¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónMaría Elvira Ponce Aguirre está sola en su casa tomando mate. De pronto, suena el teléfono. Corre el año 1941, y las llamadas son bastante infrecuentes en esa época, sobre todo las de larga distancia. Su esposo está de viaje y se pone nerviosa enseguida; le preocupa que le haya pasado algo. Se apresura a atender y se encuentra con una voz que, en un español con acento anglosajón, le anuncia que pronto recibirá una visita inesperada. Resulta que el mismísimo Walt Disney está viajando para conocer a su marido. El marido de Elvira se llama Florencio de los Ángeles Molina Campos.
Este célebre pintor argentino pertenecía a una de las familias más tradicionales de Buenos Aires, lo cual quería decir que contaba con varias estancias y campos fuera de la ciudad. Estos no dejarían jamás de inspirarlo. De hecho, la impronta que Molina Campos les daba a sus obras las hacía simplemente únicas. Cualquiera que las vea, por poco que sepa del tema, las reconoce al instante. Sus retratos costumbristas de la vida en nuestras pampas son relatos hechos con trazos: hablan, transmiten, cuentan historias. Hablan de nuestro país, y al mismo tiempo, hablan del género humano, de la naturaleza, de una sensibilidad especial con la que percibir el mundo. Son, a la vez, graciosos y certeros; caricaturas reales del día a día en los campos. Con sus paletas de colores y juegos de sombras expresan una cierta melancolía inocente, sin descuidar el humor. Poseen un marcado tinte amigable sin descuidar la técnica, tan impecable y exacta. Para comienzos de la década del 40, Molina Campos ya tenía una reputación internacional. Ya había realizado exposiciones en la Sociedad Rural Argentina, había publicado la serie Picapiedras criollos en el entonces reconocido diario argentino La Razón, y había sido nombrado profesor de arte por el presidente de la nación de ese momento, Marcelo Torcuato de Alvear. Quizás lo más relevante haya sido la confección por parte de Molina Campos del almanaque que lo pondría bajo el reflector: el de Alpargatas, S.A. Se trata de doce obras que retratan la vida de los gauchos, y casi todo argentino ha visto por lo menos una de ellas.
Por todo esto que hemos mencionado, no es de extrañar que el propio Walt Disney haya generado un interés en el ilustrador porteño. Luego de conversar con él, lo convocó para que colaborara con los estudios Disney como asesor para una serie de dibujos animados con estética gauchesca. Él era, sin dudas, el hombre indicado para la tarea. Fue contratado de 1942 hasta mediados de la década de 1950, y de esta afortunada participación salieron grandes escenas de la animación universal. Podemos mencionar la película Saludos, amigos (1942) ambientada en Sudamérica, en especial el segmento “El gaucho Goofy”. También se hizo el largometraje Los Tres Caballeros (1944), que cuenta con la ayuda de Molina Campos sobre todo en el segmento “El gauchito volador”. Lo que es más, si observaramos la película Bambi (1942) con suficiente detenimiento, no nos debería sorprender descubrir una amplia extensión de similitudes entre sus paisajes, flora y fauna y los del lago Nahuel Huapi en Río Negro, en la Patagonia argentina.
En fin, hay personas que dejan una marca, un legado, una historia. Florencio Molina Campos dejó inmortalizadas pequeñas escenas de la vida gaucha que son mucho más que piezas artísticas. Su talento sirvió, también, para dejar testimonio de un lugar, de una época y de un estilo de vida que tanto tiene que ver con lo que nos hace argentinos.
Fecha de Publicación: 22/08/2018
Te sugerimos continuar leyendo las siguientes notas:
Nos vemos en Disney
Molina Campos: una exposición para conocerlo
¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónEl legado de Molina Campos, expresado en los almanaques Alpargatas y de la Compañía General de Fósforos, destacan a un artista único. original, para expresar las imágenes del campo.
Comentarios
Este evento regresa con una propuesta moderna y renovada hasta el 8 de octubre. Fue declarado de int...
La Patagonia Rebelde, La Nona y El Loro Calabrés, solamente tres títulos del enorme Pepe Soriano que...
Hasta el año 2018, la recopilación de las obras del fundamental armoniquista Hugo Díaz había asomado...
El principal festival de la región que celebra la pasión lectora argentina vuelve en septiembre y vi...
Suscribite a nuestro newsletter y recibí las últimas novedades