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Arquitectura patagónica, patrimonio edificado (Parte 1)

La arquitectura patagónica también tiene su sello propio. Hoy te contamos sobre una de las casas típicas de esta región que funciona como museo.

La Patagonia tiene un vasto paisaje de costas agrestes visitadas por ballenas, lagos de ensueño y valles llenos de encanto. La imponente cordillera andina, acompaña a lo largo a toda esta región a este paisaje del sur y su arquitectura.

Así como la Ciudad de Buenos Aires ha sido comparada con ciudades europeas, ciudades turísticas de la Patagonia muestran marcadas reminiscencias alpinas. Otra inequívoca prueba de cómo la inmigración del siglo XX significó una impronta europea indeleble en la arquitectura de las distintas regiones de la Argentina.

El estilo propio arquitectónico de la Patagonia, surgió de la fusión de materiales y técnicas europeas, y premisas de la arquitectura moderna. A la madera se le sumó el vidrio, el concreto y la chapa metálica. Los techos a dos aguas, tan alpinos, se replicaron para dejar que el agua de las lloviznas y nevadas patagónicas se deslicen hasta el suelo.

Museo de los Pioneros Rosa Novak de Hofmann

Nació en 1972 en la costera localidad de Puerto San Julián con el fin de preservar el patrimonio histórico y natural de la zona. Este consiste en una vivienda de estilo magallánico de la década del 30 y cuenta con una vista privilegiada a la Bahía santacruceña.

Se conservaban allí piezas de valor histórico, arqueológico, antropológico, paleontológico y colecciones de objetos cotidianos de los antiguos pobladores del lugar. A ese gran patrimonio, se le suman pinturas y esculturas de reconocidos artistas.

Los espacios de mayor interés fueron, en su momento, los referidos a los restos del asentamiento "Nueva Colonia Floridablanca". Este fue parte de un proyecto de la corona española que pretendía eternizar su control sobre la costa patagónica. También la "Sala del Pionero" –recuerdo de los primeros años de la localidad– y la "Sala Luisa Gimata" con objetos realizados por los aborígenes.

En otra de las salas, se destaca el madero de “La Santiago”, que fue hallado exactamente en el mismo lugar donde, según las crónicas, se produjo el naufragio del navío. Este fue donado para su conservación y exposición. Además, se pueden observar en esta sala, objetos pertenecientes a antiguos vecinos y de lugares destacados de Puerto San Julián.

 

 

FUENTE: Tiempo Sur

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