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Ir a la secciónUna investigadora del CONICET, junto a una colega sueca, halló indicios que promoverían un nuevo paradigma sobre el lugar y el momento en que la vida emergió del agua y comenzó a colonizar los continentes.
Un equipo de investigación sueco argentino, en el que participó una investigadora del CONICET, descubrió nuevas evidencias que determinarían un nuevo hito en el origen y radiación de la vegetación terrestre. El hallazgo fue publicado en la revista de la Sociedad Geológica de Suecia, de la editorial británica Taylor & Francis.
“Lo que encontramos son las esporas trilete más antiguas del mundo ¿Por qué son tan importantes estas esporas? Porque serían del grupo de las plantas vasculares o sus ancestros más inmediatos, o sea las plantas anteriores más relacionadas, que no tenían aún un sistema vascular bien desarrollado y serían entre 6 y 8 millones de años más antiguas que las conocidas hasta ahora que provenían de Arabia Saudita”, explica Claudia Rubinstein, investigadora principal en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA, CONICET-UNCuyo-Gob. Mza.).
Los primeros pasos de la vida fuera del agua es uno de los eventos bióticos más importantes de toda la evolución biológica porque produjo cambios profundos e irreversibles en los ecosistemas continentales y marinos; y en el clima, porque se considera que las plantas contribuyeron a la disminución de dióxido de carbono y a un enfriamiento que dio origen a una de las glaciaciones más importantes de la historia de la tierra, a finales del Ordovícico. “Las plantas tuvieron una incidencia fundamental en los cambios de la composición de la atmósfera, convirtiendo a la tierra en habitable y permitiendo la colonización de los continentes por organismos más evolucionados. Cuándo y dónde aparecieron estas primeras plantas es fundamental para entender la evolución de la vida y sirve, entre otras cosas, para construir los árboles filogenéticos y situar la base donde las plantas migraron de su vida acuática a la vida terrestre”, comenta Rubinstein.
Sobre ese acontecimiento hay pocos registros, no hay evidencias fósiles sobre esas primeras plantas terrestres y por lo tanto la reconstrucción de este episodio está a cargo de especialistas que estudian organismos microscópicos llamados palinomorfos, que son las esporas producidas por las primeras plantas y que hoy se encuentran en rocas sedimentarias.
Según la investigadora, la terrestralización de la vegetación se dio de manera escalonada, primero aparecieron las embriofitas, como las pequeñas y simples plantas hepáticas actuales, parecidas en su aspecto a las que hoy reconocemos como musgos. Estas plantas más primitivas produjeron palinomorfos llamados criptoesporas. Luego, surgieron las plantas vasculares, cuyos registros más antiguos se reconocen hoy por sus esporas trilete.
El hallazgo representa un cambio de paradigma en la historia evolutiva de las plantas ya que todos los modelos interpretados hasta ahora tenían como origen de las plantas terrestres al paleocontinente Gondwana: “Esto es importante porque hasta hoy, tanto las criptoesporas más antiguas, como las esporas trilete más antiguas, habían sido halladas en lo que fue Gondwana. Pero ahora, por primera vez, encontramos estas evidencias en lo que fue el paleocontinente Báltica, que incluía a la actual Suecia, y habría que pensar que las plantas pudieron haberse originado ya no en Gondwana sino en otro paleocontinente que estaba separado en ese momento”, detalla.
Los nuevos datos les permitieron a las investigadoras construir algunas hipótesis sobre qué podría haber favorecido el que las plantas emergieran del agua y comenzaran a poblar los continentes: “Hallamos las esporas en una región del centro de Suecia, en 23 muestras de una perforación que alcanzó 71 metros de profundidad. La edad la conocemos bien porque hay distintos grupos de fósiles marinos que permiten datar con exactitud los estratos. Además, hay capas de ceniza volcánica donde se hacen dataciones con isótopos y son muy precisas. Eso es muy importante porque estamos relacionando esas capas de ceniza volcánica con la aparición de las plantas terrestres. En el mar que estaba rodeando lo que hoy es Suecia hubo lo que se llama un “súper volcán” y pensamos que esas enormes masas de ceniza que fueron lanzadas probablemente contribuyeron, porque fueron las proveedoras de fosfatos, nitrógeno y otros nutrientes que se integraron a los suelos que se estaban formando, promoviendo el desarrollo de las plantas”, concluye Rubinstein.
Fuente: conicet.gov.ar
Fecha de Publicación: 14/09/2019
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