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Ir a la secciónBuenos Aires - - Sábado 01 De Abril
En una época, el sur de la ciudad de Buenos Aires latía con otra fuerza. Frente al Parque Lezama, se erige hoy una construcción que fue testigo de buenos momentos, y de los otros también. Pero no por mucho tiempo más.
El edificio Marconetti se levantó en el año 1929 y fue ideado por Basilio Dávoli. Desde el punto de vista arquitectónico, tiene una particularidad que salta a la vista: en cada uno de sus diez pisos, posee balcones con estilos completamente diferentes. La historia del inmueble se transmite desde ese entonces por el boca a boca de los vecinos.
En un primer momento, el edificio fue construido para albergar a la familia que le da el nombre, dueña de la fábrica que se encontraba detrás, donde producían fideos y aceite. Su segundo piso llegó ser sede del Consulado de Grecia y, según dicen, también tuvo allí sus oficinas el magnate Aristóteles Onassis.
Con el correr de los años, sus moradores cambiaron. En las décadas del 70 y 80, el Marconetti era considerado uno de los refugios del movimiento under porteño. Lo llamaban “el edificio de los artistas”, porque vivieron allí músicos, pintores, actores, periodistas y escritores. Algunos aún recuerdan cuando Miguel Abuelo tocaba en parque Lezama y luego cruzaba al edificio, al igual que lo hacía Charly García.
En esos años, el Marconetti fue también testigo de una de las partes más tristes de nuestra historia. Una placa en su frente y una baldosa en la vereda homenajean a los militantes desaparecidos Cristina y Néstor Morandini, hermanos de la exsenadora nacional Norma Morandini, quienes fueron secuestrados en el edificio por un grupo de tareas durante última dictadura militar en 1977.
Luego, llegó el abandono. En 1985, el inmueble fue expropiado por la entonces municipalidad porteña y, desde entonces, fue habitado por personas que la Justicia calificó como usurpadores. Finalmente, el edificio Marconetti quedó en medio de los planes de crecimiento de la ciudad. En su objetivo de expandir el Metrobus del Bajo, el Gobierno porteño planea que los carriles exclusivos lleguen hasta La Boca y, para eso, es necesario modificar Paseo Colón. Al Marconetti le espera el peor de los destinos: su demolición es inminente.
Quedan, sin embargo, historias, momentos y recuerdos que la evolución no podrá enterrar.
Fecha de Publicación: 09/07/2018
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