El American Kennel Club es un registro de pedigrí de perros de raza pura en los Estados Unidos y es la única organización sin fines de lucro de este rubro. Esta institución se dedica a registrar todos los tipos de raza y regular los eventos relacionados con la cinología. Este club canino promueve y sanciona encuentros para perros de raza pura. Incluso tiene su participación en el Westminster Kennel Club Dog Show, un evento anual anterior a la formación oficial del AKC, el National Dog Show y el AKC National Championship.
En las listas oficiales
Este club de renombre añadió al dogo argentino a su lista de razas puras. Se trata del registro de perros de raza pura más grande de los EE. UU., por lo que este reconocimiento se convierte en un gran logro para la raza. Y además, funciona indirectamente como un gran reconocimiento de nuestro país. El proceso previo al registro es largo y tedioso, ya que para formar parte del registro se deben cumplir varios requisitos. Para que una raza ingrese al AKC tiene que haber al menos 300-400 perros en 20 o más estados de los EE. UU. Además, tiene que haberse creado un Club Nacional de Razas compuesto por criadores y propietarios de la misma. Y finalmente, la raza debe competir en la Clase Miscelánea, que podría tomar de uno a tres años antes de que la junta directiva de AKC otorgue el reconocimiento completo.
Una opinión de expertos
Al poco tiempo de añadir el dogo argentino a las listas oficiales, el registro elaboró un apartado “Conoce a la nueva raza reconocida por AKC: Dogo Argentino” en su sitio web. En esa nota, Amy Collins, propietaria de dogos desde 2000 y secretaria del club matriz, el Dogo Argentino Club of America, fundado en 1985 opina que el dogo “no es para novatos”.
“Los dogos son muy activos y necesitan algún tipo de trabajo para mantenerse estimulados. Pueden ser necesitados y buscar atención también. Necesitan conocer sus límites desde el principio. Deben tener una familia que se involucre y asigne una alta prioridad a socializarlos desde el momento en que entran a su casa. Esta es una raza de carácter fuerte y puede ser muy terco y desafiante. El propietario debe tener la misma mentalidad para que sea un paquete coherente. Un dogo aburrido puede ser un dogo destructivo”.
Collins recomienda “traer un cachorro en lugar de un adulto, lo que le da al dueño tiempo para establecer el control, una relación respetuosa y un régimen de obediencia. A pesar de su apariencia intimidante, a esta raza le encanta que la acaricien y anhela el contacto físico cercano”, cuenta sobre esta raza tan particular.
Historia de la raza
El creador de la raza fue el médico cirujano cordobés Antonio Nores Martínez, un amante de la caza. Este estudioso quiso desarrollar el perro de caza mayor perfecto. Para eso, recurrió a varias generaciones de cruces entre razas y tomó como base al “viejo perro de pelea cordobés”, una raza con gran poder y fortaleza, pero de mucha agresividad. El cruzamiento metódico incluyó muchas razas, entre las cuales se encontraban bulldog, bull terrier, mastín de los Pirineos y alano español. También otras como pointer, boxer, gran danés, dogo de Burdeos e Irish Wolfhound. Para 1947, el dogo argentino ya estaba creado y estabilizado. Y fue en 1964 cuando se reconoció oficialmente a la raza en la Argentina y, en 1973, a nivel internacional por la Federación Cinológica Internacional (FCI).
Reconocimiento norteamericano
A pesar de la vasta trayectoria de la raza, hasta el año 2020 no había sido reconocida por la AKC. Sobre este hecho, los sucesores del creador de la raza expresaron su felicidad. Jorge Alberto Funes y Ulises D’ Andrea Nores (nieto del creador de la raza) son propietarios del criadero La Cocha, en la provincia de Córdoba. Esta es una de las cunas oficiales de la raza, lo que le otorga gran prestigio en el círculo. La noticia del reconocimiento representó una alegría inmensa para estos adeptos, sobre esto, Funes expresó:
“Para nosotros el hecho que lo hayan reconocido es algo sumamente importante porque es la única raza nacional y amamos al dogo. Intentando dejar la pasión de lado, que es difícil, para mí el dogo argentino es una de las mejores razas que hay. No solo por lo que él brinda en el servicio, porque el perro nace como compañero, es un perro de trabajo, sino porque además es un perro de compañía. Todo depende cómo se lo eduque”.
Argentina, nacida en Córdoba. Investigadora en el área de lingüística. En formación constante sobre las Letras y sobre la vida, gracias a la Universidad Nacional de Córdoba. Mis experiencias en viajes me llevaron a aprender cada vez más idiomas y querer conocer diversas culturas desde adentro. Pienso en la escritura como una herramienta para transformar el mundo y volverlo un espacio justo y equilibrado.