¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la sección"La mentira tiene patas cortas", dicen. Veamos.
Cuando Bill Clinton estaba en su segundo mandato como Presidente de los EEUU, tuvo un problemita. No tuvo mejor idea que dejarse dar sexo oral unas cuantas veces por una empleada de la Casa Blanca. Seguro que recuerdan el nombre de la señorita: Monica Lewinsky. Obvio que el hecho salió a la luz. Él lo nego, hasta que lo tuvo que aceptar, acorralado por las pruebas en contra.
Clinton se comió un juicio de la Cámara de Senadores. Pero saben por qué? Por mentir. Perjurio. Atrás del perjurio venía Obstrucción a la Justicia. Que era la razón, entre ambas, por la cual lo podían destituir. La votación en ambas cámaras terminó favoreciéndolo por poco. Pero el "Lewinskygate" terminó con las aspiraciones a Presidente de Al Gore. Vice de Clinton, que pretendía suceder al sureño, al finalizar sus dos mandatos. El pueblo americano le perdonó su infidelidad sexual. Y eso que son bastante pacatos. Pero nunca le perdonaron que mintiera.
Acá nos mienten desde el colegio primario. Está probado que San Martín hizo el cruce de los Andes enfermo. Mayormente, en camilla, arrastrada por una mula. Que muchos de sus soldados los cruzaron de la misma manera. Lo del caballo blanco y Cabral no aparece en ningún documento de la época...
Yo digo: no es mucho más monumental que el Ejército haya cumplido semejante proeza en las condiciones en que realmente lo hicieron? No los magnifica? Imaginen solo el frío que habrán pasado. En esa época, el polar no existía...
Por qué nos mienten es una buena pregunta. Pero la mejor, la que debemos hacernos es
"Yo vi cómo se lo llevaba la Gendarmería". "Ganó Scioli". "Bajar la inflación es fácil". "Volvemos pero ahora somos buenos". "El que depositó dólares, recibirá dólares". "Fueron 30.000". "Hoy podemos decir que hemos alcanzado un 5% de pobreza".
Los políticos son los que más nos mienten. Lo sabemos. No son los únicos. Pero si nos miente un actor, no nos afecta en nuestra vida ni en la de nuestros hijos. Cuando nos miente un político, sí. Y mucho. Pero eso parece no importarnos. Es como que naturalizamos a la mentira.
El gol con la mano de Diego. Quizá la mentira más grande en nuestro deporte, no nos da vergüenza. Casi como que nos enorgullece. Está mal. Muy mal.
Convivimos. Perdonamos la mentira. Sin darnos cuenta de que una sociedad no puede avanzar en el engaño. Como no puede hacerlo una pareja. Quiero creer que aun les enseñamos a nuestros hijos a no mentir. Pero la emprendemos a las trompadas contra los maestros que los aplazan.
Tenemos que decidirnos a crecer en la rectitud, en los valores, en la verdad. En hacer lo que hay que hacer. Duela o no. Decidirnos a dejar de tomar atajos que no nos llevan a ningún lado. No nos damos cuenta de que retrocedemos como país, mientras los demás avanzan?
Este es un país rico. Inmensamente rico. En recursos naturales. Y en talento humano. Estamos llenos de bendiciones de Dios. O de la naturaleza, como prefieras. La estamos cagando de lo lindo. Deberíamos ser una potencia mundial. Tenemos con qué.
Pero ésto no va a suceder hasta que le cortemos las piernas a la mentira.
Fecha de Publicación: 21/10/2019
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