ARA SAN JUAN: Ni héroes ni martires

Tenemos muchos defectos los argentinos: nos creemos con la capacidad de opinar de lo que no sabemos nada, le creemos a cualquier chanta lo que diga, nunca chequeamos la información antes de repetirla irresponsablemente, hablamos antes de que se expida la justicia, siempre tenemos “la posta” que nadie tiene… Y solo nombro los que tienen que ver con el tema de esta Editorial.

Me da una gran tristeza el evento del ARA San Juan. Por las personas muertas y sus familias. Me da impotencia.

Paso a explicar. Lamentablemente, los marinos del ARA no entran en la categoría de “héroes”, dado que no hicieron nada heroico. Murieron mientras navegaban hacia puerto. Los tarados que hablaban de un misilazo británico o chino deberían haber cerrado sus bocotas. Tampoco son mártires, dado que no murieron en defensa de un ideal. Nadie atacaba ni a sus ideales ni a la Nación. Se me parte el corazón por esas familias que no entienden que un submarinista está expuesto a éstas calamidades y lo sabe antes de embarcar y aun así, lo elije. Obvio que eso no es consuelo para una madre. Lo entiendo.

Los 44 submarinistas son víctimas. Y acá la impotencia, la bronca. Lo peor. Lo que no se comprende. Lo que desgarra el corazón.

Tenemos a las fuerzas armadas desmanteladas, solo por revanchismo. Te digo más: ni por revanchismo; solo por sostener un relato. Es perverso, pero es así. Yo recuerdo muy claramente los 70´s y te puedo asegurar que ni Cristina ni Él fueron Montoneros. Sí, estoy convencido, de que los usaron (cosa que Perón logró parcialmente) para mantenerse en el poder.

Tenemos menos de la mitad de la flota de aviones de combate, buques obsoletos y reparados como se podía.

Acá, lo peor es que cabe la sospecha de que las reparaciones estuvieran mal hechas, sin importarles en absoluto las vidas de los marinos, en este caso. No podemos no sospechar. Es tremendo. De la Marina, del Estado, de quien fuere el responsable. El país juega con la vida de sus ciudadanos, sin importar de qué trabajen. Las inundaciones de La Plata y Santa Fe, el tren Sarmiento, el ARA San Juan. No son tragedias. Se podrían haber evitado. Si me apurás, son asesinatos. No son héroes ni mártires; son víctimas.

Ojalá que realmente este gobierno acabe con la corrupción estatal. No es una bajada de línea política; es nuestra única salida, para ser el gran país que podemos ser.