El día más importante del año

El día del maestro debería ser el día más importante del año, junto con el del médico. No es demagogia. Lo siento de verdad.

La educación es uno de los temas más importantes del país. Debería serlo. Pero acá, en nuestra bendita Argentina parece que no.

No se si empezó Perón. No creo. Intuyo que fue antes. Pero Perón dijo "Alpargatas, sí; libros, no". Es un estigma que se mantiene hasta hoy. Porque si bien nuestro pueblo está altamente alfabetizado, cada día es más esclavo del poder. Eso no es educarlo. En una charla TED local, Mayra Arena, una chica que salió de una villa miseria, lo ratifica. A los pobres no se les enseñan la cultura del trabajo ni la del progreso. Así creen que el Estado (nosotros) les tiene que dar.

En mi última Editorial, escribí que a los japoneses en el colegio los preparan para la vida. Mientras que acá los llenamos de datos. Así no sirve.

No solo al Gobierno de turno no parecen importarle los no educados, sino que a los maestros tampoco. Tengo mucho para reprocharles. No a todos, claramente. Sí a esos que hacen paros todo el tiempo. A los que piden licencias por enfermedades que no tienen. A los que creen que tienen un cargo vitalicio. Y a los que no se quieren capacitar más. No creo que sean los maestros que soño Sarmiento. Padre del aula. El que entendió todo.

Un Gobierno que no hace nada, más maestros que no hacen nada, es un cóctel explosivo. Así estamos y así estaremos. Claro que tendrían que ganar más que nadie. Claro que es una profesión noble. Imprescindible hasta para la libertad de los pueblos.

Mientras no lo entendamos y reclamemos lo que corresponde, no va a cambiar la cosa. Seguirán los presupuestos pobres. Las escuelas sin obras. Los intendentes que se roban o malversan los fondos para esas obras. Los planes de estudio que no forman para la vida siglo 21. Depende de nosotros. Pero a nosotros, también parece no importarnos.