En esencia, los muebles y elementos que caracterizan la estética fabril son piezas recuperadas, ya sea de oficios tradicionales o industriales. Mesas de carpintero, mostradores de fábricas, sillas de despachos, taburetes, cajoneras, ficheros, lámparas, máquinas de escribir y coser o cajas de metal.
- La luz juega un rol fundamental en este estilo. Es preciso que la vivienda cuente con grandes ventanales que permitan un acceso importante de luz natural.
- Valijas viejas. Son un complemento ideal para este tipo de decoración. Apilándolas convertirás increíbles mesas de apoyo en rincones de tu casa.
- Lámparas de cuerpo esbelto y flexible. Se ajustan a este tipo de ambiente de una manera sencilla y sin estridencias, ya que refuerzan lo industrial de su construcción. Es posible colocarlas en un sector de lectura o sobre una mesita de luz.
- Techos altos. Las tuberías de conducción de aire acondicionado y calefacción quedan al descubierto crean una simbología casi irrenunciable, aunque no imprescindible, para impregnar de ese toque despejado, funcional y eminentemente práctico que ofrece este tipo de decoración.
- Elementos étnicos. Para realzar aún más el mobiliario y no caer en la frialdad de las piezas de hierro, aluminio y acero inoxidable, es propicio combinarlos con objetos, muebles o cómodas y elementos textiles de marcado acento étnico, como esculturas, jarrones o piezas de madera tallada.
Fuente: Revista Deck
Curiosa e impaciente, investiga y no se queda quieta. Redactora por oficio y por vocación, conoce un poco de todo y se especializa en pocas cosas.