El fenómeno Merlí

La serie Merlí se destaca porque un profesor de Filosofía apunta a que sus alumnos adolescentes construyan su juicio propio y sigan sus pasiones y deseos, estimulando tanto el pensar como el sentir. Resulta llamativo el éxito de la saga, entre tanta mega producción y espectaculares historias policiales que siguen siendo predilectas desde los tiempos de Arthur Conan Doyle, Agatha Christie, Edgar Alan Poe, quienes fueran los padres de este género que seguirá ocupando el centro de nuestras ficciones. En las clases, Merlí pone en práctica sus enseñanzas a través de la Mayéutica de Sócrates, la Dialéctica de Hegel, la Duda de Descartes, el descubrimiento del Inconsciente de Freud, entre otros grandes pensadores, de una manera vital y vivencial. Es un profe que, sin perder su rol docente y su lugar de adulto, se acerca a la vida cotidiana de sus alumnos y se preocupa por sus problemas y angustias. Dando sus opiniones e interviniendo activamente para ayudarlos, tanto dentro como fuera del ámbito escolar, a veces con aciertos a veces con errores ... "se la juega por los pibes". Será por eso que Merlí es un "fenómeno". Se muestra como un tipo con pasiones, deseos, conflictos, contradicciones, un tipo que elige cuestionar los sistemas educativos y políticos, disfrutar del sexo, pelear con la autoridad, mentir, tomar vino, comer, enfrentar sus problemas con su hijo y con su madre, sin perder nunca el sentido del humor y la alegría de vivir. Ahora bien... ¿Por qué será que esta serie haya encontrado tantos puntos de identificación en jóvenes y adultos?; ¿Por qué será que haya resucitado algo del amor al saber? Creo que vale la pena hacernos estas preguntas y para ello podríamos dejarnos llevar por los métodos que enseña Merlí y tomarnos un tiempo para "filosofar "al respecto...