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Conociendo al compañero.

El gaucho, el hombre de campo, tiene en el caballo a su mayor compañero de aventuras, a su amigo y confidente.

Las tradiciones, en más de una oportunidad, chocan contra las corrientes actuales. La doma –una de las disciplinas camperas más distintivas del gaucho– está hoy en la mira de organizaciones que defienden los derechos de los animales, que califican como “crueles” esas prácticas.

Sin embargo, hay algo que no debemos dejar de lado cuando se entablan estas discusiones: el gaucho, el hombre de campo, tiene en el caballo a su mayor compañero de aventuras, a su amigo y confidente. Pero, para llegar a ese punto, es necesario pasar por un proceso previo: el adiestramiento. Nadie se vuelve nuestro amigo de un día para el otro. La doma es la instancia en la que el gaucho y su caballo se conocen, se entienden, aprenden a ser con el otro.

El gaucho es, tal vez, el más claro genotipo del ser nacional: criollo de raza cien por ciento argentina, mezcla de hispanos e indígenas. El clima, la Pampa, el caballo, el facón y la guitarra constituyen su esencia. La doma es tan solo una parte más de ese cúmulo de tradiciones que lo representan y que el paso del tiempo ha incorporado al folklore nacional. No importa dónde hayamos nacido ni que tan cercanas o lejanas sintamos esas costumbres, éstas nos pertenecen, forman parte de lo que somos. Mucho más de lo que podemos ver.

Doma gaucha vs. doma india

Como sabemos, gracias a los festivales tradicionales que se realizan en varias partes del país, la doma tradicional o “gaucha” consiste en intentar montar un caballo a la fuerza. Para este método el domador deberá utilizar botas con espuelas y un rebenque para que a través de golpes y azotes el caballo se vaya amansando. Hoy en día este método es visto como violento y retrógrado ya que  ocasiona traumas en el animal lo que lo transforma en un ser temeroso y sumiso.

Es por eso que este método se utiliza cada vez menos y está siendo reemplazado por la doma progresiva o “india” (es la que utilizaban los pueblos originarios para domar a sus caballos) que es más lenta pero mucho más humanitaria y a largo plazo. El método indio consta de varios pasos cuyo objetivo principal es lograr un lazo de amistad y confianza entre el domador y el caballo. Esto genera que en vez mostrarse temeroso el caballo sea más manso y bonachón.

A continuación detallaremos las etapas de la doma:

Otra variante muy similar a la doma india es la que se conoce como doma “a pie de piso” y consiste, como su nombre lo indica, en que el domador realiza todo el proceso desde el piso. El domador utiliza sogas para hacer que el equino camine o trote a su alrededor haciendo las veces de pivote. Posteriormente se le coloca una silla pequeña a la cual se le va incorporando progresivamente pesos; luego se le agregará un muñeco, y finalmente será el propio domador el que se intente subir.

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