¿Cuantas veces escuchamos contradicciones acerca de nuestras raíces europeas?
Hasta hace poco tiempo, solo existía evidencia histórica y antropológica de algunos casos que daban cuenta de la procedencia de nuestros antecesores.
Pues bien, ya no solo lo fundamentan los rasgos tan característicos de nuestra cultura y la enorme inmigración de muchos de nuestros ancestros, ahora también lo avala la ciencia.
Un estudio genético encabezado por científicos del Conicet, con la colaboración de investigadores del Instituto multidisciplinario de biología celular y colegas de las Universidades de Stanford y el Hospital Mount Sinai de Nueva York, USA han confirmado la influencia europea, africana y nativa en la estructura celular de nuestro ADN, que hicieron foco en los marcadores genéticos localizados en los cromosomas autosómicos, o sea el paquete de datos que los seres humanos recibimos de nuestros padres.
Dicho equipo de profesionales recopiló tres mil muestras de ADN de pacientes voluntarios de distintos hospitales de 17 ciudades del país, que fueron analizadas con tecnología de punta para determinar un diagnóstico científico concreto.
Los resultados obtenidos fueron cotejados con la base de datos del Proyecto 1000 Genomas, una iniciativa global que reúne material biológico de distintos puntos del planeta para el estudio de la variabilidad genética humana. La incidencia europea, prevalece entre el resto, con gran preponderancia de las originarias del sur de España e Italia, con gran incidencia de nativos americanos y en menor medida de africanos del centro oeste.
Ahora sí, el gen argentino tiene su origen tano y gallego en una linda mezcla con nuestro pueblo originario y el africano.
Fuente: www.conicet.gov.ar
Argentino y apasionado, un crítico por naturaleza Orgulloso de formar parte de este gran equipo