Entendemos por abstracción a la pintura que no tiene imágenes reconocibles, que se basa en elementos puros de este arte: planos de color, líneas, texturas, tramas. La metáfora de la pintura abstracta puede ser como en la música: quizás no conozcas el idioma de la canción ni sepas nada de música, pero igual te emociona. El espectador debe predisponerse y disfrutar de las formas, colores, ritmos (la manera en la que se distribuyen los elementos en la tela y crean una vibración visual, un hecho estético) para dejarse sensibilizar. Esa composición planteada por el artista tiene una reminiscencia extraída de la esencia de las formas que nos rodean y nos son cotidianas. Lo que un artista abstracto intenta es despojar todo elemento reconocible, dejando solo su esencia visible. Es como dejar en evidencia lo que no vemos habitualmente pero que hace a la estructura del objeto (que no tiene por qué ser reconocible), por ejemplo, de un paisaje, una figura humana, etc. Recordemos que la abstracción, para quien comienza en la pintura, es tentadora: su realización solo parece implicar manchar intuitivamente una tela, y, de ese modo, puede suceder (con mucha suerte) que provoque algo de interés. Pero es mucho más factible que provoque una mala experiencia en el observador, lo que incluso puede llegar al límite del enojo o el alejamiento de este tipo de pintura. Estamos acostumbrados al relato y al cuento, buscamos en la pintura una historia reconocible, pero desde esa mirada no se debe observar al cuadro: así será difícil conectarse y disfrutarlo. Hay que enfrentar la obra abstracta observándola con una mirada general (periférica), de este modo se podrá recibir el tipo de sensación, energía, calma, tensión, reposo, alegría, drama, introversión, sugerencia de profundidad, sensación de amplitud a un espacio, etc. Lo importante, como siempre, es disfrutar de la obra sin preguntarse nada. Primero piel y corazón. Finalmente, algo de cabeza.
Arte, @rte, aRTe.
Como artista, su actividad es activa en Argentina y el exterior, exponiendo alternadamente en New York, Miami y Francia.
Desde hace años, además de la pintura sobre bastidor, su actividad se desarrolla como Muralista, realizando obras en edificios y lugares emblemáticos de la ciudad, empresas y locales comerciales.
Dedicado a la formacion y enseñanza de arte, en sus talleres de Nordelta. Tiene ademas un espacio de arte, con sus obras exhibidas en Barrio La Boca.
Trabaja artísticamente para marcas nacionales e internacionales como: Pepsi, Chevrolet, Mac Donald's, Bic, Ford, Coca Cola, Hundai, American Airlines, Adidas, y por ello fue seleccionado artista argentino representante.
Vendó más de 700 obras en argentina y el exterior, a coleccionistas privados y embajadas, entre otros.
Como Director Artístico y Productor, realizó diversos eventos de arte masivos.
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