El estreno de “El Marginal 2” y el suceso que generó en la audiencia, la crítica y su repercusión en los medios, tiene (al menos creo yo) bastante historia. La más simple sería hablar de lo bien que funcionó la primera temporada; la cual apenas terminada, desembarcó en Netflix. Pero lo interesante es que este primer capítulo de la segunda temporada superó los 11 puntos de rating, cuando los de la primera apenas solían pasar los 3.Cuando hablé de historia, mi intención era ir bastante hacia atrás para ir descubriendo el lento y sostenido crecimiento que tuvo en el cine y luego la TV, el mundo de los marginales, tanto sea en las cárceles y las villas como en el profundo mundo del conurbano bonaerense.Y creo que el punto de partida de esta “era moderna” fue en 1998 con “Pizza, birra y faso” de los geniales Adrian Caetano y Bruno Stagnaro, quienes durante estos 20 años nunca dejaron de descubrirnos esos mundos alternativos con películas notables como “Bolivia”, “Un Oso Rojo”(Caetano), y productos televisivos como “Okupas”(Stagnaro) y “Tumberos”(Caetano).Y lo genial es que este 2018 los encuentra a ambos en su mundo temático y con gran éxito: Stagnaro con “Un gallo para esculapio” y Caetano escribiendo para “El Marginal”. Dos grandes series que nos dio la producción local.Volviendo a El Marginal, es de alto nivel en cada uno de los puntos fundamentales donde debe apoyarse un relato: tanto el guión, como la producción y el acting están muy bien, y en cada detalle se nota la mano y dirección general de Sebastian Ortega; otro especialista de los universos alternativos.Una vez más, y por suerte para la industria, el talento tiene reconocimiento, quizás sea esa la causa para lograr seducir al público con historias de personajes repulsivos a los que seguramente no les gustaría conocer, esos marginales que hoy los tienen prendidos a la pantalla.
Tengo 54 años y de chico me gustaba ir al cine, después descubrí que mas que ir, lo que me gustaba era el cine en todos sus géneros.
De grande, ademas de verlo lo estudié un poco, lo que fué casi tan divertido como ver una buena película.
Hablar sobre si una peli es buena o no es casi un acto de injusticia, y a veces una falta de respeto al trabajo ajeno. Para mi el cine como consigna básica debe entretener y a partir de alli podemos analizar un poco como se cuenta la historia.
En la foto estoy con José Martinez Suarez, amigo, gran director, maestro de maestros y en la actualidad Presidente del Festival de Mar del Plata.