Ser Argentino. Todo sobre Argentina

Échale la culpa al Rio.

Mientras la culpa la tenga el otro, así nos seguirá yendo...

Es magnífico lo que está sucediendo con el periodismo. Es un reflejo de nosotros como sociedad, claro. Empiezo por el final: se enojaron casi todos los periodistas con las "redes sociales", porque ahora "todo el mundo los ataca”.

Revisemos. Arrancaron mal, porque no creo que haya uno solo que no tenga actividad profusa en su cuenta de Twitter (la red preferida por ellos y la que más se ajusta a su trabajo). Ahora, muchos que antes no lo hacían, critican al Gobierno, en una sospechosa y repentina pérdida de objetividad, dado que la gran mayoría de las cosas que dicen son falsas. Quizá los dueños de los medios para los que trabajan, bajaron una orden, visto que el Gobierno está invirtiendo o va a invertir mucho menos en comunicación.

Es que el Gobierno, además de tener que bajar el gasto, también descubrió la comunicación por redes... Quizá será verdad que la gran mayoría de los periodistas "de nombre" recibe coimas por hablar mal del Gobierno. Finalmente, desestiman las cosas buenas que están sucediendo: son imparciales. Lo que es un pecado para un periodista. ¿Cómo pretenden que la gente no los rechace? Las redes sociales permiten a cada uno contar su verdad. Y más allá de los trolls, que son muchos menos y mucho menos influyentes de lo que se dice, la gente confía más en los pares que en los periodistas. Y ellos optan por atacar a las redes sociales (que alguien les avise que son sus lectores...)

Somos así de geniales. Hacemos algo mal, nos sale mal y ¡le echamos la culpa al otro! Introspección, cero. Aceptar la realidad y las culpas propias, cero. Mejorar profesionalmente, cero. Justicia, cero. Valorar la inteligencia de sus lectores, cero. Pero asombrarse e indignarse sin comprender la realidad...

Los medios digitales y las redes sociales están cambiando al mundo. Alguien dijo que son una revolución al estilo de la Revolución Industrial. Yo diría que hay que aceptarlos, dominarlos y usarlos con provecho. Pero mientras la culpa la tenga el otro, así nos seguirá yendo.

¿Información u opinión?

Desde hace ya unos cuantos años, con la aparición de los canales de noticias las 24 horas del día, los 7 días de la semana, la información periodística se ha ido banalizando cada vez más. Claro, no hay tantas noticias para llenar 24 horas de información, entonces recurren a las llamadas “notas de color”- que no son más que noticias banales y de poca importancia – para dar un respiro a las noticias más graves y serias. Este fue el comienzo del fin. Y estamos hablando recién de los años ’90. Nos quedan todavía 30 años de recorrido “periodístico”.

Entonces, ya en los ’90 empezamos a ver la banalización de la información y el periodismo y creímos que no se podía estar peor… hasta que, con el nuevo milenio, aparecieron las redes sociales. Tímidamente al principio, pero inevitablemente y sin remedio al final, los canales de noticias comenzaron a copar las redes. Desde páginas web donde se puede ver el contenido en vivo desde una computadora – o cualquier dispositivo con acceso a internet – hasta perfiles en Facebook, Twitter e Instagram (las redes sociales más masivas) para finalmente habilitar una línea de WhatsApp donde los televidentes pudieran comunicarse de manera inmediata.

Decíamos antes que no hay tantas noticias para llenar 24 horas de información en la TV, entonces imaginemos lo que es llenar diversos portales y redes que están al alcance de cualquiera desde cualquier lugar del país y del mundo. Un caos total ¿no?

Esta inmediatez en el acceso a la información ocasiona que la gente se vuelva más impaciente. Entonces, se hace necesario sacar noticias más rápido y con menos verificación. Terminamos cayendo en la “opinología”, porque si no hay noticias que dar se recurre a exponer la opinión sobre algún tema. Pero entonces, ¿cómo hacemos para corroborar la verdad? No lo hacemos. Se trata de ser ingeniosos y de buscar las noticias desde distintos frentes para llegar a alguna información un poco más “fiel a la realidad” de lo que nos pueden mostrar cada uno de los frentes por sí mismos.

Ojo, también están las fake news, así que no hay que creer todo lo que leemos en internet. Pero ese es un tema aparte.

Rating: 3.50/5.