% para 2022
- Crisis energética por subsidios y falta de inversión
- Desempleo creciente que supera el 10% de la población activa
- Doble indemnización laboral y un costo del 57% sobre sueldo para empleador
- Record en el aumento de puestos de trabajo estatal
- Aumento de impuestos y creación de nuevos tributos
- Empresas que se van del país e inversiones que nunca llegan
- Restricciones a las importaciones y exportaciones, con riesgo de abastecimiento
- Franco deterioro del consumo interno
- Uno de las estados más judicializados del mundo
- Un estado plagado de litigios y demandas por mala gestión
- Consecuencias por la cuarentena más restrictiva y larga del mundo
- Conflicto salarial con gremios de diversos sectores
- Regulaciones a sectores de la industria y el agro
- En retirada del Mercosur y sin plan estratégico de cara al mundo
- Obra pública parada y servicios en franco deterioro
- Seguridad, salud y educación con problemas salariales y sin herramientas básicas
- Déficit del sistema previsional
- Aumento de la emigración del país
- Caída del turismo internacional
- Debate y desconfianza sobre la propiedad privada
Argentina tiene un problema de gobernabilidad, claro que si!
Entonces, ¿cuál es el plan?
El único plan es el manejo de la agenda política, es el relato que resulta de la contradicción, de instalar temas y de buscar enemigos inexistentes, para ocultar la verdad: No hay ningún interés de salvar a la argentina…
No hablamos de partidos políticos, ni de personas, ni siquiera de corrientes ideológicas, hablamos de los ineptos y corruptos que nos gobiernan desde hace más de 50 años, del poder ejecutivo y sus ministerios, hablamos de los que “legislan” por no tramitar las leyes para impulsar cambios, hablamos de la justicia que no tiene idea como impartir orden, todos responsables de una conducción que ha quebrado a la Argentina, y que hoy se encuentra depredada y sin la menor esperanza.
Argentina tiene un problema social, obvio!
En la medida que la sociedad no sincere sus problemas éticos, no habrá ninguna posibilidad de reconstruirse, de generar credibilidad y de hallar dignos representantes que lideren el cambio para vernos como una nación respetable, próspera y de crecimiento.
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Argentino y apasionado, un crítico por naturaleza Orgulloso de formar parte de este gran equipo