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Ir a la secciónA través de un decreto, el presidente Mauricio Macri declaró como monumento histórico nacional al emblemático edificio Gómez (Ciudad), a las escuelas Daniel Videla Correas (Ciudad) y Justo José de Urquiza (Maipú) y al balneario Playas Serranas (actual Museo Moyano, en el Parque General San Martín). Las cuatro obras definen a la Mendoza moderna del siglo XX y siguen despertando la fascinación de los mendocinos que pasan por allí y que se preguntan sobre sus orígenes, algunos más singulares que otros.
No es casualidad que estas cuatro obras arquitectónicas, de gran valor para la comunidad mendocina, hayan sido ideadas por Jorge Arturo Civit y Manuel Civit. Los hermanos levantaron en 1954 uno de los mayores emblemas del centro: el edificio Gómez. Ubicado en calle Garibaldi, en el corazón de la Ciudad de Mendoza, con sus 12 pisos y 34 metros de altura se impuso hasta la década de 1990 como el más alto del área metropolitana.
Pese a ser tan popular, la obra despierta no solo la atención de los turistas, sino la de los mendocinos, que levantan la cabeza cada vez que pasan por el Kilómetro 0 para vislumbrar con sus propios ojos al edificio que ilustra cada panorámica aérea del Gran Mendoza.
De recorrida por la ciudad, es muy probable que la congestión vehicular en hora pico nos obligue a ignorar a otro de los ahora llamados monumentos históricos nacionales. Incluso, pese a gozar de una amplia explanada. Se trata de la escuela Daniel Videla Correas, ubicada en la intersección de Paso de los Andes y Manuel A. Sáez, cuyo edificio se inauguró en 1941 para satisfacer la creciente demanda educativa del sector.
Pero no es el único colegio declarado como monumento histórico. Hacia el sureste de Capital, en el núcleo urbano de Maipú, puede apreciarse el edificio donde funciona la escuela Justo José de Urquiza, que fue inaugurado en 1936. Sin embargo, las clases ya habían iniciado en 1861, “con 13 alumnos y siete por entrar”, según figura en las actas de la época, aunque con otra infraestructura.
Por último, una playa que también es monumento. En lo que hoy es el Museo de Ciencias Naturales Juan Cornelio Moyano, funcionó hace no más de 60 años el balneario de Playas Serranas, el equivalente local a una mini Mar del Plata en el Parque General San Martín.
Desde 1937, y durante casi dos décadas, los más pudientes de Mendoza mitigaban el calor de enero a orillas del lago, que sólo era aprovechado para la regata y otros deportes acuáticos.
El diseño, casi idéntico al actual, evocaba a un estilo naval, con las líneas de un barco, la cubierta y su torre, junto a unos coquetos salvavidas en las barandas de las terrazas.
Para disfrutar la tarde, no hacía falta llevar la canasta al balneario, ya que en el edificio funcionaba una confitería dotada de un teléfono para uso gratuito de los clientes, todo un lujo para aquellos tiempos. A la noche, el actual museo científico se convertía en el boliche preferido por los jóvenes y en, quizás, la única salida semanal.
Fuente: Unidiversidad
Fecha de Publicación: 10/02/2020
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